Historias (Bastardas) Extraordinarias: Fear the Walking Dead (1x06) The Good Man: It Comes Back to Haunt Us

lunes, 5 de octubre de 2015

Fear the Walking Dead (1x06) The Good Man: It Comes Back to Haunt Us

La única forma de sobrevivir a un mundo loco es aceptando la locura.

¿A la sexta va la vencida? Se puede confirmar que “Fear the Walking Dead” ha despertado justo cuando ha sonado la campana en el último asalto sobre ring de boxeo seriéfilo. No hay que ponerse demasiado dramático porque el spin-off de “The Walking Dead” comenzó a estimularse y crecer desde “The Dog” (1x03) y “Not Fade Away” (1x04), confirmando en “Cobalt” (1x05) que podía ofrecer mucho más que esos dos sosegados y tambaleantes primeros episodios. “The Good Man”, sexto capítulo y último de su primera temporada, nos ratifica que hay serie de futuro y que la intención es captar todos los reflejos del show original e incluso lanzar guiños a referencias cinematográficas del universo de George A. Romero. Precisamente en este season finale habitan muchos paralelismos e ideas respecto al remake perpetrado por Zack Snyder en 2004 de “Amanecer de los muertos”, pero la noción de los showrunners en el spin-off es construir un objeto más orgánico, plegándose en esas secuencias atmosféricas sobre grandes paisajes de introducción y cierre respecto a su banda sonora. Comenzamos con ‘It Comes Back to Haunt Us’ de Timber Timbre y una visión pausada y apaciguada de la Apocalipsis Zombie, donde un inminente amanecer va a iluminar una ciudad ya perdida. Finalizamos con otro punto de vista y perspectiva de Los Ángeles que en absoluto ha explotado la serie original pero sí el subgénero dedicado a los muertos vivientes. The Antlers y su ‘Kettering’ ponen banda sonora realmente al plan del mejor personaje del show y futuro de la ficción: ese mar que abre todo tipo de posibilidades… ¿y peligros? Repasemos “The Good Man”.

“The Good Man” cumple con aquello que esperábamos: Daniel Salazar va a utilizar la horda de caminantes que se encuentra dentro del estadio para rescatar a su esposa y a Nick antes de irse todos juntos al desierto. Van a comprobar que el código de comando ‘Cobalto’ es efectivo y la Guardia Nacional ha dejado a la zona segura a merced de los mordedores. No es un tema nuevo en el universo del show ya que Deanna Monroe relató algo similar respecto a Alexandria. Los ciudadanos tendrán que valerse por sí mismos… Unos tendrán suerte y otros perecerán en el proceso o serán atacados por otros supervivientes. Los guionistas conocen de antemano que el propio público se sabe al dedillo esas historias y desea potenciar que los protagonistas huyan de Los Ángeles consiguiendo el mayor número de suministros posibles. La pregunta pudiera ser otra: ¿qué harán con Adams? Travis Manawa sigue siendo el baluarte moral del grupo y da una oportunidad al joven soldado, dejándolo libre. No obstante, el grupo deja al resto de vecinos viviendo en su ignorancia de aquello que les avecina. Han dejado de estar a salvo… Recordemos, «las buenas personas son las primeras en morir» y los protagonistas de “Fear the Walking Dead” han demostrado que no son para nada hermanitas de la caridad ni ninguna ONG. Lo primero son los suyos y es hora de salvarlos. Precisamente la forma de ‘asaltar’ el puesto de mando por parte de Daniel pudiera ser un inciso humorístico respecto a sus frases frente a esos soldados (presumiblemente novatos) que aseguran el perímetro. La horda ya está aquí… y veremos que ningún miembro de la Guardia Nacional tiene una granada en el equipo… o pensó en utilizarla como mejor solución ante ese masivo ataque. Dentro del lugar —y previamente— vimos a la Dra. Exner ultimar los detalles para ser evacuada por un helicóptero. Quiere que Liza vaya con ella y ofrece que tanto Chris como Travis sean sus acompañantes… dejando claro que los Clark pudieran ser un problema. Repetimos: en esta serie cada uno va a lo suyo.

El plan del grupo es utilizar tres coches y que los más jóvenes (Alicia y Chris) esperen en el garaje. “The Good Man” va a utilizar todos los frentes argumentales para potenciar el clímax, jugando con la iluminación y con el plan de fuga de Strand y Nick. Objetivo: Abigail. ¿Y quién demonios es Abigail? Mientras tanto, Exner se da cuenta de que va a ser abandonada como el resto de sus pacientes y soldados en las instalaciones ya comprometidas. Es hora de huir o morir… y la llamada interior de Liza para adentrarse en el horror que esconden las puertas de las instalaciones… aunque en el perímetro exterior las cosas son aún peores, con la horda de caminantes irrumpiendo en la zona. Repetimos: ¿es que nadie tiene allí una granada, una bazuca o hemos jugado demasiado al ‘Resident Evil’? En el season finale cada personaje va a lidiar con sus demonios, desean ampliar esa bidimensional inicial divisada. Chris, por ejemplo, tendrá que defender a Alicia de unos soldados que les roban la camioneta y desean que la joven les acompañe. Evidentemente Chris es golpeado y reducido, quedando inconsciente, aunque el interés sea si Alicia acepta el envite y abandona a su propia familia a la primera de cambio. Y es que los personajes son tan planos, de momento, que nos podemos esperar cualquier cosa… Cualquier cosa mala, claro. Los protagonistas van a converger y Strand y Nick quedarán atrapados en uno de los pasillos del lugar. Poco importó recuperar sus gemelos por parte de un Melvin que estaba siendo el festín de un muerto viviente y suplicó que alguien pusiera fin a su martirio. Madison y Travis contemplarán el espanto y la impotencia de no poder hacer nada para abrir la puerta en la que están atrapados tanto su hijo como su acompañante… hasta Liza y su tarjeta abre la cerradura en el último suspiro… no sin antes fallar unas 5.998.989 millones de veces por necesidades de la tensión y suspense del guión. Con el grupo ya unido, es momento de salir del lugar y la Dra. Exner tiene todavía respuestas —y cientos de medicamentos que una madre con un hijo yonki no podrá dejar pasar—... aunque la doctora ha quedado perdida tras sacrificar a todos sus pacientes. Antes de suicidarse con la pistola de perno cautivo les da las precisas indicaciones mientras que Strand deja caer al grupo la sugerencia para hacer efectivo su plan. La salida no es el desierto porque tal y cómo revela la doctora: no hay escapatoria posible. Obviamente la pérdida de suministros del grupo confirma que la casa frente al mar de Strand es una solución obligada para todos ellos. “The Good Man” también quiere inmiscuirse en el terror humano, ver cómo ese grupo comprueba los horrores de un montón de cuerpos incinerados donde presumiblemente yace Griselda. También la aparición sorpresiva de Adams en el garaje, apuntando a Daniel con una pistola y reclamando venganza, ofrece la evolución que requería un personaje como Travis. Y es que el militar abre fuego sobre Ofelia para devolver el golpe sobre aquel que le torturó y Travis no dudará en reventarle la cara con sus propios puños como nueva seña de identidad y clarificar el punto de vista ofrecido previamente por Daniel: «Ya verán lo que consiguen haciendo lo correcto». Recordemos, «las buenas personas son las primeras en morir».

Los guionistas no solamente van a utilizar esa evolución sobre Travis sino que van a fortalecer su transformación interior con un previsible golpe de efecto. Y es que esa apacible calma conseguida a la llegada de la finca y mansión de Strand con vistas al Océano Pacífico —con un viaje previo que nos recuerda a la llegada a Atlanta de Rick Grimes—, se quiebra rápidamente. Hasta ese punto, todo eran alegrías e incluso esperanzas. La bala atravesó el cuerpo de Ofelia y no fue una herida mortal y el grupo se organiza y aparece un discurso un tanto lynchano en las figuras de Strand y sobre todo de Nick:

Me siento extraño. [Sí, estamos en un planeta aparte.] No sabemos a dónde iremos. Esa es la cosa. Yo nunca supe hacia dónde iba. Es como si estuviera viviendo todo esto por mucho tiempo. Y ahora todo el mundo me está alcanzando. Extraño.

Es un mundo extraño… pero no lo es tanto para un adicto a la heroína. Nos hemos colocado a su nivel. Tal y cómo revelaba Strand, la única forma de sobrevivir a un mundo loco es aceptando la locura, y a Travis le queda un último giro por aceptar ese abrazo a la demencia de ese nuevo mundo que le rodea. Liza fue mordida pero es incapaz de apretar el gatillo de la pistola con la pensaba suicidarse cerca de la playa. Esa imagen nos recuerda al cierre del remake de “Amanecer de los muertos” pero no será Madison finalmente aquella que acabe con la vida (y regreso) de Liza sino su propio ex marido. Del mismo modo que sucedió con la muerte de la Dra. Exner (o el futuro incierto de Adams) los guionistas prefieren fijarse en el resto de personajes, aumentando esa sensación de drama. Ese disparo atraerá al resto al horror y las lágrimas. Travis, por suerte, no está sólo… Tiene a alguien como Madison para no acabar tan perdido como aquellos que decidieron poner fin a esa locura desatada.

Nos encontramos ante el capítulo más completo que se ha emitido de “Fear the Walking Dead”, cumpliendo respecto a los arcos argumentales abiertos y trazando la evolución de los personajes. Además, nos confirman que Strand es el nuevo ‘puto amo’ de la serie y es de agradecer una incorporación de un protagonista bastante distinto a aquello que nos tenía acostumbrado la adaptación de los cómics escritos por Robert Kirkman. Victor Strand tiene todas las papeletas para convertirse en la mejor estrella del spin-off de AMC: es listo, calculador, observador, canalla, sabe apreciar las cualidades de las personas, suelta constantes perlas, es muy egoísta y vela por sus intereses (¡¿como el resto de personajes de la serie!?) y viste de impecable etiqueta… ¡en una Apocalipsis Zombie! E ir con traje te confiere un +100 en este postapocalíptico escenario. Y, lo mejor de todo, tiene un plan… un plan que encaja en realidad con el de los protagonistas del universo romeriano: encontrar un barco y zarpar en el océano… ¿hasta encontrar una isla? ¿He aquí la mecánica de la segunda temporada de “Fear The Walking Dead”? ¿Una isla del Pacífico será la respuesta o se toparán con más gente con la misma idea incluso militares de la marina de los EEUU en un crossover con “The Last Ship”? ¿Llegarán otros tipos más peligrosos para hacer que los personajes tengan que defender su refugio? ¿O la intención de los showrunners es romper con todo lo ofrecido anteriormente y que un gran viaje de los protagonistas sea también nuestra odisea en ese mundo donde la muerte camina? Strand tiene una mansión de lujo pero es la primera de las paradas al comienzo de una constante huida a través de su yate… llamado Abigail. ‘Ella’ es la respuesta y el camino a seguir.

“Fear the Walking Dead” también cumple con la cuota informativa gracias al personaje de Liza Ortiz: «Las mordeduras no te convierten, pero la infección no es tratable. La infección te mata como cualquier cosa. Luego sucede. No importa cómo te mueras, regresas. Todos regresamos». Una mujer que no tiene ni siquiera titulación de enfermera sabe más que el Dr. Edwin Jenner del Centro de Control y Prevención de Enfermedades con el que se cruzaron Rick y los suyos en “TS-19” (1x06). En realidad, aquella que estaba destinada a salvar a la humanidad era su esposa… y él se cercioró antes de auto-inmolarse junto a las instalaciones de esa realidad que sospechaba respecto a la pandemia zombie: todos los seres humanos están infectados. En realidad, tal y como nos revela Liza, el virus no tiene cura… y las mordeduras o arañazos simplemente acaban con tu vida como una incontenible infección del organismo. Con la introducción de Abigail y la mira puesta al Océano Pacífico acaba una temporada que ha ido de menos a más y que termina precisamente cuando más interesante se había puesto. Esperaremos a 2016 para comprobar si la segunda temporada de “Fear the Walking Dead” ofrece nuevas cuotas creativas y despunta definitivamente. Strand y su +100, desde luego, se lo mercen.

A continuación, las reviews de la primera temporada de “Fear the Walking Dead”: