Lo mejor: Es el mejor capítulo emitido de la novena temporada de ‘Big Bang’.
Lo peor: Es una milésima parte de lo bueno que podría llegar a ser…
Todo se reduce a actualizar el estado de Facebook y ponerse al día… aunque nunca llegue ese día en la nueva entrega de la sitcom de CBS. “The Bachelor Party Corrosion”, tercer episodio de la novena temporada de “The Big Bang Theory”, aterriza para mejorar los pésimos síntomas ofrecidos por la serie creada de Chuck Lorre y Bill Prady. No nos engañemos, está demasiado lejos de lo mejor que ofrece una comedia que en el pasado destacaba y brillaba y ahora se ha convertido en un drama dreyeriano en plenitud. Me gusta la idea de que Sheldon y compañía todavía puedan sorprendernos, que una despedida de soltero genere alguna situación hilarante aunque esté rodeada de irregulares chistes y sketches. Por otro lado, la reunión de las chicas se salda con una serie de traumas respecto a su familia (y a la propia sociedad) expuestos. Freud indicaría que la decisión de los productores de no revelar las galletas con forma de genitales masculinos engendradas por Amy —donde las venas son gusanos de gominola— obedece tanto a un recurrente trauma sexual de las protagonistas como a la angustia e inhibición de los anunciantes. Penny tiene problemas de comunicación con sus padres, del mismo modo que Amy siente la necesidad de exteriorizar su pasado psicosexual con su beata madre, dibujada por los guionistas como Margaret White de “Carrie”. Ambas eluden enfrentarse a la realidad comiendo genitales como parte de los requisitos de toda festividad alrededor de la pérdida de la soltería y desvirgando las orejas, transformando a la ex novia del Dr. Cooper en la ‘Putísima’ Trinidad: prostituta, pirata y genio (embotellada). Penny ofrece sinceridad a su ‘pater’ pero recibe con la misma moneda la muerte brutal de su cerdo Moondance y seguramente su absolución caníbal. Mientras que Amy encuentra que para salir del armario tendrá que volver a entrar primero. No queremos saber curiosidades sobre la mostaza sino reírnos… y el viaje de los chicos, secuestrando previamente a Sheldon, puede generar humor. La idea pasaba por la que el grupo condujera la furgoneta de Richard Feynman, prestada para la ocasión, rumbo a México, a la casa de vacaciones que Feynman compró con el dinero de su premio Nobel. El problema es un pinchazo… y el contraste entre la simple imaginación respecto a esos superhéroes —con la que practican el onanismo los protagonistas de la serie en sus sueños húmedos— y esa realidad que les aporta la física. Bien, ni los principios científicos de la percusión, la expansión térmica, la corrosión acelerada o reacción exotérmica les sirven en el mundo real… salvo para improvisar un cover tróspido de ‘We Will Rock You’ de Queen. En resumen, FUCK PHYSICS! Repasemos lo mejor de “The Bachelor Party Corrosion”:
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¿No haber visto esas venosas galletas con forma de pene?
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¿El momento FUCK THE PHYSICS!?
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¿El diálogo final entre Leonard y Penny en plan proto-sinopsis del capítulo?
Penny: Si te hace sentir mejor, le hice agujeros a Amy en las orejas y su madre le obligó a meterse en mi armario.
Leonard: Hemos volado por los aires la furgoneta de Feynman.
Penny: Mi padre mató a mi cerdo con el tractor.
Leonard: He pasado la noche en México con Sheldon.
Penny: Tú ganas.
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Mmmmmmmmmmmmmm…
Y NADA MÁS.
¡NADA!
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