The Bastard Executioner: Más verdugo que bastardo

Serie de TV

“The Bastard Executioner”

EEUU

2015

Sinopsis (Página Oficial):

“The Bastard Executioner” es una serie de épica medieval empapada de sangre que cuenta la historia de Wilkin Brattle, un guerrero del siglo XIV, cuya vida cambiará para siempre cuando una mensajera divina le suplica a abandonar su espada y llevar la vida de otro hombre: un oficial verdugo. Situada en el norte de Gales durante un tiempo lleno de rebelión y agitación política, Wilkin debe caminar en la cuerda floja entre la protección de su verdadera identidad mientras que también sirve a un misterioso destino.

Crítica Bastarda:

Las series de televisión muchas veces acaban enmarcadas en modas y tendencias, en repeticiones clónicas e hijas bastardas de muchas producciones audiovisuales que encuentran el éxito. La llegada de “The Bastard Executioner” ha supuesto el habitual arqueo de cejas de seriéfilos y espectadores cuando una aterriza una propuesta en tiempos en los que se desconoce si aquello que marca el conjunto es el marketing vía estudio de mercado, una línea continuista por parte de su creador o, simplemente, es hija de las circunstancias y la casualidad. El nuevo proyecto de Kurt Sutter viene inminentemente después de la conclusión de “Hijos de la Anarquía” y las comparaciones (si es que se pueden establecer entre ambas) son odiosas. Vince Gilligan, después de “Breaking Bad”, dio continuidad a su spin-off (“Better Call Saul”) como decidió reactivar una vieja creación para recibir el otro reverso más duro de la moneda. No es que el nuevo show de FX sea carne de cancelación como “Battle Creek” pero sí incita a una gran controversia en tiempos en los que la violencia, el sexo y las intrigas de “Juego de Tronos” arrastran al resto de producciones de género eliminando sus componentes fantásticos de la ecuación. Ahí también llegamos a “Vikings” en el acercamiento histórico por la vía de las feromonas, el otro gran éxito de la parrilla televisiva actual. E incluso si nos giramos estará esa piedra filosofal para gran parte del público: “Braveheart”. ¿Aporta, por lo tanto, algo de interés “The Bastard Executioner” o la ejecutamos de nuestras pantallas?

Nos vamos al blanco y negro, a la sangre sobre ese tapiz demacrado. Cambiemos Escocia por Gales y no nos movamos del Siglo XIV para transportarnos a un entorno donde la violencia y brutalidad marca todo, donde nos indican que el catolicismo romano se ha impuesto como nuevo orden religioso mientras los galeses fueron aplastados por el rey Eduardo I de Inglaterra ante su fuerte clamor. Su heredero, Eduardo II, ampara un ambiente de brutalidad y gobiernos duros e inexorables entre los barones ingleses con aquellos que habitan en sus feudos. Todos temen una rebelión… Solamente queda la fe y la esperanza. Sobre ese contexto histórico aparece el protagonista de la serie, que ha decidido cambiar sus armas por una vida alejado de los campos de batalla. Una revelación mística le marcó para abandonar todo y ceder a la vida terrenal siendo un simple campesino, esperanzado por el legado que dejará al estar su esposa embarazada. Se entremezcla una trama a lo Robin Hood con un señor que sube los impuestos a sus súbditos provocando una rebelión entre sus campesinos que ataja de un modo brutal y sin concesiones. ¡Vísceras fueras, que es la guerra!

La aldea va a ser completamente destrozada y todas las mujeres e hijos degollados y/o eviscerados mientras sus esposos se encontraban fuera lidiando con la crisis. No falta bruja eslava y una desfigurado con capucha para asentar una premisa que en manos de Uwe Boll sería una nueva “En el nombre del rey”. Aquí llega, por el contrario, el punto de giro de Sutter, al ser guiado ese vengativo campesino-guerrero por la citada ‘sanadora’ para convertirse en el nuevo verdugo al servicio de los responsables del asesinato de su esposa. Tampoco es un tema nuevo y “Banshee” o “TURN: Espías de Washington”, por ejemplo, ha rentabilizado bien la tensión y suspense que puede generar un personaje adoptando otra identidad. El problema no es la trillada presentación sino que ni la puesta en escena ni tampoco el entorno técnico de la producción sobresalen, algo preocupante en este tipo de proyectos. Y si no tenemos una historia sugerente y original ni tampoco un entorno propicio, ¿qué nos queda? “The Bastard Executioner” da la impresión de que quiere sobreponerse a sus múltiples carencias con cuerpos desollados, capitaciones, fetos apuñalados y algo de sexo para que las limitaciones puedan pasar por alto. Poco importa que Stephen Moyer haya encontrado show tras “True Blood” porque aquí no convencen del todo sus formas. Ni siquiera sus escasos riesgos. Me parece muy interesante que un sueño sea la forma de presentación. Muchas veces lo onírico representa mejor la psique de un personaje, así como sus conflictos. Otra cuestión es que esa introducción un tanto alargada y pesadillesca nos lleve a un terreno más débil y conocido. Ahí empieza todo, en la historia de un tipo más verdugo que bastardo, que no potencia el interés por presenciar sus aventuras e intrigas… como mucho su poder para acabar con aquellos con los que clama una venganza condicionada a la propia duración de la serie. No obstante, olvide todo lo anterior porque el verdadero problema de la nueva serie de FX tiene nombre propio: “The Last Kingdom”.

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