Las cosas no son siempre lo que parecen. Nuestros miedos pueden jugarnos malas pasadas, haciendo que temamos cambiar de rumbo, que temamos avanzar, pero, normalmente, ocultas tras nuestros miedos, hay segundas oportunidades esperando a que las tomemos… Segundas oportunidades en la vida: la gloria, la familia… el amor. Y esas oportunidades no se dan todos los días, así que, cuando lo hacen, tenemos que ser valientes, coger la oportunidad y aferrarnos a ella mientras podamos.
Todo pasa por hallar esa segunda oportunidad y no sabemos si es que Robbie Amell desechó (?) su papel como Firestorm en “Legends of Tomorrow” para volcarse tanto en el regreso de “The X-Files” como para potenciar su carrera cinematográfica. La cuestión es que el primo de Stephen Amell dijo adiós a The CW… aunque siempre ha abierto sus puertas para futuros cameos. Hay que buscar sustituto. Puede que aquí también influyera un estudio de mercado para dejarnos claro que cualquier posibilidad pasa por un afroamericano… aunque el efecto racial que pueda dejar “The Fury of Firestorm”, cuarto episodio de la segunda temporada de “The Flash”, sea ante todo algo racista. Jefferson ‘Jax’ Jackson es un personaje un tanto extrapolado y posiblemente polarizado por clichés étnicos. Tenemos a una estrella de fútbol americano que abandonó su carrera y su acento es un tanto ‘urbano’… como si no hubiera abandonado su papel en “Attack the Block”. Pero todo lo anterior no es el mayor de los problemas del capítulo. Repasemos “The Fury of Firestorm” y veamos la presentación oficial de Firestorm 2.0.
No se puede tener todo en esta vida y demasiado bien lo estaba haciendo “The Flash” hasta el momento, tratando de conciliar demasiadas cosas al mismo tiempo: una telenovela digna de película de sobremesa de Lifetime al servicio de Candice Patton, la gestación del “Legends of Tomorrow”, la presentación del mutiverso y un gran y enigmático villano (Zoom), un nuevo interés sentimental para Barry Allen y un aluvión de icónicos personajes y guiños para que el fandom explote. En “The Fury of Firestorm” ha llegado cierta decepción sintiéndonos de alguna manera como Jay Garrick: ‘desaparecido’ por necesidades del guión… como si fuera un mero interruptor argumental sin poderes y como un trozo de carne. El capítulo quiere ‘vendernos’ que Jefferson ‘Jax’ Jackson estaba condenado a convertirse en Firestorm y era el destino impuesto… cuando sabemos que si Robbie Amell no hubiera abandonado (?) el show el papel nunca sería para Franz Drameh. La idea es que nos reiteren ese discurso sobre las elecciones vitales y existenciales, sobre aceptar los cambios para seguir adelante… o luchar contra los mismos y acabar finalmente atrás y retrocediendo. Aquí “The Flash” podría aprovechar para buscar un paralelismo con los poderes de Cisco… o el fin del luto de Caitlin Snow ‘violando’ a Jay Garrick… por ejemplo, pero hay un interruptor que marca un OFF y tampoco los escritores tienen demasiado espacio al tener que dedicar un 25% a la telenovela de Iris y Joe West. Y es que a Francine West le queda de vida hasta final de año… con suerte y como mucho. Tiene el Síndrome de (Ewan) McGregor, común entre ex drogadictos… Entendemos que es un guiño a “Trainspotting”… o la enfermedad de la esposa del Sr. Frío (Mr. Freeze). Pero, en realidad, su muerte no solamente es el motivo de tratar de que su hija la conozca sino que esconde un caramelo (a la salida de un colegio) ciertamente envenenado. Entendemos que Iris es una gran periodista y es capaz de investigar cosas ocultas de la gente y descubre que su madre esconde un secreto: tuvo un hijo que nació ocho meses después de que se marchara de Central City. Tendrá unos 20 años ahora y hemos pasado de un «hija mía, tu mamá está viva y quiere verte» a un «papuchi, tu mujer yonki tuvo un bebé y lo vendió por droja en Star(ling) City o vete a saber dónde». Se avecinan más dramas… y entendemos que ese miembro de la familia TIENE que tener poderes… porque de lo contrario los guionistas van a empezar a recibir amenazas de muerte en 3, 2, 1… Y, por cierto, ¿dónde está Wally? Un momento… ¿Wally? ¿Wally West? Mmmmmmmmm…
Si en la review de “Family of Rogues” (2x03) ya comenté por qué no estaban utilizando en S.T.A.R. Labs la batería de la silla de ruedas de Wells, Cisco será lo primero que nos confirme en el presente capítulo. El Doctor Martin Stein va a tener unos pocos días para ‘estabilizarse’ buscando un sustituto a Ronnie y Tinder no es la solución. Caitlin ya había hecho el trabajo previo (seguramente buscando ella misma también respuestas a sus carencias uterinas) y existen dos candidatos afectados por la materia oscura y con el mismo grupo sanguíneo. No sé hasta qué punto ver a The Flash tomando muestras de su sangre es un sketch o una crítica al poder de los superhéroes y su moral. Los elegidos son Henry Hewitt, licenciado con honores en la Universidad de Hudson con una doble titulación en física aplicada y bioingeniería; y Jefferson Jackson, quarterback en el instituto y estudiante de notable dedicado ahora a su taller en plan Vin Diesel tras una lesión provocada por el incidente del acelerador de partículas. Ambos son la noche y el día y el candidato que gustaba a todos (Hewitt) acaba siendo un FAIL en todos los sentidos. Su fusión con Stein falla y se transforma en el meta-humano rencoroso episódico siendo todo ese jugo de negaciones de Jax un zigzag para pasar de ser el tipo no-indicado a aquel condenado a ejercer como superhéroe. Hewitt no va a dar demasiada guerra siendo un simple sparring al servicio de la propia introducción ese Firestorm 2.0 con demasiada obviedad en el contexto y escenario. Volvemos a ese terreno de juego donde Jax se convirtió en un héroe a la espera de añadir un ‘súper’ al prefijo. Y es que Hewitt pasó de ser un don perfecto a un tipo con un largo historial policial repleto de violencia con multitud de problemas para controlar su ira. Y el truco es cabrearlo… hasta hacerlo reventar… o casi. Llegan las despedidas, que el nuevo Firestorm se vaya a Pittsburgh a entrenar hasta que comience “Legends of Tomorrow”, que Stein aconseje Cisco que salga de su armario cuántico y, por supuesto, que Caitlin Snow ponga una cara extraña al abrazar a Jax. ¿Se tiró un pedo o qué? ¿Y qué nos queda a todo esto?
Pero la línea argumental más interesante y satisfactoria son los planes del Dr. Harrison Wells, escuchando todo lo que se cuece en S.T.A.R. Labs en plan Lydia Lozano, pasando por Mercury Labs para robar a la Dra. Tina McGee aquello que no robó el otro Harrison Wells… y dando, por supuesto, el golpe de efecto al cliffhanger final. En Central City ya nos dijeron que había un hombre-tiburón suelto y romperá el momento “Love Actually” de Barry Allen al dejar claro que King Shark está en Central City para pulverizar a The Flash por orden de Zoom. ¿“Sharknado” a la vista? Nos quedaremos sin ver esa película mala-buena de ciencia ficción porque el Dr. Harrison Wells de Tierra-2 ya está aquí, motherfuckers. Un pepinazo por la espalda del escualo, Patty Spivot pensando en que tiene que comprar balas nuevas y un Barry que se va a quedar anonado al encontrarse de nuevo con su mentor y Némesis. Las tornas han cambiado y entendemos que los guionistas van a pasar de la oscuridad a la luz… Lo veremos en “The Darkness and the Light” (2x05).
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Ojala tengamos un poco mas fe seriedad en el.próximo episodio porque de verdad que este fue aburrido, predecible y genérico. La parte más emocionante fue el final y eso porque seguimos con la trama de la serie.
ResponderEliminarCrees que King Shark murió? Digo... Se veía bastante caro.
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