lunes, 3 de agosto de 2015

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True Detective (2x07) Black Maps and Motel Rooms: Revelaciones, venganza, gas y muerte


Considero que es mucho más sencillo —incluso gratificante— atacar la segunda temporada de “True Detective” que defenderla, encontrando bastantes excusas con las que gritar la decepción a los cuatro vientos. El abandono ha ido de aumento, pocos somos aquellos que nos mantenemos en pie delante del televisor… pero la recompensa está llegando precisamente en su recta final. Y no lo digo yo sino la propia sensación general de medios especializados norteamericanos y público (seriéfilo) en general. Hasta Michael Lombardo, presidente de HBO, ha tenido que salir al paso de las malas críticas e indicar que el futuro de “True Detective” puede seguir ligado a la cadena de cable con una nueva entrega. También añadió algo que los espectadores que seguimos al frente conocemos: la controvertida temporada debe ser valorada una vez concluya y en conjunto. Y es que es complicado establecer un debate en estos tiempos de inmediatez, donde la irrupción de Netflix y Amazon ha reventando los conceptos episódicos y su separaciones semanales. El año pasado con la cuarta temporada Homeland vivimos ese concepto de la urgencia televisva, pasando del hype al bluff en cuestión de siete días. Retomando dicho ejemplo: una gran temporada puede tener un pésimo y horrible season finale que arruine todo y nos sumerja en un terrible mar de dudas. En el caso de esta entrega de la antología creada por Nic Pizzolatto hemos tenido desde multitud de líneas argumentales confusas (y difusas), personajes apáticos y nulamente carismáticos, plenitud de desconexión en el discurso y forma y, sobre todo, muchas comparaciones odiosas con esa obra maestra que revolucionó la televisión en 2014. Toda esa pretendida niebla ahora se está disipando para que lleguemos a divisar el objeto y su espléndido brillo. Con “Black Maps and Motel Rooms”, séptimo y penúltimo episodio de la segunda temporada de “True Detective” hemos llegado a un perfecto previo para un season finale que se antoja brutal y esclarecedor. 

“Black Maps and Motel Rooms” es un episodio articulado sobre variadas despedidas (y alguna catarsis) y, sobre todo, claramente informativo para recopilar todo el material argumental y misterio alrededor de la muerte de Ben Caspere. Las consecuencias de la infiltración de Ani Bezzerides en esa fiesta orgiástica, donde los hombres más poderosos del estado se encontraban reunidos, van a ser inmediatas pero también van a introducir la investigación de los detectives en un punto muerto (y con más muertos). Los documentos tomados por Paul Woodrugh, tras ese encuentro entre McCandless y Osip Agronov, dejaron por fin al espectador como a los detectives protagonistas iluminados en una luna llena. Todavía, no obstante, hay noche… y evidentemente oscuridad. Da la impresión de que Nic Pizzolatto ha ido conceptuando el show desde diferentes piezas del género. En todo momento ha mantenido unas constantes y credencias bajo un thriller noir contemporáneo que rendía tributo tanto a David Lynch como James Ellroy e incluso a Edward Hopper, pero en cada capítulo hemos tenido distintas tonalidades de cliffhangers y clímax. En “The Western Book of the Dead” (2x01) el cuerpo de Caspere unía a los tres detectives mientras que al cierre de Night Finds You” (2x02) llegaba una doble pirueta donde Ray Velcoro era supuestamente ‘asesinado’ y posteriormente revivido. Esa segunda oportunidad ofreció también a Ani otra en el desenlace de Maybe Tomorrow” (2x03), al ser salvada por ese ‘cadáver’ reanimado tras una secuencia que encajaba en los moldes del género en lo que persecuciones clásicas al sospechoso se refería. Ciertamente el brutal tiroteo con el que finalizaba Down Will Come” (2x04) elevaba la acción y la violencia y, nuevamente, Pizzolatto atravesaba otro de marcos clásicos en una obra que deseaba seguir mutando para enfrentar a dos de sus piezas primordiales. El destino de Ray Velcoro y Frank Semyon quedó ligado a través de un pasado que explotó en la cara de ambos. Su duelo fue pura tensión pero precisamente aunque la mentira —aquello sobre lo que ambos han construido su vida y la cuestión que les unió— irrumpió para acabar con esa extraña pareja. La verdad, no obstante, es su único punto de encuentro. Con sus diferencias a la espera, el desenlace de Church in Ruins” (2x06) ponía la partitura orquestal que necesitaba esta temporada para propulsarse correctamente. En “Black Maps and Motel Rooms” todos son consecuencias pero también existe una recopilación de información para condensar una teoría alrededor de la muerte de Ben Caspere y, por supuesto, que Semyon se convierta en un personaje fundamental para dinamitar esos mecanismos de crimen y corrupción de Vinci y el estado que enmarca tan tóxica ciudad. 


Ani tiene que lidiar con las consecuencias de su crimen pero también del tremendo horror que supone mirar directamente a la oscuridad de todo secreto. Corrió el telón… y se encontró drogada, casi violada, asesinando a un hombre, conectando con un trauma de su pasado que marcó su vida y, evidentemente, tropezándose con toda una manada de depredadores dentro de la cueva del lobo. Holloway, Geldof… La vías oficiales están tan limitadas como un nombre propio: Katherine Davis. El equipo debe reagruparse y tomar decisiones casi inmediatas mientras que Vera y Ani se sobreponen a esas drogas que ingirieron durante la orgía. Bezzerides, no obstante, desea ceder al placer y al sexo, a ser parte de esos estereotipos y clichés del propio género… De momento, Ray guarda el revólver y se reúne con Paul para revisar esa documentación que conciliaba varios ejes que ya conocíamos: el Grupo Catalast (Catalyst) con McCandless y Osip manejando los hilos de una operación que incluye a fuerzas policiales e incluso a aquel que se postula para ser el senador del estado. Paul y Ani van a trasladar a sus familiares a un lugar seguro mientras que Ray contacta con Katherine Davis para hablar de toda la operación y pruebas encontradas. Ani ahora ha perdido ese odio hacia el mundo que la rodea, se reencuentra con su padre, se da cuenta de que sus decisiones han puesto en peligro a su hermana y que incluso su antiguo compañero es una persona de confianza. Catarsis personal superada. Velcoro se encuentra con el cuerpo sin vida de la fiscal y aquí seremos conscientes de la gente poderosa con la que están lidiando los detectives en su búsqueda de la verdad. La corrupción y toxicidad del caso es tan grande que el plan de los ‘villanos’ es convertir en prófugos a aquellos que están haciendo peligrar todo. Ray se ha convertido en fugitivo al ser el sospechoso del asesinato de Davis y Bezzerides también está en busca y captura para someterla a un interrogatorio por la muerte del guardia de seguridad de la fiesta y orgía. Para tener a atado a Paul alguien le está mandando fotos de su noche de sexo con Miguel Gilb para chantajearlo por cortesía del flatulento y difunto alcohólico Teague Dixon… La gran novedad a esos esquemas clásicos del género es precisamente la conexión y relación entre Velcoro y el mafioso Frank Semyon, convirtiéndose éste último en una extraña y violenta variación de esos policías que interpretaban actores como Charles Bronson hacia un perfil similar al ofrecido por Tony Soprano. Sus pesquisas para dar con la gran suma de dinero que se esfumó en sus negocios con Caspere le llevan a la información valiosa de Ray. Ambos deben entenderse para poder resolver un crimen que no puede desenredarse a menos que alguien que está fuera de la ley lo haga. Frank es ese hombre y, tras descubrir que Blake era la rata de su organización, comienzan la caída de piezas de dominó. Y Frank no quiere dejar con vida a ninguna rata que ose atacarlo… ¿O no recuerdan ese trauma de su infancia en el sótano de la casa de su padre completamente a oscuras?


La conspiración pasaba porque Osip tomara el lugar de Frank en hacerse con los negocios del desarrollo del tren de alta velocidad. Caspere iba a traicionarlo igualmente y precisamente fue su muerte aquello que activó otros mecanismos que anticiparon la ‘expulsión’ de Frank de esos millonarios tratos. Blake le traicionó doblemente. En el pasado utilizando la violación de la ex mujer de Ray, para deshacerse de un drogadicto que le estaba amenazando, y en el presente incluso manejando la puesta en escena en la muerte de Caspere para liquidar a Stan. Éste le estaba chantajeando y aquí Frank descubre que sus grandes planes eran bastante egocéntricos y egoístas, dejando desamparados a sus hombres de confianza que decidieron buscar otro tipo de negocios y oportunidades. ¿La otra cara del sueño (criminal) americano? Los planes de Osip van mucho más lejos, queriendo ubicar como alcalde de Vinci al hijo de Chessani, Tony, para manejarlo como una marioneta. Osip lo ha planeado todo con mucha perspectiva para desactivar los sueños y aspiraciones de Frank, quitándole todo y haciendo que trabaje para él como un simple operario (y gerente) en esos mecanismos de poder y corrupción alrededor de la ciudad y del estado. Existe en esas líneas una especie de lucha de clases, como si aquel que maneja clubes no pudiera aspirar a nada más que a eso; el sistema no se lo permitirá. Frank acabará con Blake no sin antes exprimir toda la información que puede sacar del traidor: Osip planea una operación en un rancho de McCandless de doce millones de dólares que involucra a Tony Chessani para comprar las acciones de Caspere. Seymon toma especial protagonismo en “Black Maps and Motel Rooms” porque es el único personaje que puede hacer avanzar la investigación ante esos detectives maniatados por ser fugitivos, que como mucho pueden seguir ese manual de estereotipos y clichés avivando una relación sentimental fuera incluso de toda lógica y química. Jordan va a ver que su sueño por escapar de todo se va a hacer realidad y Frank mueve y deja caer sus fichas de dominó. Lo primero es engañar a Osip, haciéndole creer que acepta su rol de sirviente para mantener los clubes que han sido comprados por el ruso. Seymon pide de nuevo ayuda a sus contactos de la mafia para organizar un plan a lo Walter White, compra sus billetes para Venezuela, aviva el avispero familiar del actual alcalde, toma todo el dinero en efectivo tanto del Lux Infinitum como del casino y, finalmente, los quema para declarar oficialmente que es el tipo más chungo de Vinci… y cuidadito aquella rata que ose morderle de nuevo el dedo de la mano… 


Vayamos a la parte del caso de Caspere. La información de Vera es fundamental aunque descubramos que ésta ni estaba ‘desaparecida’ ni esa caja de pruebas y fotografías le pertenecía. Vera va a tener que volver con su hermana a regañadientes para no acabar como Tascha, ya que la prostituta favorita de Caspere decidió chantajear a esos peligrosos y poderosos hombres. Al parecer acabó en una cabaña protagonizando una especie de snuff movie a manos de Tony Chessani. Con todas las pesquisas recopiladas por Paul, Ani y Ray tienen ya una teoría sólida sobre la muerte de Ben Caspere sobre esos diamantes azules y la crónica negra de su robo. Un grupo de policías corruptos —donde estaban tanto Holloway, Kevin Burris, Teague Dixon y el propio Caspere— utilizaron los disturbios del 92 para hacerse con esos diamantes y ‘comprar’ todo ese entramado de poder de Vinci para construir su propio feudo privado. Laura, esa niña que quedó huérfana tras el asesinato de sus padres en dicho robo, consiguió una nueva identidad como Erica para localizarles una vez creció. Consiguió ser la secretaria de Caspere, asesinándolo una vez le torturó para confirmar su participación en el crimen y no sabemos si su hermano también está involucrado… o ella era la ‘mujer pájaro’ y la ‘chica de la máscara japonesa’. Obviamente Holloway, Burris y compañía fueron aquellos que utilizaron una cortina de humo para alejar las conexiones de esos diamantes sobre el crimen del 92. ¿Significa que fue Kevin Burris aquel que pagó a Irina Rulfo para conectar los objetos de Caspere con Ledo Amarilla y dar ‘carpetazo’ a su asesinato con un sinfín de cadáveres? Ani y Ray seguramente hagan una nueva visita a Laura (Erica) con la que ya hablaron en el rodaje de esa película distópica hollywoodiense… pero, antes, tienen que ceder al guión establecido aunque la química y la propia interpretación de Colin Farrell y Rachel McAdams digan lo contrario. Ambos se han reconciliado consigo mismos y han dejado atrás la mentira en la que vivían y estaban atrapados, así que tienen algo en común. O eso piensan los guionistas.


La parte del clímax es la más jugosa en lo que acción se refiere. Paul Woodrugh tendrá que lidiar con ese chantaje y descubrir que todo está vinculado al encontrarse de nuevo con Miguel Gilb y que su relación y ‘cita’ fue algo calculado. Gilb trabaja para Ares Security y es la compañía de seguridad del Grupo Catalast. Blanco y en botella. Gilb contactó con Paul como una orden tras su escándalo sexual en los tabloides con Lacey Lindel y su jefe, Holloway, desea utilizar las fotos que encontró en el apartamento del difunto Dixon para chantajear a Paul y recuperar esos comprometidos documentos y contratos tomados de la orgía y mansión. Woodrugh encarna aquí el rol de héroe de acción y ‘dios de la guerra’ capaz de reducir a Holloway con la culata de su propia pistola sin que sepamos si quedó o no con vida. Aquellos que irán cayendo uno a uno serán los miembros de Ares Security en los túneles del Metro… incluido Gilb por culpa del fuego cruzado y utilizarlo Paul como escudo. Esa secuencia de acción entra de nuevo en la dinámica de acción que ha ofrecido anteriormente Nic Pizzolatto pero, de nuevo, introduce un par de elementos para dotar de sentido tanto su discurso como de un avance informativo el season finale. Veremos a Paul salir del Metro con vida pero alguien ha estado siguiendo sus pasos y entendemos ahora esos planos cuando se encontraba revisando los expedientes policiales en un ordenador. Burris se encontraba detrás de la puerta de salida para disparar a la altura del pecho y por la espalda a Paul y rematarlo en el suelo… Davis murió por un disparo en el mismo lugar así que entendemos que Burris es aquel que está haciendo el trabajo sucio. Esta vez no son balas de goma y Taylor Kitsch se nos va con la misma cara y registro que utilizaba el actor cuando chantajearon a su personaje, el mismo rostro que tenía cuando bebía, cuando practicaba sexo, cuando se preocupaba, cuando lloraba, reía e incluso (como en esta ocasión) moría. Previamente habíamos visto cómo la madre de Paul y aquella que será la madre de su hijo veían en televisión “Esplendor en la hierba” de Elia Kazan. Esa historia de amor imposible encaja perfectamente en la inicial animadversión por lo ‘viejo’ de Emily y su conexión emocional con el personaje de Natalie Wood sujetando a un bebé. De nuevo, la mentira frente a frente, una vida no vivida… y una verdad de la que nadie puede escapar: la propia muerte. Ahora, nos espera Omega Station” (2x08).

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Historias Bastardas Extraordinarias by Maldito Bastardo is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.

5 comentarios:

  1. Me gustaria saber que opinion tienes de la escena de sexo entre Ray y Ani

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    Respuestas
    1. En la review comento que los actores saben que no tienen química y parece ser la 'típica-tópica' secuencia dentro del género. Da la impresión de que forma parte de una terapia de ambos para abandonar la soledad y 'tocar' ese mundo (y personas) que les rodean. Pudiera ser un anexo a ese abrazo del compañero de Ani. A ambos les falta ese contacto que han perdido por sus 'traumas' del pasado. Deben reencontrarse el uno con el otro.

      P.D.: esos primeros planos de ambos son extraños, como si ella sintiera que sigue drogada.

      Gracias por el comentario y saludos.

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    2. Yo creo que Colin Farrel y Rachel McAdams han tenido una enorme química desde el principio, pero bueno, cada uno tendrá su opinión.

      Muchas gracias a ti por estas reviews y un saludo.

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    3. Al hilo del encuentro sexual, a mí me recordó mucho a lo que ocurre en Leaving Las Vegas. Ambos se encuentran en un punto similar de sus vidas, se aceptan y se dejan llevar, un pequeño desahogo, una descarga de tensión en un momento crítico. Ambos sitiados, sospechosos, hundidos en el barro hasta la cintura pero, personalmente, liberados en este momento del yugo que soportaban desde años atrás.

      A mí me pareció creíble, aunque no necesario.

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  2. Yo que se, para mi la gente y la critica en general fallo al ver esta historia... Demasiada impaciencia. Yo en lo personal la estoy disfrutando desde el primer capitulo.
    En cuanto a la escena de sexo a mi me parecio genial tanto por las actuaciones como por los personajes... Ya saben, ese desahogo que ofrece el sexo.. Ese escape temporal a la tormenta que los envuelve desde hace mucho... Lo necesitaban, lo merecian.
    No olvidemos el disco duro, puede ser el az bajo la manga... Y esta en manos de "Birdman"...o "Birdwomen"? (los huerfanos en una vendetta personal voy a asumir... Quizas posibles "aliados" de los detectives en este trecho final)
    En fin, buena review maldito bastardo, saludos.

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