Existe un placer seriéfilo en disfrutar cada capítulo restante de esta tercera —y presumiblemente última— temporada de “Hannibal”, como si Bryan Fuller nos sirviera un exquisito plato de ese gran e inconmensurable menú de degustación diseñado para 2015. Antes de que llegue el postre, “The Wrath of the Lamb” (3x13), es hora de analizar la estructura de una entrega que nos remite al material de ‘El dragón rojo’ de Thomas Harris en su concepto y plenitud. Pudiéramos señalar que el show es consciente de volverse más convencional, que el espectador tiene las cintas en mente de Michael Mann y Brett Ratner para pivotar los mecanismos e instrumentos de cara a ese triángulo que forman Hannibal Lecter, Will Graham y el recién llegado Francis Dolarhyde. “...And the Woman Clothed with the Sun”, noveno episodio de la tercera temporada de “Hannibal”, trata de amplificar los conceptos previos expuestos en el show y, de paso, añadiendo ese savoir faire criminal de los juegos que propone el Dr. Lecter al resto de protagonistas. El cierre del capítulo es parte de esa jugada maestra de Bryan Fuller pero se siente que encaja mejor en los moldes de ese espectáculo más ‘convencional’ con el que tiene que lidiar. Abigail Hobbs está siendo precisamente una de las apuestas para reflejar el backstory de la serie y tensar la relación y extraña y macabra familia que formaron Will y Hannibal. Fuller desea someter a sus personajes a una terapia extrasensorial, delimitando su forma y oscureciendo su fondo, disipando el escenario para trasladarles a esas decisiones que tomaron y les llevaron a su situación actual. Nosotros, los agradecidos espectadores, compartimos ese viaje… Repasemos “...And the Woman Clothed with the Sun”.
Vayamos a ese encuentro tras esos años distanciados entre Will y Hannibal cuya introducción incidía de nuevo en ese concepto religioso de esta temporada. El Dr. Lecter se encontraba sobre un altar, como si no supiéramos si es un Dios o el mismísimo Lucifer pero dejando claro que sus intenciones son de dotar del libre albedrío al destino de ese ser humano que se quiso equipararse a su ‘Creador’. La carta de Hannibal fue una advertencia pero también el perfecto reclamo para iniciar su nuevo juego… mortal. Recuerden la frase certera de Alana Bloom: él siempre está jugando. Will necesita de la ayuda del Dr. Lecter y éste parece encantado con psicoanalizar a aquel que fue su alma gemela y tejer de nuevo su cerebro a conciencia y convicción. Vuelve el mind game pero notamos que Will tiembla ya que dejó de ser ese monstruo que sí sigue siendo Hanninal. Rápidamente aparece esa familia y la evolución de ambos… como si Hannibal se posicionara en el pasado, atrapado en ese sepulcro que la sociedad ha creado para contener a la bestia. Will, por el contrario, es la evolución, la capacidad del hombre por reinventarse, por dejar un legado. Esta temporada de “Hannibal” ciertamente ha sido conducida hacia un sentimiento familiar… Alana y Margot cuidan de su pequeño Verger, Will encontró un hijo adoptivo y una mujer… y las víctimas de Francis Dolarhyde precisamente son los mártires de ese concepto. No obstante, se siente que esas primera y mencionadas familias son impostadas. Margot consiguió el esperma de su hermano por un método un tanto disfuncional y ni siquiera ese bebé surgió de sus entrañas, extirpadas en ese juego sádico del fallecido Mason, sino de la propia Alana. El círculo quedó cerrado. Y la familia de Will parece despertar una herida oculta en el pasado del Dr. Lecter a través de un personaje que sigue latiendo desde el comienzo del show… ¿Por qué introducir de nuevo a Abigail en la historia mediante flashbacks? Pensemos que Will deseaba justificar su despedida, incluirla dentro de su palacio mental. Por el contrario, sentimos que Hannibal está sometido a sus recuerdos, que sus decisiones explotaron por los aires cuando Will le condenó a ejercer como padre, en todas sus variaciones de Abigail. Aunque esas secuencias informativas yacieran en el contexto e imaginación del espectador, habita un claro discurso sobre la paternidad y el implícito juego de roles del show. “Hannibal” quiere dar cierre a todo, incluido el sentimiento del Dr. Lecter para que Abigail devuelva a su embalsamado padre el corte en el cuello que le propició. Irónicamente ese nuevo progenitor, Hannibal, utilizará la misma moneda con su retoño tras acompañarle en esa caza dentro de esa fatídica y sangrienta noche en su mansión. Al fin y al cabo, éste siempre indicó a la joven que si la asesinaba sería del mismo modo que Garret Jacob Hobbs.
El Dr. Lecter va a dar claves sobre el Hada de los Dientes a Will (piensa que está desfigurado) aunque la idea es arrastrarlo hacia el lado oscuro, ver cómo su locura arde y sus conflictos colapsan sobre las mentiras que ha construido. El Gran Dragón Rojo necesita una familia para escapar de lo que está en su interior al igual que Will. El Dr. Lecter da sentido a esa fijación del asesino en serie por la luna y la negrura de la sangre a su luz… Hannibal va a ser visitado por otros personajes, convirtiéndolo de nuevo en el eje de la acción. El guión también deja claro por qué una ahora adinerada Alana se ha convertido en la guardiana del Dr. Lecter: «Hay solo cinco puertas entre Hannibal y el exterior y yo tengo las llaves de todas ellas. Hannibal nunca ha sido… muy bueno con los límites». Alana sabe que el Dr. Lecter está maquinando su nueva jugada y ella cuenta con sus armas, sometiendo a su ‘recluso’ a la indignidad que teme y dando en cierta medida sentido al imaginario a esa transformación de la elegancia y sofisticación divisada en el show y ese pasillo repleto de indecencia e inmoralidad que tuvo que atravesar Clarice Starling al comienzo de “El silencio de los corderos”. Respecto a la investigación en plan “CSI: Crime Scene Investigation” el libreto de “...And the Woman Clothed with the Sun” da la impresión de conceder ciertos márgenes al humor negro que propician las conversación gatunas entre Jimmy Price y Brian Zeller, como si también la intención fuera burlarse de esos trillados procedimentales y devolverles ese tono macabro… Asesinar a las mascotas antes que a las familias forma parte del ritual del Hada de los Dientes y las conexiones entre las víctimas de los crímenes de Chicago y Búfalo siguen siendo inexistentes.
La muerte simbólica conlleva el renacimiento y la serie siempre ha planificado esa sensación de defunción y vida. Will ya ha ‘muerto’ varias veces y la incursión de Freddie Lounds, como supuesta ‘difunta’ de la pasada temporada, une de nuevo a esa periodista sensacionalista que conoce el narcisismo de esos psicópatas que utiliza en las portadas de su publicación… La conexión entre Will y Hannibal va a ser evidentemente y leída por Francis Dolarhyde pero en el capítulo interesa más su acercamiento a una compañera de trabajo invidente en Gateway Film Processing. Reba McClane está interpretada por Rutina Wesley, conocida por su papel de Tara Thornton en “True Blood”. La videocinta infrarroja puede esperar para una extraña cita entre Reba y Francis, con algún instante de tensión cuando ésta trata de tocar la cara de ese dragón que devora compulsivamente tarta y dice sonreír. La intención es construir también la mitología de la bestia, introducir algún flashback que vaya revelando viejos traumas de su infancia. Francis da la impresión de sentirse a gusto con la compañía de Reba, de que ella puede ser esa mujer vestida con el sol… “...And the Woman Clothed with the Sun” tiene que avanzar en el trama y Will únicamente tendrá algo de alivio al quedarse con el perro superviviente de una de las familias asesinadas y hablar con su esposa vía telefónica. El resto son pesadillas que resumen su nueva caída hacia la oscuridad como víctima de ese juego que han desplegado Jack Crawford y Hannibal Lecter. El problema llega ante la revelación final. El Dr. Lecter es conocedor que sus cartas son obviamente revisadas por el FBI pero una llamada de su ‘abogado’ confirma la conexión de Francis Dolarhyde y Hannibal. El Gran Dragón Rojo y el Destripador de Chesapeake están juntos en ese juego que ha vuelto a comenzar… y nadie parece a salvo de la venganza del Dr. Lecter.
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hola! (antes que nada felicitarte por tu blog, me encanta leerte).
ResponderEliminarHace unas semanas que me aficioné a la serie y ya no puedo salir del mundo Hannibal. Después de ver un episodio siempre acudo a ti para tener diferentes puntos de vistas e incluso, a veces, para poder entender el significado de algunas conversaciones porque la verdad es que me pierdo jajaja. Así que gracias por los reviews.
Realmente la tercera temporada está siendo muy interesante, estoy leyendo al mismo tiempo el libro (está guay ver las diferencias y similitudes), y no quiero que se acabe. Sobretodo porque me da la sensación que se están dejando frentes abiertos al tener que acabar todo tan de golpe pero en fin...
Efectivamente, como bien has dicho "nadie parece a salvo de la venganza del Dr. Lecter", me intriga ese final a falta de tres capítulo: Bryan Fuller es todo menos predecible xD. Más o menos tengo una ligera idea de cómo podría acabar Will, en el 3x09 ya han empezado a volver un poco a la rutina de la primera temporada con los "problemas" psíquicos de Graham tras el regreso de las pesadillas y la manipulación de Hannibal a su querido amigo-paciente. Esto me da a entender que muy bien no terminará la cosa.
Un saludo :)