Con “The Born”, séptimo episodio de la segunda temporada de “The Strain”, se confirma el potencial tanto fandom como cómico de la serie creada por Guillermo del Toro y Chuck Hogan. Pero esa comedia —muchas veces involuntaria— puede que se haya transformado en una comedia catastrófica y un tanto lastimera, como si ese tono pre-apocalíptico que parece anunciarse hubiera mutado en un conjunto tróspido de desastres y dramas personales que, en realidad, interesan poco o nada. Y ahí se encuentra el otro reverso del show, incapaz de plasmar al 100% sus expectativas y perderse en ese gafe y mal fario de los protagonistas y supuestos salvadores de la humanidad con el que El Maestro pueda continuar gestando sus maquiavélicos y oscuros planes junto a Eldritch Palmer; el otro gran villano humano que compagina sus pensamientos para dominar el mundo haciendo desastrosas performances de “Cadena perpetua” y cayendo en sus instintos de viejo verde tanteando románticamente a una joven con 869 años menos que él. “The Born” precisamente deja esas sensaciones encontradas en el espectador. Pudiera ser uno de los mejores episodios emitidos hasta el momento gracias a la presentación oficial de Mr. Quinlan, dando hondura tanto a su mitología como dejando caer algunas pistas sobre su vinculación con Los Antiguos y El Maestro. El problema son los dramas… Los dramas de Palmer, de Ephraim Goodweather y familia… e incluso ahora también se apunta a la moda del drama Vasiliy Fet. Con semejante panorama es normal que Quinlan huya de esos humanos adictos al drama más cutre y barriobajero, que optan por las soluciones y decisiones más estúpidas. Al final, el único ser inteligente en el bando mortal era la rata muerta sobre la calva de Corey Stoll… y la pobre fue injustamente erradicada de la serie… Así les va… Un momento, tengo que detenerme unos minutos para llorar la defunción de tan magno y brillante roedor que tan buenos momentos nos ofreció… Un momento… Así les va… sin la rata. Repasemos “The Born”.
No sé si los guionistas tenían pensada la introducción de Quinlan para esta temporada porque inicialmente se acreditó a Stephen McHattie como tal… para finalmente convertirlo en Vaun y trastocar nuevamente esas expectativas, completamente dilapidadas en un plan fallido para secuestrar a Palmer y desvincular a Gus de ese arco argumental. Este Mr. Quinlan se confirma como el oficial y tenemos por fin a unos de los grandes alicientes para que “The Strain” se convierta en el show que muchos esperábamos. ¿El problema? Los dramas humanos… Ponemos en la balanza de cosas positivas la introducción, vía flashback, de ese ‘Gladiador Bárbaro’ cuya sangre es tan blanca como su piel y que nunca se pone moreno por mucho que le dé la luz solar. Bebe batidos de sangre humana y es un Dios de la Guerra, combatiendo en la arena de los circos romanos y soltando frases dilapidarías del tipo «No soy yo el que quiere este resultado. Tu propia gente lo pide» antes de rebanar pescuezos. Conoceremos más del ‘Caballero Demonio de Sicilia’ y que se trata de un mestizo. ¿Blade 2.0? La cuestión es que Quinlan estaba intrigado por el instinto y comportamiento humano y luego veremos que también por El Maestro, siguiendo su leyenda en la utilización de Jusef Sardu. El título del capítulo, “The Born”, es una referencia a cómo Quinlan se convirtió en una leyenda… que ahora veremos que es bastante real. Llegamos a los dramas. El primero lo protagonizan Vasiliy Fet y Dutch Velders. La hacker más lamentable de la historia de la ficción audiovisual, decide volver a su antiguo apartamento a buscar ropa (que luce la misma un día y otro) y se encuentra con Nikki, su antigua amante que la abandonó de malas maneras. La cuestión (y excusa) para ‘okupar’ la casa de Dutch es que se torció el tobillo… y tuvo la peor recuperación de la historia de la medicina… al parecer. En fin, que es tan idiota y tonta que no sabe hacerse un vendaje o ponerse una tobillera. Es una pena que Nora simplemente haya acabado como una mera enfermera y ejerciendo como madre ‘sustiputa’ como rol dentro del grupo… Fet tendrá que lidiar con el drama de lesbianas frente a sus narices y el único personaje guasón que iba a lo suyo se mete en un absurdo e innecesario triángulo romántico. Normal que Abraham Setrakian deje claro a su pupilo aquello de #StopDramasPorFavor. Pues, eso: #StopDramasPorFavor. Nikki también tiene que enterarse de que su ex novia lesbiana es bisexual y que su cornamenta crece a ritmo acelerado. Personalmente no me fio de Nikki, pasando de visitar a su desesperada madre para decirla que está a salvo y estando en el cuartel general de estos rebeldes… que son nuestros rebeldes. ¿Forma parte todo de los planes de El Maestro y Eldritch Palmer? Aquí huele a traición en 3, 2, 1…
Eldritch Palmer recibe las noticas sobre Goodweather en Washington D. C. y que sus planes para culminar su arma bioquímica han sido abortados. ¿El problema? La borracha sin rata muerta sobre su cabeza ha escapado. Palmer tiene tiempo de todo: de mirar como un adolescente pajillero a su amada Coco Marchand, de invitarla a un paseo en helicóptero —para dejar claro que sus planes pasan por destruir el mundo para volver a regenerar y reconvertirlo—, que miente como un campeón y, finalmente, enseñando a su brazo derecho su cama para que Coco protagonice una de las secuencias de necrofilia más repugnantes que hemos visto en la serie desde el beso de Setrakian y Nora. Solamente podemos entender que el deseo de Coco es de codicia y no sexual… Esperemos. Por si acaso: #StopNecrofiliaPorFavor.
Y la borracha de Eph regresa a Nueva York para ahogar sus penas y pesares en el alcohol. Dos hostias bien dadas necesita este elemento por acabar con el único ser inteligente de la serie. ¡ASESINO! ¡MALTRATADOR! ¡QUEREMOS QUE VUELVA NUESTRA RATA MUERTA! Eph nos presenta el drama de perder todo… Su mujer se transformó en vampiresa, su hijo es Joffrey Baratheon 2.0 y es incapaz de explicarle nada sobre los Strigoi, es una borracha folclórica-alcohólica y ha conseguido que asesinen tanto a su amigo como a su amante con la que podía salvar el mundo… DRAMA. ¡MÁS DRAMA! Eph no saborea el alcohol, se lo traga como una mala-perra y su único pensamiento es acabar con Palmer para clamar venganza. El momento lo venden como un gran cliffhanger pero Eph sin la rata muerta sobre su calva no intimida ni a un bebé. En fin, #StopDramasPorFavor y deja de beber borracha asesina de mierder.
Vayamos a la acción, al hype y al chasco… Setrakian y Fet visitan la fábrica de la que habló Fitzwilliam y allí encuentran tanto el cuartel general de El Maestro como un invitado de excepción. Quinlan ha llegado para dejar claro a propios y extraños que es el PUTO AMO y los niños-rata que quedaban por allí serán sus primeras víctimas. ¡Cómo reparte! El momento en el que saca un par de Uzis vale tanto como el momento de postureo del año televisivo como una de las instantáneas para saciar a todo espectador de “The Strain” por varios episodios. Tras las presentaciones, llega la parte informativa. El Maestro es, en realidad, el Señor Oscuro y primo-hermano de Sauron. O casi. Ha tomado varias formas a través de los siglos pero siempre por decisión propia… hasta ahora, claro. Atrapado en el cuerpo de un clon cutre de Marilyn Manson —al que se le cayo el pito por la taza de un váter— y con un nazi-de-mielda como brazo derecho, llegamos al esperado encuentro de ‘buenos’ y ‘villanos’. ¿El problema? Que Quinlan va ser testigo de la estupidez humana y por qué esta panda de fracasados siguen siendo… unos fracasados. Entre que Setrakian vuelve a la chochez para que Fet explote todo lo que pueda y que éste pone la dinamita en el lugar más desafortunado, desconocemos si todo este despropósito entraba en los planes de El Maestro. ¿Llamó antes a una linea de videncia o qué? Previamente el careo tenía todos los elementos para aumentar el hype. El Maestro mató a la madre de Quinlan y seguramente es su papá… Su embestida es abortada por la caída del edificio en sus narices. Literalmente. Así que los malos se van por un lado y los buenos por otro… y por separado. ¡A LA MIERDA! Y con razón. Quinlan les manda a tomar por culo porque la explosión más desafortunada y random del Siglo XXI ha acabado con sus planes y las expectativas de la audiencia. ¡A LA MIERDA! Pues eso, ¡A LA MIERDA!
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Creo que lo que querías decir era "gerontofília.
ResponderEliminarHola p!!
EliminarEn teoría, la palabra correcta es necrofilia y no gerontofília ("parafilia en la que las relaciones sexuales se prefiere con personas ancianas"). Le explico el motivo evidente y obvio:
Eldritch Palmer tendría que estar muerto. Si sigue vivo es porque es un "tragaleche" de El Maestro. Por lo tanto, "la excitación sexual que se logra a través de la manipulación sexual de cadáveres" es necrofilia. YPalmer es técnicamente un cadáver revivido por "tragar leche" de vampiro.
^_^
Un saludo,
Yo después del momento Acme de Fet apagué la tele y me piré :( No me esperaba esto de The Strain. La serie se ha ido a la mierder.
ResponderEliminarPor cierto, genial tu crítica. Con lo de Quinlan me la han dado con queso (Ay, la ratita >_<), hay dos Quinlans!! Es como los petitsuits!!