El regreso de la cuarta temporada de “The Walking Dead” volvió con unos datos de audiencia brutales marcando de nuevo el máximo de la televisión por cable. AMC ha dado en el clavo (del cable) con una serie de televisión que contiene demasiada violencia para ser emitida por una generalista pero que, al mismo, tiempo ha sido criticada de no ser tan dura como el cómic y eludir las viñetas con violencia explícita y agresiones sexuales más aplaudidas por los seguidores. Pese a que Robert Kirkman tiene el poder creativo, el universo catódico de TWD siempre ha estado cuestionado por su dicotomía de desarrollar la profundidad de los personajes o ceñirse a ser una serie de entretenimiento, acción y muertes sorprendentes. Capítulos de la presente entrega como “Internment” (4x05) y, sobre todo, “Too Far Gone” (4x08) pudieran marcar el camino a seguir para el drama postapocalíptico que ahora conduce Gregory Nicotero. “After” (4x09), nos diseccionó los sentimientos y pretensiones de Michonne, Carl y Rick como ejes de la serie pero “Inmates”, décimo capítulo de la cuarta temporada de “The Walking Dead”, nos va a dar señales de esa otra gran parte del grupo dispersa y a la completa deriva.
Los avances nos habían dejado claras dos cosas: primero, el grupo ha quedado diseccionado y mientras que Daryl y Beth van a ir en paralelo y solitario mientras que Tyreese y Maggie Greene parecían ejercer de nuevos líderes ante los supervivientes; y segundo, el capítulo tendría que servir presumiblemente como cliffhanger ¿final? la presentación de Abraham Ford, Eugene Porter y Rosita Espinosa. Veremos a Daryl y Beth escapar a través del bosque mientras la voz de la más joven de los Greene nos narra sus sueños de colores postapocalípticos dignos de un anuncio de compresas. ¡Solamente le faltó cantar! El contraste es evidente en ese personaje aparentemente luminoso sumido, cada vez más, en la más absoluta oscuridad. ¿Es momento de llorar? Los buitres y el agotamiento completo de la pareja después de su escape pueden dar esa divergencia a las palabras de Beth que forman una especie de diario sobre la va conformarse la primera parte de “Inmates”. La joven representa la esperanza y Daryl el punto de vista realista. Beth, después de yacer en una fogata nocturna, decide que no puede ser los únicos supervivientes y decide tratar de unirse con el resto. Daryl es un hábil rastreador pero da la impresión de no tener ganas de nada ni tener fe en el destino de sus antiguos compañeros. La muerte de Hershel va a seguir siendo primordial en al ánimo de todos aquellos que quedaron con vida y Beth pudiera ser la semilla, tanto genética como espiritual, de la nueva TWD. Ambos comprobarán que algunos supervivientes pasaron por allí y tendremos la ración revelada en un sneek peek con un caminante emergiendo de entre los arbustos y haciendo que la chica tenga que usar el cuchillo con la ayuda de Daryl. Ambos verán cerca de las vías de un tren a un grupo de caminantes comiéndose los restos de algunos supervivientes. No queda nada, simplemente una pequeña bota. Sí, es momento de romper a llorar…
¿La bota pertenecía a Lizzie o a Mika? Tendremos un flashback para recordarnos lo sucedido con las pistas halladas por Daryl y Beth y que la bota podría pertenecer a Lizzie. ¿O pertenece? Realmente “Inmates” nos quiere dejar claro que nada puede ser lo que parece y confirmaremos una imagen filtrada en la se veía a Tyreese protegiendo a Judith todavía con vida. El grupo del afroamericano y las pequeñas supervivientes será ahora el centro de nuestras miradas dentro de ese arco argumental que desea purgar a los ya purgados supervivientes de la prisión. Carl, Rick o Michonne son intocables. Lo sabemos. Pero el resto de personajes pueden ser pasto de los caminantes en cuestión de dos secuencias… Nadie estaba a salvo en la prisión y, ahora, todo se tornará más violento y peligroso. Mika y Lizzie tendrán que ser más duras que nunca y tener a un bebé llorón como reclamo y señuelo de caminantes. Entre pájaros asustadores, lloros de Judith y toda clase de ruidos atmosféricos, el grupo deberá avanzar en el peligroso bosque oscuro de Mordor hasta que unos gritos rompen la ¿tranquilidad? Tyreese tendrá que acudir al rescate dejando a las tres pequeñas solas y respaldadas la una por la otra. Los lloros de Judith sacarán la vena de psicópata de Mika que tratará de asfixiarla y podríamos recordar aquí su despiece de conejos a esas presumibles ratas con las que ensayó su arte de cuchillo. ¿Es la precoz Mika una futura asesina en serie? ¿Ese es el mundo que espera a las futuras generaciones? De momento, nos quedamos con Tyreese ayudando a un grupo de desconocidos lidiar con unos caminantes mientras que Lizzie tendrá que enfrentarse a ese par de caminantes que encontraron muertos Daryl y Beth. Comprobaremos que ser secundario en esta serie es lo peor que te puede pasar en la vida (o en la muerte). También desconocemos por qué un grupo tan patético defendiéndose ha logrado sobrevivir tanto. La cuestión es que los vivos irán cayendo ante la mirada de Tyreese hasta que escuche un disparo que proviene del bosque. El único superviviente de los asaltados es atacado y mordido por un caminante en el cuello y llega el primero de los cliffhangers del capítulo: Carol salvó a todas las chicas. Tyreese se acerca a ella y no sabemos si para matarla… pero se funde en un abrazo ante los atónitos gestos de Carol. Aquí, todos tiramos de hemeroteca walkingdeadiana: ¿le llegó a decir o no Rick a Tyreese que su novia fue asesinada por Carol? ¿Se lo llegó a decir? ¿Borrón y cuenta nueva en tiempos de crisis? Lo importante es que el moribundo superviviente les indica que si siguen las vías del tren llegarán al famoso Santuario. Un cartel indicativo dará más pistas a modo de mapa mientras que Carol pone al día a Tyreese obviando un pequeño e insignificante detalle del tipo ‘me echaron a patadas porque maté a la zorra de tu novia Karen con mi cuchillo para evitar un brote vírico que finalmente se extendió como la pólvora por la prisión’. Todos sabemos que esa perra hubiera muerto igualmente y estamos con Carol. ¿O no? Aunque la vemos ser víctima de esa precoz asesina en serie que ha creado... Además, el Santuario se llama Terminus. ¿El peor nombre del mundo para ‘terminar’ con una vida?
Teníamos constancia de que Sasha y Bob irían juntos pero no pensábamos que Maggie estaría con ellos. La chica se pone en plan súper-súper-pesado con el tema Glenn. Que si quiero ver a mi Glenn por aquí, que si quiero ver a mi Glenn por acá, que si quiero ir a reencontrarme con él cueste lo que cueste. Bob está encantado luciendo pecho-lobo y que Sasha sea la nueva niña de sus ojos mientras le venda una heridita de na. ¡Aprende de un macho como Tyreese, llorica! Maggie y ese joyón robado quieren ser el ombligo del grupo y finalmente ella sola-solita decide seguir la pista del autobús donde supuestamente escapó Glenn. Lo hallarán en un carretera… y repleto de caminantes. Maggie nos enseñará la secuencia WTF!? del capítulo haciendo un combo de cabezazos contra un autobús, una puñalada en plan ‘FATALITY’ y, finalmente, un ‘LO SIENTO’. ¿Perdona? ¿Un ‘lo siento’? Con los caminantes más tiesos que una mojama llegamos a que Maggie compruebe el interior de bus para dejarnos en suspense con el último ‘walker’ apuñalado por ella. ¿Será Glenn o su risa final entre llantos deja claro que su churri sigue vivo? Y Bob todavía empalmado, oigan.
Vamos a pasar al amante de Teruel que, tal y como vimos en las fotos y vídeo del avance, estará encima de un techo que no es el del autobús. Glenn recobrará la conciencia rodeado de caminantes y se dirigirá armado al interior de la prisión donde yacerá en una celda hasta ver la foto de su novia que reactivará sus instintos de supervivencia. Con su armadura de SWAT y su mochila repleta de suministros a modo de superhéroe, Glenn emerge del interior de la prisión para escapar y darse cuenta de que Tara está pensativa y aislada dentro de una pequeña verja con una pistola. Glenn se detendrá y sabemos que ayudará a la chica a reaccionar. Realmente necesita su ayuda porque se encuentra débil y sabemos que no podrá sobrevivir solo en todos los sentidos físicos y anímicos. La prisión sigue siendo el escenario y posiblemente ya no la volvamos a ver en más ocasiones en la presente temporada. Glenn se conoce todos los trucos de escape y supervivencia en una Apocalipsis Zombie y nos demostrará que el fuego aquí atrae a la bestias. Eso sí, Glenn ha sido el único ser vivo sobre la tierra que no se ha enterado de que Hershel no sigue vivo y Tara le hará el spoiler de su vida. Él también nos hará otra revelación: Glenn y Maggie están casados. ¿Perdona? ¿Por qué rito? ¿Por el balinés, el Hersheliano, Teruel-tontiano? Con la historia de su vida, de quién es la parienta y el padre de la parienta, Tara se traga el cuento de ayudar al amante de Teruel a encontrar a su media naranja. No tendrá mucho tiempo de pensar porque serán asaltados por uno grupo cuantioso de caminantes y veremos que Glenn no está del todo recuperado cayendo en la inconsciencia. ¿Todo está perdido? No, una furgoneta militar se encuentra en la carretera y de ella saldrán tres personas ante los gritos de Tara: «Espero que hayan disfrutado del espectáculo, hijos de fruta!». Sí, son Abraham Ford, Eugene Porter y Rosita Espinosa y el cliffhanger del episodio que parece leer la serie a sí misma: «¿Qué más tienes?». En definitiva, comienza la nueva “The Walking Dead”.
Llegaron los hijos de fruta más hijos de fruta de TWD |
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oh dios, gracias por estos "recaps". viva the walking dead, larga vida a the walking dead, la serie que más corta se hace y no llega ni pa' un diente. adictiva es poco, coño!!!
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