“La central”
Director: Francisc
Giró
España
España
2006
Sinopsis (Oficial):
Doce jóvenes pasan unos días en una enorme casa
al lado del lago. Como suele pasar en estos casos, todo parece ir bien hasta
que sucede lo imprevisible: el anfitrión de la fiesta cae por un acantilado.
Algunos chicos creen que se trata de una broma, otros le dan por muerto, otros
no le dan importancia. De manera que la fiesta sigue hasta que otro suceso
terrible acaba con cualquier posibilidad de divertirse: alguien empieza a
asesinar a los invitados.
Entre
chillidos de chonis y canis, botellones playeros sin sentido de la vergüenza
ajena, ping-pong, porros, caídas gravitatorias de bragas y chupitos… emerge el
diálogo que define la 2ª Peor Película de la Historia del Cine Español:
—
Creo que ha sido sin víctima del psicópata.
—
¿¿¿Del psicólogo???
“La central”, BODRIO
monumental, comienza con muchos
protagonistas vomitando y actúa como espejo de lo que está haciendo la
audiencia en ese momento al ver tan desagradable y estúpida propuesta cinematográfica.
Jóvenes cantando «Quiero follar por delante y por detrás, quiere follar sin parar, quiere
ser un follador, un follador… ¡un campeón!», doblajes de mercadillo, adolescentes con una única muda para
toda la semana pero con más drogas que Lindsay
Lohan (sí,
es cliché) y con 35Gb de porno (sí, también es
cliché). El comienzo es lo más hardcore y estremecedor desde que Yola Berrocal abandonara España
diciendo «Soy un ejemplo de la fuga de cerebros»…
Sí,
en la película de Francisc Giró cualquier
cerebro con alguna neurona viva en su interior saldrá a la fuga cuando vea emerger
a esos niñatos
gritando que van de fiestuqui y orgía playera entre defectos de sonidos para crear mal rollo (estomacal).
Proféticamente
el DVD anuncia que «Nadie oirá tus gritos…». Hablaba, claro, de los
espectadores al ver este horror de película. “La
central” combina “Gran Hermano” con “Scary Movie” y logra convertir a ese PEDAZO-BODRIO llamado “School Killer” en absoluta obra
maestra y referencia fílmica. Después de productos execrables como “Tuno negro”, “El arte de morir”, “XP3D”, “La
monja” o “Más de mil cámaras velan
por tu seguridad”, está claro que cuando el cine español imita la fórmula del slasher norteamericano cae en la mayor
de las abominaciones y ridículos… y, al parecer, está encantado con defecarnos directamente
a nuestra incrédula cara. ¿Significa, por lo tanto, que los responsables de
estas películas deberían también ser denunciados por asesinatos en serie
premeditados con la audiencia como víctimas?
Repasar la
película mentalmente puede provocar vómitos y pesadillas… pero me arriesgo a
morir: unos jóvenes de fiesta se enfrenta a la velada (en ambos sentidos) desaparición
de uno de ellos mientras otros siguen de botellón y fornicando. Los asesinatos
se sucederán con pésimos encuadres y falta de iluminación en los que no sabemos
ni quién ni con qué va matando a los invitados. Tendremos momentos trópsidos
por doquier pero también una electrocución en un coche con los peores defectos
especiales vistos en tiempo. Para rematarnos del susto y disgusto aparece una scream queen que está preñada
—pero como si no lo estuviera porque el guión lo olvida después del segundo
vómito…— y un complejo número de situaciones dignas del capítulo más obtuso de “Teletubbies” entre gente llorando
durante 90 minutos. O llorándose y drogándose a la vez… que para el caso y este
BODRIO-DE-MIERDA es lo mismo.
“La central” contiene uno de los peores
desenlaces de la historia del séptimo arte con una frase premonitoria del
protagonista: «¡VÁMONOS DE ESTE LUGAR!». Que este engendro esté
subvencionado no hace más que dotarlo de mayor valor intrínseco: así es nuestro
cine, nuestro asesino en serie más aterrador. Sí, el cuchillo con el que
está apuñalando nuestras retinas lo hemos pagado nosotros… ¡Mira el precio bien antes de quedarte ciego porque aquí se paga con neuronas!
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