“The Americans”
EEUU
2013
Sinopsis (Página
Oficial):
“The Americans” es un drama de época sobre un matrimonio de dos espías del KGB que se hacen pasar por estadounidenses en los suburbios de Washington DC en la década de los 80.
El matrimonio está formado por Phillip y Elizabeth Jennings, que tienen dos hijos que no saben nada acerca de la verdadera identidad de sus padres. Seguiremos su constante puesta a prueba en el aumento de la Guerra Fría durante la presidencia de Ronald Reagan y la creciente sensación de afinidad de Phillip por el american way of life.
Con “Homeland”
como tendencia catódica imprescindible y el halo cinematográfico del resurgir, a
golpe de calentamiento en microondas, de la Guerra Fría con títulos tan
dispares como “Misión imposible: Protocolo Fantasma”, “Salt”, “Iron Man 2” o “La sombra de la traición” llega “The Americans”,
con el que FX quiere aumentar sus expectativas dentro de la
ficción dramática. El piloto está filmado por Gavin O'Connor (“Warrior”)
y es una interesante pieza, aunque con destellos absurdos, que sirve a la serie
como carta de presentación. Parece claro que los intereses personales y el
servicio a la patria serán puestos a prueba y será su foco dramático. Para ello,
disponen de un matrimonio con dos hijos que encaja en el american way of life, pero que en realidad son espías del
KGB y sus corazones construidos de diferentes materiales. El de Elizabeth es puro hielo incapaz de derretirse
ni por el vodka mientras que Phillip piensa en una salida real a la
farsa que viven: realmente está enamorado de su ‘mujer’, ama a sus hijos y ha
quedado seducido por la vida en EEUU. Entre ellos existirá tensión y distensión
sexual y un juego de poder.
Desde esos detalles (como el del aire acondicionado) y numerosos flashbacks explicativos del pasado de los personajes, los secretos son amplios para ir desarrollando los mismos durante la temporada y atraer a los espectadores. Para hacer la serie más interesante, el FBI está tras la pista de personas sospechosas de espionaje según una fuente muy fiable —un ex coronel de la KGB y objetivo del matrimonio de espías— y por casualidad del destino (y de los guionistas) un agente (Noah Emmerich) se mudará justo al lado de nuestro matrimonio protagonista. Las posibilidades son numerosas y el piloto deja claro que el agente llamado Stan no se fía de ellos aunque no tiene ninguna prueba y pensará que más que una corazonada se trata de simple paranoia laboral. Automáticamente en mi cerebro salieron a flote esos thrillers comerciales que se pusieron tanto de moda a finales de los 80 y principios de los 90 como “De repente, un extraño”, donde el vecino podría ser el más peligroso y mortal enemigo. También “El extraño” de Orson Welles y diálogos de las recientes “La noche más oscura” y la segunda temporada de “Homeland”, donde comparaban el actual terrorismo islámico con la Guerra Fría y el dinero como moneda de cambio (en su amplio sentido). Aquí, 3 millones de dólares seducirán a Phillip, que finalmente ejecutará al secuestrado ex coronel al haber abusado de su esposa en su entrenamiento.
“The Americans” se puede ver (y funciona mejor) como comedia negra con nuestra perspectiva presente. Deberían haber hecho como “El dictador” y poner versiones ‘rusas’ de los temas musicales ochenteros que escuchamos, aunque obviamente sería limitar el género… aunque su guión está lleno de pifias. Tiene absurdos argumentales, como que esos agentes soviéticos parecen como Pyotr por su casa para capturar a desertores rusos impunemente, que frecuentan desatinadamente la oscuridad de la noche. ¿? Se nota, además y para mal, que la serie es de producción estadounidense y chirría al mostrar la vida comunista/soviética y los métodos de entrenamiento del KGB, que pasan por violar a sus agentes femeninas. No sé si estará documentado o se han lanzado sin red. Así, como ese acoso visual-sexual-verbal que sufre una niña de 13 años a ojos de su vengativo padre. ¡Qué estamos a principios de los 80 y tampoco en la América profunda! Eso sí, la venganza, como el buen vodka, se sirve fría… y el piloto de “The Americans” funciona por contrastes de interés y desaliento a partes iguales, dejando el conjunto más cercano a la comedia negra que a un drama funcional con espías rusos. Me quedo a la espera de confirmar o desmentir la propuesta entre esa combinación de frío y calor que me ha dejado en mi bastardo cuerpo.
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