“Cult”
EEUU
2013
Sinopsis (Página
Oficial):
El periodista de investigación Jeff Sefton (Matt Davis, “Crónicas vampíricas (The Vampire Diaries)”) ha
aprendido a vivir con la continuada e implacable retahíla de obsesiones de su hermano
menor de Nate, especialmente con su último ataque sobre un exitoso programa de
televisión que tiene intención de hacerle daño. Sin embargo, cuando su hermano
desaparece misteriosamente, Jeff toma las paranoias y miedos de Nate en serio… y
en el proceso descubre el oscuro submundo de la serie de televisión ‘Cult’ y
sus peligrosos seguidores…
¡Cuidado, los
fans de las series se han vuelto peligrosos y se han organizado! ¿Se lo
imaginan? ¿Se imaginan a las fangirls de “El Barco” secuestrando a Mario Casas en una barca robada en el Estanque del Retiro y tirando al agua a Blanca
Suárez para que sea pasto de las truchas mutantes que habitan allí? ¿O un
momento ‘torpedo de protones’ en un tanatorio y moviendo el ataúd del difunto?
Cualquier cosa es posible… menos para esta serie, claro. “Cult” podría
ser una serie de ‘cult’ si la cabeza pensante del invento fuera un genio
iconizado (y de culto) como David Lynch. De hecho, sería una secuela
perfecta del universo Twin Peaks, pero está claro que en el universo de The
CW no priman precisamente las neuronas y ni mucho menos el concepto del
‘riesgo’.
Lo primero
de todo —y realmente aquello que manda esta serie a los infiernos— es que nadie
se puede creer, en un mundo calidad catódica, que una ficción tan cutre y tan
poco carismática como ‘Cult’ sea objeto de culto. ¡Pero si no duraría ni
diez capítulos en emisión, por favor! Auto-inmolada la serie desde su proceso
interno metaficcional, queda poquísimo donde hincar el diente. Podría
interesar, eso sí, un mash-up junto con “The Following” para
originar la serie perfecta de cultismo, misterios, asesinatos y enfermedad
seriéfilo-viral. Obviamente la ficción que ha plasmado Rockne S. O'Bannon,
creador de “Farscape”, es tan mediocre como contraproducente: el piloto
es tan innecesario como insultante por momentos.
Con cliffhangers
que producen vergüenza ajena, creatividad en punto muerto, mostrando la misma innovación
que “Ana y los 7” y un abusivo uso de misterio de garrafa, la lectura
interesante y donde debería dirigirse “Cult” es que unos seguidores de
una serie pueden recrear la misma dentro de su propio mundo real. ¡Y sin acudir a la Comic-Con o una convención de frikis! Una conspiración
para clonar ficciones en entornos reales a modo de juego de rol en vivo… y con
víctimas. Rockne S. O'Bannon lamentablemente divaga entre el peinado de Matt Davis y la iluminación de la
sombra de ojos sobre fondos con mucho neón. O sea, un show anodino, previsible y
rutinario dentro de otro show anodino, previsible y rutinario. ¿Es “Cult”,
por lo tanto, doblemente anodina, previsible y rutinaria? Posiblemente, sobre
todo cuando compruebas que en “Melrose Place” se daban más puñaladas y habitaba más misterio tanto en los
personajes como en las tramas argumentales.
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