Especial Oscars 2011: Review (II)

Por suerte no tengo posibilidad (ni quiero)  de ver la televisión en abierto. Sobre todo si se trata de series españolas del tipo “Física o Química”… Puede que me dedique a hacer reviews de sus pilotos, tal y como sucedió en “Felipe y Leticia” y próximamente en “Sofia”, para el beneplácito cómico nacional pero es complicado automutilarse de manera tan poco agradable y escasamente remunerada. Por fortuna bastarda tenía compañía sheldoniana que me indicaba por qué ese niñato o niñata era conocido dentro del formato ficcional. Ése es de aquí y ésta de acá. Como puede ver poco importa el ‘éste’, el oeste y el ‘aquel’ si todo se reduce a un campo minado de mierdas de palomas catódicas. Esas palomas, llamadas cadenas, habían diseminado una viña minada de heces con ojos y copa en mano. ¡También séquito! Porque que sepan ustedes que la moda de la ‘famosa’ es llevar a una trouppe bohemia o de inusitada pérdida de aceite plumífera que engalane de vestuario  chillón al chillón de turno. ¡Que les den a todos un Oscar! Pero ya que les dan que les den por donde merezca que se lo den.

Yo en el Círculo de Bellas Artes la flipé y en colores. Nos dijeron que de etiqueta negra pero los bordados carrefourianos, netamente del más bajo outlet,  inundaron una fiesta condenada a la barra libre y al exceso putil. El auditorio donde se proyectaba la ceremonia vacío (bueno, al principio había tres parejas que se estaban dando el lote); la barra ‘petaá’. Spain is not different, es ‘asín’. El interés por lo tanto del invitado, famosete alopécico, medio-pelo o entero, era ir a escuchar bakalao y beberse cubatas hasta las seis de la mañana… Lo de ver los Oscar era para diez friquis que gritaron todos los premios como si fueran suyos y de gente que salía y entraba más que en un puesto de metadona.

Glamour TO KILL!!

Si usted es cinéfilo y le invitan… NO vaya. Y menos para soportar la peor entrega de premios de la historia de los Oscar. Mucho menos con el ambiente pasado de gente maleducada (el equipo técnico de Canal+, el peor) que no paraba de hablar en voz alta, abandonar el sitio para ir a ‘fumar’ o tomarse una copa (menos mal que no dejaban entrar con cubatas en la sala de proyección) y, sobre todo, hacer tanto el gañan. Ocurrieron cosas extremadamente fuertes y surrealistas como el intento de inmolación neuronal voldemortiano con diseño de vestuario por Helena Bonham Carter, pero fue lo de menos. Lo de más sucedió cuando Celine Dion salió al escenario a vomitar chillidos para homenajear a los que se fueron. Rohmer y Berlanga viven, según los Oscar. Pero de eso no quería hablar sino de una Macarena Gómez que yacía en las butacas (con troupe a mano) y preguntó, al ver en las imágenes a Pete Postlethwaite, a bastardo servidor y acompañante: ‘¿Éste, está muerto? ¿Y cuándo?’ Se le dijo hasta el cómo pero lo que ahí estaba ‘comido’ era su cerebro por sobredosis de garrafa embotellada. Pues hija, claro que está muerto… si te parece… 

Glamour TO KILL!!

Pero ese fue el primer lamento plañidero acompañado de comentarios cada vez que aparecía un rostro reconocible. Tony Curtis se llevó un ‘¡¡guapo!!’ de un acompañante frívolo de su séquito pero el momento estelar se lo llevó el cierre con Lena Horne que fue confundida con… ¡Nina de OT! Yo pensaba que sólo habían enterrado al programa… 

¿¡¡NINA ha muerto!!?

Pero la apoteosis final sucedió cuando el escenario se llenó de niños orondos con camisetas verdes para homenajear a Parchis disfrazados de hojas de marihuana. Entonces, Macarena dándole marcha a su cuerpo-cerebral nos preguntó: ‘¿Y esos niños, de dónde son?’ De San Ildefonso, guapa. De San Ildefonso y ensayando el Gordo… ése que le ha tocado a “El discurso del rey”. Yo sabía que había premio desde mediados de septiembre porque me lo chivaron… Me lo dijo una amiga de viva voz y me mandó un mensaje por facebook que data del 16 de septiembre. Parece que un rey llamado Oscar tenía el discurso escrito desde entonces.