Inside Job: Elephant

“Inside Job”, dividida en cinco partes, es un documental que analiza la crisis mundial que nos azotó desde 2008 y que puede ser analizado por puntos mayoritariamente externos:

     a)  En “Exit Through the Gift Shop”, el documental que fue rival a los premios de la academia y que finalmente no pudo alzarse con la estatuilla, se nos muestra una exposición de Banksy en Los Ángeles y una obra ‘Elefante en una habitación’ con un elefante vivo pintado a juego con el papel de las paredes de la habitación. Siguiendo la estela de la frase hecha inglesa ‘the elephant in our living room’ hay cierto espíritu crítico con un elefante, ‘camuflado’ con pintura infantil, que nos negamos a ver al ignorar los problemas que tenemos delante. La prensa americana, frente a esa obra, sólo veía controversia: un elefante vivo pintado para mostrar el malestar de las activistas frente al maltrato de animales.

b)   En el episodio que inaugura la cuarta temporada de “Rockefeller Plaza”, con Obama de presidente y crisis reinante en mano y datado en octubre de 2009, se habla de los sacrificios que han tenido que hacer los directivos: reducir plantilla, medios, dinero y horas extra… Pero la realidad es otra cuando uno ve la verdad y la nómina de los directivos: tantos ceros son ‘antiamericanos’ a menos que ‘sus talentos sean más valorados’ que los del resto de los mortales. Ellos tienen derecho a bonus… o a masajear la verdad a su conveniencia.

The elephant in our living room: ¿Alguien ve algo?

c)    Charles Ferguson declaró al recoger el Oscar por el mejor documental: ‘Ningún ejecutivo bancario ha ido a la cárcel.’

d)   ‘…se negó a ser entrevistado para esta película’ será la frase predomínate de todo el documental.

El propio documental también explora la crisis desde el exterior para conducirlo al interior. Se nos dice el cómo pasando al ‘por’ y acabando al dónde. Desde la superficie hasta el núcleo, desde Reagan hasta nuestros días, desde Islandia y su burbuja hasta el concepto y denuncia del documental: nada ha cambiado. Los excesivos salarios y bonus de las agentes de Wall Street siguen indemnes y ninguno está detrás de unos barrotes. La colección de aberraciones y verdades son dignas de un filme de terror: el sistema político está corrompido desde sus entrañas, la crisis y burbuja con forma de elefante se veía venir años antes por muchos especialistas que fueron ignorados cual Casandra, la Comisión de Valores de Intercambio no hizo investigaciones de los bancos de inversión en la burbuja y pese a millones de despedidos y pérdidas las bonificaciones para los ‘ladrones’ fueron aún más altas.

TESTIMONIOS DE UNA CRISIS

Charles Ferguson, director de “La guerra sin fin”, se rodea de documentación, material de archivo, testimonios de especialistas, implicados y, sobre todo, ausentes. Y es precisamente donde planea la crisis: todo aquel que la ha provocado o ha salido beneficiado económicamente tiene amnesia propia de una resaca. Sabemos que estos tipos, primos de los que salían en “Enron, los tipos que estafaron a América”, siguen ahí cobrando millones de dólares después de provocar una crisis financiera sin precedentes. Bancos de inversión, conglomerados financieros, aseguradoras de valores y agencias calificadoras ligadas por un entramado de bursatilización donde las hipotecas y el crédito se pierden en redes y cadenas de inversión sin importar sin pueden ser devueltas o no. Un sistema donde el riesgo se convirtió en sinónimo de ganancias para pocos y la gran perdición para los demás.

A LA DEFENSIVA

Pese a contar verdades como puños sobra algún momento lacrimógeno y no sé hasta qué punto de un documental tan necesario como “Inside Job” es merecedor de imagen cuando cuenta todo en su texto. ¿Mejor una película que un libro? Posiblemente, porque la labor principal de Charles Ferguson es hacernos entrar a los foráneos de la materia el contenido de los crímenes que han cometido estos tipos bajo el mandato de lo conciso, claro y entendible. Que entendamos todo el trabajo y mecanismos de estos ingenieros de pesadillas. Que el narrador sea Matt Damon (pronúnciese siempre como su marioneta de “Team America World Police”) debería ser una nueva señal sobre sus medios y objetivos.