jueves, 8 de octubre de 2015

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Comienza ‘American Horror Story: Hotel’

Vayamos a American Horror Story: Freak Show para recopilar lo que pudiéramos calificar como el fin de un ciclo. Aparte del anunciado —e incluso postergado— adiós de Jessica Lange de la antología al servicio de Brad Falchuk y Ryan Murphy, el show de FX tuvo un descenso de espectadores constatado pese al récord anotado en su premiere. “American Horror Story: Hotel” obedece, por lo tanto, a una pirueta mortal para captar tanto a nuevos espectadores como recuperar a aquellos que no vieron con tan buenos ojos al universo macabro de referencias desde American Horror Story: Coven. Es cierto que la capacidad visual y estética nunca se evaporó. Los últimos 5 premios Emmys técnicos cosechados —aparte de sus 8 nominaciones a las categorías principales de los Primetime— confirman que la forma sigue siendo incombustible, aunque el fondo y esencia esté lejos de su mejor versión: American Horror Story: Asylum. Los espacios ‘grandes’ funcionaron mejor para la ficción y en “Checking In” Murphy y Falchuk van a registrarnos en el misterioso y enigmático Hotel Cortez en el centro de Los Ángeles, dando cierta impresión de que los creadores desean recopilar todo aquello que han ofrecido a la televisión desde que Connie Britton y Dylan McDermott accedieran a esa casa encantada enAmerican Horror Story: Murder House allá por 2011. Los tiempos catódicos han cambiado y esa época de sequía e intrascendencia —donde “Fear Itself” o “Masters of Horror” pasaron previamente sin pena ni gloria para el público general— ha conllevado un aumento de series al servicio del género de terror.Scream Queens va a convivir con “American Horror Story: Hotel” aunque son dos planteamientos distintos resultan complementarios. Murphy es conocedor que su jugada maestra pasaba por el fichaje de Lady Gaga y de que el sexo, la estética visual perfeccionista, una lluvia de inteligentes referencias, conexiones con el cosmos AHS y, por supuesto, el terror más moldeable a sus fines engendren una pieza de diseño y talento. “Checking In” funciona como una perfecta carta de presentación a esos fines y es hora de repasar sus luces y sombras a golpe de lentes de ojo de pez. 

Volvamos a “El resplandor” de Stanley Kubrick y conectémoslo con el propio autor de la adaptación, Stephen King, para recopilar toda la transición a “1408” y cómo el cine de género evolucionó desde 1980. El viaje nos lleva incluso mucho más atrás en el tiempo. En esa trituradora de referencias directas tenemos desde el expresionismo de ver proyectado “Nosferatu” sobre el muro de un cementerio a elementos divisados en la obra de Dario Argento o ramalazos de esos nuevos tiempos que se impusieron en el thriller más macabro y gore gracias al legado de “Saw” o “Se7en”. En esa mascarada de homenajes y copias, el savoir faire de Ryan Murphy siempre ha sabido conectar las necesidades de la audiencia, con la inmediatez y viralidad de las redes sociales y, sobre todo, con el talento de crear una nueva y brillante obra a través de un collage de otras muchas. El arte del reciclaje nos traslada a pasar por habitaciones donde es posible hallar los eslabones perdidos entre “El pueblo de los malditos” y “Barton Fink” a través de una manida banda sonora de Eagles (‘Hotel California’). Todo es posible aquí. “American Horror Story: Hotel” es un anuncio y Brad Falchuk y Ryan Murphy son completos conocedores del material con el que trabajan, pudiendo hacer que un travesti (Denis O'Hare) que se hace llamar Liz Taylor lea ‘Ulises’ de Joyce como perfecta síntesis del producto y sus variopintos y distantes elementos conjugados. Esta temporada va directa a la yugular: una condesa (Gaga) acompañada de su amante (Matt Bomer) utilizan el hotel para saciar su sed vampírica y libidinosa. Iris (Kathy Bates) ejerce de desagradable conserje y deja en evidencia los recursos narrativos: nada de Wi-Fi o cobertua móvil, no hay devoluciones del depósito y si alguien insensato lo pide… acabará con un par de suecas que trataron de resistirse ante una serie de sucesos paranormales que culminaron en el terror en la enigmática Habitación 64. Sí el tiempo quedó detenido allí desde los 60.


Olvídese de Vin Diesel y de un parque de atracciones de Universal porque “American Horror Story: Hotel” nos va a recordar los orígenes del estudio y sus monstruos clásicos, de que en ese lugar —como sucedía en esa Casa Asesina que abrió la antología— hay cuantiosos fantasmas y criaturas esperando a sus nuevos huéspedes… para arrebatarles su alma. Los colchones se convierten en costuras de incisiones quirúrgicas y los pasillos en un espacio para que lo sobrenatural tome forma. Si algo deja claro “Checking In” es que no hay lugar para la censura en lo que sexo, hedonismo y violencia se refiere. Hay más. Una línea argumental que protagoniza Wes Bentley —encarnando a un detective de policía de Los Ángeles que sigue a un asesino en serie— nos remite más al obsesivo Fincher de “Zodiac” que al visceral de “Se7en”… pese a encontrar referencias directas en ese metalizado consolador y un recital de pecados pasados por luces de neón en sus créditos. No obstante, ese juego de conexiones y enlaces nos transporta a ver unas aterradoras y brutales escenas de los crímenes cometidos por el asesino en serie para pasar a ver la portada de ‘Mujercitas’ como contraste. Todo se basa en mutar gracias a elementos opuestos. El Hombre de Goma ha evolucionado, cambiando su oscuridad y negrura por una palidez más fantasmagórica y demoníaca. Addiction Demon va a ser otro de los extraños y depravados personajes dentro de esas toneladas de conexiones añadidas con el terror japonés para despuntar secuencias siniestras e incluso repugnantes. Toda esa concepción del crimen y el destino del superviviente, por ejemplo, encajan en ese concepto que fusiona el horror y el sexo para dos elementos sobre los que va a pivotar la temporada. En el capítulo y season premiere nos van a ir desmigajando los motivos que van a llevar al detective John Lowe a ocupar la habitación 64, guiado por una voz telefónica modulada cercana al slasher. Una de las hijas de Lowe fue secuestrada en una feria y el asesino en serie hostiga tanto a su esposa (Chloë Sevigny) como a su hija restante. El detective trata de protegerlas separándose y refugiándose en ese lugar que le dará seguramente todas las respuestas. ¿Por qué es tan importante las 2:25? ¿Qué sucedió a esa hora?


También seremos testigos de la relación de Iris e Hypodermic Sally, siendo ambas trabajadoras al servicio de la condesa y quedando sus destinos entrelazados. El hijo de la actual conserje, Donovan (Bomer), fue atraído al hotel para inyectarse heroína, desatando una clase de trágicos sucesos: Iris lanzó a Sally por la ventana al vació ‘asesinándola’ y al regresar con su hijo, que sufría una sobredosis, apareció la figura de la condesa Elizabeth. Nos aportarán más a su mitología en breve, no se preocupen. Para dotar de forma también a las tramas de esta temporada de “American Horror Story” veremos al nuevo propietario del Hotel Cortez (Will Drake) y a su hijo pequeño y cómo ambos son ‘seducidos’ por esa condesa extravagante —y que esnifa una tonelada de cocaína al día—. Nos revelarán que el personaje es letal cuando saca el filo de su metálica uña a escena y le encanta relamer los cuellos que acaba de degollar… aparte de dar una dieta de ostras a sus futuras víctimas que yacen en la ‘despensa’ del hotel como bien nos enseñó el Dr. Hannibal Lecter. Con los primeras difuntos y litros de sangre —aparte de muertes violentas ya sea detrás de las cortinas ‘vintage’ del lugar como en los alrededores—, “American Horror Story: Hotel” ha puesto sus credenciales sobre la mesa tanto a modo de reboot como siendo fiel al tronco audiovisual del universo de antologías gestado por Brad Falchuk y Ryan Murphy. Queda claro que no quieren dejar a nadie indiferente y tiene todos los elementos necesarios para buscar controversia: un lugar tétrico repleto de una oscura atmósfera, estilo a espuertas, nostalgia recurrente, muchísima depravación y, por supuesto, monstruos espeluznantes en cada esquina y oscuro rincón. Gaga, además, es clave para su deambular entre alfombras rojas atrapada en su fastuoso vestuario, conectando visualmente con Murnau y Nosferatu. Una frase y cita durante la premiere nos revela que registrarse en ese hotel fantasmal se puede hacer en cualquier momento, pero escapar de allí es misión imposible. Incluso haciéndose el ‘sueco’. El show de FX quiere que quedemos atrapados en esos delirios pesadillescos góticos aderezados por Joy Division, Bauhaus, She Wants Revenge o Sisters of Mercy, que hallemos todas las respuestas y dosis a nuestra adicción en los venideros doce episodios tras “Checking In”. Veremos qué nos espera ya que la cosa promete. Y no de esa cosa que espera hambrienta en la Habitación 33

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2 comentarios:

  1. La canción Tear You Apart es de She Wants Revenge, no es de Bauhaus.

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    1. Efectivamente Anónimo. No sé por qué puse otra cosa... salvo para poner las dos.

      Gracias por la aportación y saludos bastardos.

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