Rompenieves (Snowpiercer): Le Transperceneige

“Rompenieves (Snowpiercer)”

Título original: “Snowpiercer”

Director: Joon-ho Bong

Corea del Sur / República Checa / EEUU / Francia

2014

Sinopsis (Oficial):

Un fallido experimento para solucionar el problema del calentamiento global casi acabó destruyendo la vida sobre la Tierra. Los únicos supervivientes fueron los pasajeros del Snowpiercer, un tren que recorre el mundo impulsado por un motor de movimiento eterno. Adaptación de la novela gráfica ‘Le Transperceneige’, escrita por Jean-Marc Rochette y Jacques Loeb.

Crítica Bastarda:

Suba a un tren cinematográfico del que no podrá bajar hasta que acabe la película, hasta que se complete ese círculo que alterna el frío manifiesto y el calor interior en esos márgenes que delimitan una mentira. Acercarse a la adaptación de la novela gráfica de Jean-Marc Rochette y Jacques Loeb por parte de Joon-ho Bong es también abordar todo aquello que nos han contado otros en diferentes vagones y compartimentos. Nada es nuevo y somos nosotros aquel descubrimiento que viaje a través de esos escenarios para generar una nueva lectur; aquel transeúnte condenado a vagar en ese constante movimiento cíclico por toda la eternidad. ¿Existe un escape en el interior de esa pesadilla que condesa todo el futuro distópico y las bondades y maldades del ser humano? ¿Es ese mundo helado el destino fatídico para la buscada metáfora de la libertad? “Rompenieves (Snowpiercer)” es consciente de ser una manifiesta alegoría de la sociedad, de todo aquello que conlleva el poder y la marcada diferenciación social para que funcione cual perfecto mecanismo… aunque quebrar una pieza suponga la destrucción de todo el conjunto. 

La pregunta no es realmente «¿hasta qué punto está dispuesto a llegar el ser humano para perpetuar su supervivencia?» sino en delimitar todos esos mecanismos que afectan a un sistema impuesto, que pueden significar parte de universos y mundos independientes que jamás deben atravesarse. Joon-ho Bong ha concebido su obra como una lucha que enfrenta sus demonios y referencias con la resonancia del proyecto sobre la audiencia. ¿Se trata de aquella película que siempre hemos visto adornada por toda esa participación actoral internacional para potenciar la alegoría o, por el contrario, la atmósfera lo es todo ante la premisa para no parecer una versión violenta y contemporánea del ‘Arca de Noé? En “Rompenieves (Snowpiercer)” importa el chiste, la burla macabra sobre toda nuestra humanidad y las teorías del calentamiento global reformuladas en el punto de vista de la película. ¿Por qué estamos condenados a la narración desde el último vagón y parte trasera de esa sociedad y nos posicionamos en contra de ese ‘Gran Poder’ que designa los límites de la misma? 

Atravesar la puerta hacia otro mundo para hallar la libertad también nos sirve para formular la gran mentira, para revelar la verdad y el contraste. Todo está justificado… dependiendo del fin y medio y Joon-ho Bong es consciente de dirigirnos a un clímax lineal, al repasar todo el género entre vagón y vagón, y someternos a las curvas del entretenimiento y violencia.  La razón es (r)evolucionar todo el concepto visual de su obra puerta a puerta. Snowpiercer es, en definitiva, ese tren condenado al movimiento eterno, a sobrevivir ante la impostada y necesitado levantamiento, a atravesar ese mundo que, en resumen, siempre será igual y letal… O eso es aquello que nos dice y recalca el sistema. No digan claustrofobia sino fábula y aglomeración de referencias de cualquier tipo de tonalidad, desde la oscuridad más insoldable hasta el kitsch más artificial (y artificioso). He ahí toda la conexión ilusoria y delirante de ese infierno que atraviesa un mundo mortal y, en conclusión, ese gran y eterno cielo que posibilita la eternidad. 

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