[AVISO SPOILERS] El aterrizaje de la segunda temporada de “Sense8”, tras su especial navideño, ha supuesto que el espectáculo concebido por las hermanas Wachowski siga creciendo bajo ese original formato que permita adentrarse en todo tipo de géneros y conectar a ocho diferentes personas en distintas partes del mundo. En realidad, las intenciones son establecer un completo mosaico multicultural y global que permita a la serie adentrarse en tramas un tanto trilladas que no llamarían la atención de manera individual pero que, no obstante, por la ‘fusión’ e integración de ese grupo de ocho personajes permitan nuevas posibilidades. Sabíamos que la Organización de Preservación Biológica había iniciado la caza de nuestros protagonistas y el maléfico Sr. Whispers se ha obsesionado con destruir todo alrededor de Will Gorski. Pensemos en que sin comparamos el Club Clone y la perniciosa corporación de “Orphan Black” podemos tener algunas de las respuestas ante un futuro enigmático. La BPO es mucho más compleja de lo que pensábamos y en esta segunda entrega la idea es que tengamos más información respecto a su mitología y una guerra interna en la que los sensates son parte de un fuego cruzado. Algunas de las novedades de la producción de las Wachowski es que evidentemente existen otros grupos como nuestros protagonistas y van a comenzar a interactuar con todo tipo de consecuencias. Algunos pueden ser aliados y otros poderosos enemigos… Otra cuestión y elemento fundamental de cara a conformar un recurso de guion son los ‘bloqueadores’, que permiten anular los ‘poderes’ de los sensates y son parte de los trucos de Whispers y de la BPO. Nuestros protagonistas van a empezar a fabricarlos y utilizarlos y tal hecho va a ser parte de la vuelta de tuerca de final de la temporada, provocando que la serie entre en una nueva dimensión con un universo similar al de los X-Men con mutantes/sensates y una sociedad que todavía desconoce su existencia pero que estamos seguro no podrá soportal tal diferencia evolutiva. Es un tanto obvio que “Sense8” vende sexualidad y secuencias de montaje por doquier aderezadas por una acertada banda sonora. Si extraemos esas escenas orgiásticas nos quedaría la acción y, tal vez, el espectáculo se plantee que queda si ésta fuera eliminada. De este modo, vamos a vivir una evolución en cada uno de los personajes principales para ir completando un viaje personal en el que el resto de sensates se apoyan los unos a los otros. El nuevo viaje ha comenzado...
“Sense8” tiene diferentes pulpas sobre las que dispersarse en variopintos tonos. Lito Rodriguez (Miguel Ángel Silvestre) ha quedado designado como una especie de bufón caricaturesco sobre el show business de la industria cinematográfica y su salida del armario va a tener consecuencias directas para su carrera. Sobre todo si tal hecho se produce en el Orgullo gay de Río de Janeiro. Los escritores han pensado que Daniela tiene que conformar un peculiar trío en el que será la representante de ese actor en busca de un proyecto a su medida. Un prestigioso director, que se introdujo su primer Oscar por el recto, fichará a Lito para protagonizar un filme junto a un premiado actor interpretado por Cheyenne Jackson. No sabemos si han contratado a dobles de Johnny Depp o Lady Gaga o todo forma parte de una gran mascarada que esperemos continúe. Se avecinan nuevas curvas para esa sátira de la industria confeccionada por las Wachowski aunque los problemas de los sensates hagan que Lito tenga que revelar toda la verdad a Hernando y Daniela. También el carismático Bug se enterará de la existencia de los homo sensoriums y establecerá una divertida parcela junto a Amanita para ayudar a Nomi Marks a desaparecer… Gracias a una secreta organización de hackers, Nomi será una mujer muerta y borrada de la faz de la galaxia. Tal hecho, provoca que tengamos una trama dedicada a la boda de su hermana y en la que el desagradable agente del FBI obsesionado con la trans siembra la nota de discordia. Pese a todo, su padre defenderá y aceptará a su hija aunando con el compromiso de Amanita un punto de giro emocional/familiar para la protagonista. De las luces también podemos pasar a las sombras ya que Will perderá a su padre sin que pueda despedirse de éste mientas que Riley y el antiguo agente de policía volcarán sus esfuerzos en dar con el paradero de Whispers y seguir los rastros hacia los orígenes de Angelica Turing, la BPO y el propio Whispers.
La segunda temporada de la serie de Netflix ha seguido avanzando los arcos argumentales alrededor de los sensates y mientras Capheus (¿hasta nunca Aml Ameen?) se ha volcado en el plano político, Kala descubrirá los entresijos de la industria farmacéutica y que su esposo está colaborando en una investigación del gobierno. Da la impresión de que ningún sensate está a salvo en sus propias tramas y prueba de ello pudiera ser Wolfgang Bogdanow. Sabemos que el personaje interpretado por Max Riemelt está locamente enamorado de Kala (y la tensión sexual de ésta conforma parte del espectro de la serie) pero, no obstante, la llegada de otra sensate y prototipo de femme fatale hace estallar todo los aires. Vamos a tener la primera gran pelea entre grupos de sensate y parte de nuevas posibilidades del espectáculo bajo un nuevo concepto. Sun Bak, por su parte, aporta un largometraje oriental de acción con tintes de thriller en el que no faltará uno de los momentos más impactantes del comienzo de la temporada. Se ha hablado mucho de qué ocurriría si muriera uno de los sensates y el nuevo intento de asesinato que sufrirá Sun en prisión llegará a todos sus compañeros con el mismo dolor y brutalidad. La idea es que tal golpe de efecto abra y cierre la temporada con diferentes personajes. Por suerte, Sun conseguirá nuevos aliados para escapar de prisión y tratar de acabar con su hermano. Aunque ‘Terminator’ consigue llegar a su objetivo, Sun decidirá hacer lo correcto siguiendo la promesa a su madre y se dará cuenta de que los turbios negocios del psicópata de su hermano llegan a ramificaciones políticas. ¿Podrá ese detective brindarle ayuda una vez que se recupere de su grave herida o Joong-Ki Bak es ciertamente tan peligroso como intocable? “Sense8” ha crecido sobre sus capas temáticas aunque núcleo principal lo ha compuesto la caza de Whispers y los distintos contraataques del grupo para frenarlo. La traidora enemiga de Wolfgang le venderá a la BPO y podemos entender que otros grupos de sensates han sobrevivido haciendo pactos con el diablo y pagando un alto precio. El propio Jonas Maliki (Naveen Andrews) es buena prueba de ello, pasando de un quirófano en el que su cerebro va a ser rebanado, centímetro por centímetro, a ‘supervisar’ a Whispers consiguiendo un ascenso. Uno de los secretos de “Sense8” es la jerarquía de esa organización en la que un director da la impresión de marcar el destino de homo sapiens y homo sensoriums. ¿Quién será? Al contrario que “Orphan Black”, las hermanas Wachowski parece que no desean centrarse en un juego de cajas chinas sino en dejarse llevar por el torrente de emociones que conecta a todos sus personajes. De este modo, el doloroso y brutal método de Whispers para conseguir lo que necesita de Wolfgang provoca un movimiento y punto de giro en los sensates. Will tenía un plan utilizando bloqueadores y Kala tendrá que fabricarlos con celeridad para partir inmediatamente de viaje junto al resto de compañeros. La idea es que el tablero quede volteado y tengamos una de las vueltas de tuerca de la temporada al descubrir Whispers que Will estaba físicamente con él y que ha viajado a Londres junto a sus compañeros para iniciar una guerra en la que también Jonas también será capturado. Al fin y al cabo, el destino de Jonas estaba ligado al de Whispers y los sensates han dejado de esconderse para ser ellos aquellos que ahora decidan su propio destino. Entendemos que el grupo va a tener que negociar la liberación de Wolfgang y ahora muchas preguntas han surgido para la futurible próxima temporada. ¿Cambiará la producción radicalmente al estar los sensates en el mismo plano físico o tienen otros planes como integrarse en parejas a lo largo del planeta?
“Sense8”, pese a toda esa montaña rusa de emociones, no deja de ser una serie en la que las hermanas Wachowski puedan introducir un discurso sobre la intolerancia o la transfobia gracias a ese terror humano por convivir junto a la diferencia. La magia del espectáculo también se ampara en la propia controversia que genera su pulpa más superficial y efectista que, al mismo tiempo, sirve de catalizador para ese concepto global en el que nuevos grupos de sensates van a ir apareciendo. Tal vez el riesgo sea mover a todos los protagonistas a un mismo espacio y quitar de la ecuación (al menos, de forma temporal) esa posibilidad de contar con personajes de todos los continentes bajo una conexión extrasensorial. La idea, no obstante, es tratar muchos temas que también nos adentre en la desigualdad reinante de un mundo más conectado de lo que pensamos. “Sense8” tampoco quiere ser una serie mayoritaria ya que está concebida como baja sus excesos, orgías ocasionales, giros de guion y temas sensoriales que permitan una fuente de creatividad para sus creadoras y faciliten al espectador pasar de la risa al llanto. En realidad, aquello que nos ha desvelado esta segunda temporada de la producción de Netflix es que su mitología no va a ser tan simple como cabía imaginar y vamos a necesitar mucho más que un par de temporadas para atar muchas de las piezas expuestas. Otra cuestión, es ceder al hedonismo y la capacidad de disfrutar de ese marco multicultural con un espectáculo rodado en multitud de exteriores de todo el mundo y con conceptos que permitan la integración de una experimentación conjunta bajo una acción siempre dinámica y constante. Y aquí el absurdo es capaz de vivir con la emoción o el ridículo dentro de los márgenes de unas historias entrecruzadas que realmente nos hablan sobre la identidad y los peligros de un mundo hostil.
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Excelente. Te la has visto de un tirón. A mí me queda para el fin de semana.
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