Wayward Pines: Un lugar del que no querrás marcharte nunca…

Serie de TV

“Wayward Pines”

EEUU

2015

Sinopsis (Página Oficial):

Basada en el best-seller de Blake Crouch, “Wayward Pines” relata la historia del agente del Servicio Secreto, Ethan Burke (Matt Dillon — “Crash”), que llega a la bucólica ciudad de Wayward Pines (Idaho) para intentar localizar a dos agentes federales que han desaparecido. Cuanto más cerca se encuentra el protagonista de hallar la verdad, más se alejará de la vida que conocía hasta el momento. Pronto deberá hacer frente a una terrible verdad, y es que nunca podrá salir de Wayward Pines con vida. Con M. Night Shyamalan (“El sexto sentido”, “Señales”, “El Protegido”) al frente de la producción ejecutiva, la nueva serie, de 10 episodios, cuenta con un elenco de reconocido prestigio, en el que no solo destaca el ya citado Matt Dillon, sino que éste estará acompañado por referentes de la interpretación como Melissa Leo (ganadora de un Oscar por “The Fighter”), Juliette Lewis (“Asesinos natos”), Terrence Howard (“El mayordomo”), Toby Jones (“Los Juegos del Hambre”) o Carla Gugino (“Watchmen”).

Crítica Bastarda:

[SPOILERS hasta “One of Our Senior Realtors Has Chosen to Retire” (1x04)]

— «Un lugar del que no querrás marcharte nunca…»

× Pues estoy pulsado el OFF de mi mando a distancia…

— ¡Pero si es Wayward Pines! ¡Es eslogan dice que…

× ¡Adiós! Pues ya me he marchado… Mira que fácil. ¡Hasta nunca!

Lo siento, no pienso ver ni un solo nuevo capítulo de “Wayward Pines” hasta que los guionistas o el creador, Chad Hodge, entregue el final de la serie completamente escrito al 100% y sin posibilidad de cambio a un notario y éste lo meta en un sobre cerrado evitando así cualquier clase de modificación/mareo/tomadura del pelo. Con “Lost” ya tuve suficiente. Una y no más Santo Lindelof-Yo-No-Explico-Más. Y no se trata de ojear las tramas argumentales y resoluciones de las novelas de Blake Crouch o auto-spoilearse con sus finales porque ya vimos en “La Cúpula” que esos cacareados eventos televisivos limitados se suelen convertir en shows regulares si los datos de audiencia son buenos…liando y liando el asunto para no desliar nada al final (o hacerlo de mala manera). Tal y como indicó Abed Nadir en el ¿series finale? de “Community”, «las reglas de la televisión no se basan en el sentido común, se basan en una empresa que quiere exprimir a fondo sus propiedades». Y todos sabemos que si FOX encuentra a otra gallina de los huevos de oro esta temporada —después de “Empire” y “Gotham”— no va a dejarla en libertad sino precisamente bien encarcelada y prisionera en su correspondiente gallinero y a muy buen recaudo… poniendo huevos y huevos hasta que éstos dejen de tener valor… o sean de ese oro que cagó el moro… 

Primero vayamos a la propia serie como tal, sin adaptación que valga. Saquemos el machete y comencemos a quitar la maleza de referencias (¿y descaradas copias?) para ver el paisaje con mejor perspectiva y claridad. Tenemos dos pilares como “El prisionero” y “Twin Peaks” con un recopilatorio de M. Night Shyamalan y algo de “Lost” y “Silent Hill”, “El show de Truman”, “Nowhere Man” y “The Twilight Zone” con prestados de la ya mencionada “La Cúpula”. Todo es déjà vu, aunque dentro del género… todo (a estas alturas) sea déjà vu. El problema de “Wayward Pines” es que quiere pulsar esas teclas de distinto modo y manera aunque tenemos como referencia (y guía) el best-seller de Blake Crouch y, sobre todo, la simple lógica del espectador. Pocos pueden entender cómo un agente del Servicio Secreto toma las decisiones más absurdas e ilógicas al verse atrapado en tan pintoresco y artificial lugar donde buscaba a dos de sus compañeros desaparecidos. No tienen smartphones, televisión ni internet, la comunicación con el exterior es imposible, sí billetes falsos por doquier, cámaras y micros por todas partes, fechas de desaparición y detalles que no cuadran… ¡y sin grillos!. El problema es que tampoco sorprenden sus cliffhangers y muertes de sus ‘estrellas’ y secundarios. Juliette Lewis tiene show en activo recientemente renovado (“Secrets and Lies”) mientras que Terrence Howard es el protagonista de la serie más exitosa del momento  en EEUU (“Empire”). Que sean simples cameos no deja de remarcar cierto potencial para la participación de actores y actrices con cierto renombre. En “One of Our Senior Realtors Has Chosen to Retire” (1x04) presentan, por ejemplo, a Hope Davis… que se ‘quedó’ sin ficción televisiva tras la cancelación de la fallida “Allegiance”. Tras ese cambio de cromos aparece en escena otra cuestión que no es otra que la sensación de delirio y absurdo. La muerte del personaje de Lewis es una de las cosas más ridículas vistas en televisión en 2015 y que ese sheriff, que interpreta Howard, no pare de repetir estúpidamente «¡Esta es mi ciudad!» de manera tosca y cutre, tampoco ayuda. Mención aparte el asunto de esas reglas en Wayward Pines que el guión se pasa por el forro cuando evidentemente le interesa… 

Toda esa gestión del misterio y paranoia es la materia prima de la primera parte de la serie para ir mostrando los mecanismos que se mueven dentro de ese enigmático paraíso. Hay cierto noir y una sensación fría, como de thriller emergente, en todo el conjunto. A mí no me convence así que teniendo las novelas de Blake Crouch publicadas he decidido atravesar antes que el protagonista la revelación final… ¿y fatal? 

[SPOILERS GORDOS Y GRANDES REVELACIONES A CONTINUACIÓN]

«Crees que quieres saber la verdad, pero no quieres. Es peor que cualquier cosa que puedas imaginar». ¿Qué esconde Wayward Pines? En las novelas de Blake Crouch el misterio es esclarecedor: un multimillonario llamado David Pilcher pronosticó el fin de una condenada humanidad y creó una construcción artificial y superestructura en el interior de una montaña gigantesca para convencer a voluntarios para poder salvar a la raza humana. Se puede decir que tanto diseñó como planificó todo y creó el sistema para suspender artificialmente la vida humana en el tiempo. Tanto ellos como otros ‘elegidos’ fueron sometidos a una especie de criogenización para ir siendo despertados gradualmente alrededor del año 3813, donde eran los únicos supervivientes de la especie y debían perpetuar la misma. Las vallas les protegen de las bestias carnívoras que ahora pueblan y dominan el basto ecosistema como especie dominante del mismo. Se les conoce como ‘abbies’ y son los descendientes mutantes de los seres humanos. ¿No les suena el asunto a ese tercer acto futurista de “El tiempo en sus manos” basada en la novela de H.G. Wells? Todo esa degradación de la especie, al parecer, la había pronosticado Pilcher y ahora se convierte en una especie de Dios para esa comunidad atrapada en un mundo distópico que desconoce. Las técnicas que ha utilizado para someter a sus feligreses las conocemos: accidentes, amnesia e incluso la repetición del proceso hasta la completa integración. Ethan Burke descubrirá que no es la primera vez que fue despertado e integrado en la comunidad y tendrá que decidir cambiar las cosas desde dentro o someterse a ese peligroso mundo habitado por los abbies. La trilogía de Crouch está compuesta de esa introducción para su primera entrega (“Wayward Pines. El paraíso”) en la que rápidamente todo es develado tanto por el lector como por el protagonista principal. Su segunda parte (“Wayward”) transforma todo en una especie de thriller de supervivencia mientras que en la tercera (“The Last Town”), con la gran verdad expuesta para todos los habitantes, muta en un concepto de survival horror similar a “The Walking Dead” y Alexandria. Crouch deja un final abierto, revelando que varios residentes de Wayward Pines fueron enviados al exterior como nómadas para saber si hay más supervivientes o qué suministros pudieran utilizar. Uno de ellos regresara en plena caída y mascare del pueblo al quitar ese multimillonario la protección artificial que les amparaba de los ‘abbies’. El futuro inminente de ese paraíso —y por extensión de la raza humana— es la extinción por los ‘abbies’ y/o las actuales condiciones climatológicas adversas. Crouch utiliza, en cierto modo, el mismo mecanismo de H.G. Wells para que sus protagonistas pueda ‘huir’, avanzando en el tiempo a una época en la que ese paraíso se pueda hacer realidad con plena libertad y conocimiento de la verdad. ¿Lo será 70.000 años más tarde? Los ojos de Ethan Burke se abren de nuevo, enlazando con el principio de todo, aunque esa es ya otra historia… ¿que escribirá FOX en nuestros televisores? Lo dicho: ¡ADIÓS!

— ¡Pero si es Wayward Pines! ¡Es eslogan dice que «Un lugar del que no querrás marcharte nunca…»

× ¡Ya estoy fuera, ya he me he marchado, adiós y hasta nunca o lo que es lo mismo: hasta que mande un WhatsApp el notario! Ah, ¿que no tienen ni internet ni televisión? ¿Y esperan sobrevivir? ¡JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA! ¿Sobrevivir sin smartphones? ¡JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA!  ¡SÍ, SÍ, ES CIENCIA FICCIÓN! ¡ME DESORINO!

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