Miniserie de TV
“The Book of Negroes”
Canadá
2015
Sinopsis (Página Oficial):
Secuestrada de su pueblo en el África occidental con once años de edad, Aminata Diallo es forzada a formar parte de un tropel de esclavos y debe soportar una terrible travesía en el océano. Es conducida a una plantación de Carolina del Sur donde hace se convierte en alguien valioso gracias al uso de conocimientos de comadrona aprendidos al lado de su madre, a la vez que mantiene la atención de su celoso amo, Robinson Appleby. Después Aminata se reencuentra con Chekura, un compañero también esclavo de África Occidental para casarse en una ceremonia clandestina. Cuando su primer bebé es brutalmente secuestrado y vendido por Appleby ella jura que un día volverá a su tierra natal.
Parece que me cuesta trabajo morirme. Según mis cuentas, no debería haber vivido tanto. Soy Aminata Diallo, hija de Mamadu Diallo y Sira Kulibali. Nací en un pueblo llamado Bayo en lo que vosotros llamáis Guinea. Sabía desde muy pequeña que sería una djeli, una cuentacuentos. Observaría y recordaría…
El relato de “The Book of Negroes”, adaptación televisiva de la novela homónima de Lawrence Hill, nos traslada a una gran y monumental odisea de su narradora. Aminata Diallo fue secuestrada cuando apenas era una niña por los esclavistas que asesinaron a sus padres delante de ella y le arrebataron todas sus creencias a golpe de latigazos. Marcada por el metal y el fuego, parte del concepto fundamental de toda su historia queda retratado cuando aparece ‘el hombre blanco’ en escena y la protagonista lo ve atónita por primera vez en su vida —junto a otros africanos—. «¿Es un hombre o un espíritu maligno?», exclama Aminata. Precisamente esa pregunta pasa a la propia conciencia del esclavista que ha dejado de ser un hombre, convirtiéndose en un espíritu maligno, en un diablo para la humanidad. Hill desea amoldar el viaje ‘bigger than life’ de su heroína a sucesos y personajes históricos, como si la libertad de contar con un ser anónimo y ficticio —que sufrió en sus propias carnes el amplio concepto de la esclavitud— le permitiera acomodarse a todo tipo de conceptos clásicos, como esa gran historia de amor plagada de separaciones y reencuentros entre Aminata y Chekura. Esos elementos le sirven a Clement Virgo para ir desmigajando la propia historia de la independencia de los EEUU, del vital papel de los abolicionistas remarcando la figura del inglés John Clarkson o el nacimiento de Freetown en Sierra Leona para cerrar esa promesa y círculo vital de la narradora.
Hay poderosos diálogos que remarcan el discurso y la gran hipocresía del pueblo norteamericano, como esa conversación que mantiene Aminata con George Washington:
—¿Cree que el hombre negro algún día tendrá su libertad como los americanos?
×Puedo prever que nada más que la erradicación de la esclavitud perpetuará la existencia de nuestra Unión.
—Entonces, general, ¿por qué es propietario esclavos?
En ese largo viaje, plagado de encuentros, pocas alegrías y muchos pesares, Virgo y Hill no necesitan una tormenta efectista de látigos, gritos, sangre, sudor y lágrimas. Si “12 años de esclavitud” era una recreación bastante sensacionalista de las vivencias y penurias de Solomon Northup —con un carácter netamente recaudador de premios y estatuillas—, en “The Book of Negroes” hay instantáneas mucho más aterradoras sin necesidad de convertir el conjunto en una revisión blaxploitation de “La pasión de Cristo”. Ver cómo ese diablo de una plantación de Carolina del Sur deja rapada a Aminata delante de todos los esclavos por su embarazo con otro hombre es demoledor y espeluznante. Presenciar cómo viola, secuestra y vende a su hija forma parte de una repulsiva historia de atracción que se narra en paralelo y en la que vemos ese concepto psicológico, lóbrego y enfermizo de la obsesión. Solomon Lindo —un judío que como los esclavos africanos eran ‘outsiders’ de la época— se convierte en el primero de los salvadores de Aminata, aunque su hipocresía y un gran pecado dinamita su relación. Clement Virgo inicialmente planteó el proyecto como un largometraje y tenía suficiente material para gestar una gran historia épica, donde fuéramos incluso testigos del escape de la protagonista en un Nueva York belicoso y envuelto por la Guerra de la Independencia. La miniserie dividida en seis partes no se corta ni un pelo en narrar la dicotomía de los esclavos por considerarse miembros de esa nación que luchaba por su independencia —pero manteniendo la esclavitud como modelo social y económico— y la labor abolicionista de los ingleses, supuestos villanos habituales de la historia norteamericana. ¿Es mejor estar del lado de las casacas rojas, que ofrecen la libertad y poner fin a la sumisión, o con los rebeldes, cuyo propio concepto de libertad no parece extenderse a aquellos que han esclavizado? Un abolicionista como Sir John Clarkson ve en Aminata la perfecta candidata para registrar los nombres de esos esclavos en ‘el libro de los negros’, ese documento real, que utilizó Hill como eje de su novela, para que puedan conseguir la libertad y un pasaje a Nueva Escocia.
Nada en la vida de Aminata va a resultar sencillo, dándose cuenta de que el racismo y el miedo a la diferencia han condenado a los suyos posiblemente para siempre. En su viaje a su natal África descubre que vive en un mundo donde la supervivencia es la victoria y su labor para frenar la esclavitud tiene que ser ayudando a otros a sobrevivir, a dar una voz a aquellos que no pueden tenerla. Y ahí aparece el gran discurso de “The Book of Negroes” en el viaje final a Londres de la heroína, abriendo la vía al activismo como gran solución al revelar la verdad a un mundo ciego frente a esa abominación y enfermedad que engendraron llamada esclavitud. Aminata se convierte así en esa djeli y cuentacuentos, capaz de plasmar todo aquello que observó y recordó a lo largo de la odisea que vivió para revelar el gran poder de las palabras. La miniserie también amolda a su discurso el melodrama y su historia de amor para alcanzar un gran clímax en su recta final y redención personal de Solomon Lindo. El relato también nos habla sobre ese contacto físico entre Aminata y sus distintos ‘dueños’, rechazando el mismo hasta encontrar una vía de comunión en esa alegoría sobre la esperanza en la humanidad que le proporcionan los actos de John Clarkson. Tal vez quede algo bueno en ese ser humano —y muchas veces espíritu maligno— que poco tiempo atrás decidió traicionar y poner precio a la libertad de los suyos.
Cada día, en Londres, sumerjo mi pluma en tinta para convertirme en un nuevo tipo de djeli, un djeli para los lectores en ambos lados del gran río. Finalmente hemos abolido el comercio de esclavos pero aún nos queda mucho camino por recorrer. Todavía hay que abolir la esclavitud en sí. Nuestras historias son poco más que cuentos de aventuras. Son gritos de la verdad, de la justicia y la libertad. Incluso los cuentos sobre la pérdida y las dificultades nos dan coraje y abren las puertas del amor. Es un milagro que haya podido vivir lo suficiente para llevar a cabo mi trabajo como djeli, para que mis propias historias vivan más que yo.
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