martes, 16 de junio de 2015

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Silicon Valley: Segunda temporada


La primera temporada de “Silicon Valley” empezó con muy buen pie a todos los niveles, convenciendo a crítica, público y, sobre todo, teniendo presencia tanto en Emmys y Globos de Oro como en las listas de seriéfilos y medios de lo mejor del año. Time, Washington Post o Yahoo! TV incluyeron el show en su top 10 catódico de 2014 y en el presente año —y segunda entrega— ya se ha hecho con los Critics' Choice TV Award a la Mejor Comedia y Actor. La serie de HBO encontró un lugar propio y, sobre todo, gracias al respaldo de emitirse junto aJuego de Tronos. Sus ocho capítulos iniciales se han transformado en diez y rápidamente llegó la renovación por una tercera temporada. Desde “Sand Hill Shuffle” (2x01) comprobamos que Mike Judge sigue fiel a su espíritu nerd/geek con toneladas de incorrección y una afilada y ácida parodia del mundo de la tecnología. Vamos a seguir la construcción de ese imperio, a lo ‘Sim City’ como marcan sus títulos de créditos, que punteará la evolución y lanzamiento de Pied Piper con Richard Hendricks como CEO. La inesperada muerte de Christopher Evan Welch (Peter Gregory) dinamitó posiblemente el concepto de show que deseaba Judge y en esta segunda temporada el personaje que interpreta Thomas Middleditch está destinado a ser ese otro gigante que se enfrentará al egocéntrico Gavin Belson, líder de ese Google ficticio llamado Hooli. Nucleus representa lo peor de cualquier corporación multinacional y el plan de Belson para someter a la competencia pasa hundir a esa pequeña empresa que tiene un algoritmo de compresión soñado —ideado de la forma más desopilante— y que se hizo con la Batalla de Star-up de Disrupt TechCrunch. Esos 50.000 dólares son un comienzo y los chicos se enfrentan a la primera fase de dar forma a su revolucionario sistema de compresión de archivos pero necesitan financiación. ¿Raviga es la solución o hay vida más allá en ese mundo corporativo sobre la tecnología? Stern-Taylor Capital Fund quiere atraer a Pied Piper y los guionistas aprovechan esas líneas para lanzar un discurso crítico sobre el mundo de los negocios en Silicon Valley. O bien esos poderosos inversionistas compran todo tu talento a golpe de talonario, adquieren tu compañía en un acuerdo que te prostituirá de por vida bajo el yugo de esos tipos equivocados o, simplemente, te destruyen. No hay más opciones… ¿En la segunda temporada de “Silicon Valley” nos han ofrecido otra elección? 

Richard encontró en Peter Gregory, el antagonista de Gavin Belson, la excepción a la regla pero Peter ha muerto, Raviga es ahora una empresa vulnerable y el resto de opciones no ofrecen aquello que esperaban. Belson quiere convertir a Nucleus en el salvador de ese ‘DATA-GEDDON’ que se aproxima y necesita hacerse con los avances de Pied Piper a toda costa: «No sé ustedes pero no quiero vivir en un mundo donde alguien más haga que el mundo sea un lugar mejor de lo que hacemos nosotros». Richard negocia con Laurie, un nuevo personaje y socio-gerente de Raviga, una nueva valoración más razonable y consigue un ascenso por esa chica que tanta tensión sexual le genera llamada Monica. Olviden un concepto tópico sobre las relaciones románticas de Richard porque, tal y como revela el previo al season 2 finale, su única novia en tres años ha sido su propio ordenador portátil. Gavin declara la guerra, entre discursos póstumos de paz y amor, demandando a Richard por robar Pied Piper de Hooli. Con esa simple premisa “Silicon Valley” es capaz de desarrollar toda una temporada, haciendo todavía más sólidas las mecánicas de grupo con roles bien definidos por parte de cada miembro del equipo. Las disputas de Gilfoyle y Dinesh son ya un clásico dentro de ese show que quiere ofrecer un concepto realista y bastante oscuro de la dificultad de crear algo nuevo, revolucionario e innovador ese reino de tiburones y excéntricos multimillonarios. 


Richard se da cuenta por medio de su peculiar abogado, interpretado por Ben Feldman, que los planes de Gavin Belson son estrangularles con grandes facturas de abogados en el proceso judicial y espantar a los inversores. Todo ocurre según su guión para que Richard se vea tentado de ‘retornar’ a Hooli con Pied Piper debajo del brazo, aunque con esa decisión destruya el grupo y se distancie de sus compañeros de piso. Como giro de guión aparece Russ Hanneman (Chris Diamantopoulos), un egocéntrico y egoísta milmillonario obsesionado con seguir siéndolo, para financiar a la compañía de Richard con cinco millones de dólares. Se trata de un capullo grosero, pomposo y misógino que tuvo suerte hace unos 20 años con la gestación de la radio para internet. No ha hecho nada desde entonces ni tampoco quiere hacerlo más allá de ampliar su fortuna gracias a Pied Piper o incluso quedarse con la empresa si fracasa. Las condiciones de Russ tienen letra pequeña y los chicos no van a tener todo el dinero de golpe, marcando el milmillonario el ritmo de sus gastos e incluso aprovechándose de los mismos para sus otras empresas. La segunda temporada de “Silicon Valley” desarrolla bastante todo ese despropósito que es Hooli y Gavin Belson, que revela cómo puede salir airoso tras comparar públicamente el trato a los millonarios en América con los apuros de los judíos en la Alemania nazi. La construcción de una réplica a escala de la Sala de los Nombres de Yad Vashem justo al lado de la tienda de bicis es suficiente para vender su anti-antisemitismo. Todo se compra con dinero. Todo. El humor de Mike Judge se basa bastante en la incorrección y lidiar con ciertos tabús sociales pero también quiere formular una sátira del mundo de la tecnología. Los abogados de Hooli ven una vía para ganar el caso de Pied Piper, utilizando a Nelson Bighetti AKA ‘Cabezón’ como si fuera el auténtico creador de la aplicación. Van a ascenderlo rápidamente y presentarlo como un individuo brillante y todas esas líneas argumentales llegan en paralelo a la introducción de un nuevo personaje (el Dr. Bannerchek, interpretado por Patrick Fischler) y el más nefasto sistema operativo para móviles creado nunca jamás. Al nivel de Apple Maps… Efectivamente, para correr y no parar ni mirar atrás. ¿Realmente estas corporaciones de la informática compran todo a golpe de talonario, están lideradas por personal incompetente o se limitan a la coacción, similar a una banda mafiosa organizada, para conseguir sus objetivos?


En “Server Space” (2x05) llega el estrés y los sudores nocturnos, los cambios ante la perspectiva de una nueva oficina… pero también nuevos problemas. Los chicos van a comprobar que las empresas de servidores se niegan a alquileres sus equipos para no perder a Hooli como cliente debido al fatídico litigio. El ingenio de Gilfoyle les salva y ahora ellos tendrán sus propios servidores, pero es uno de los muchos problemas que tienen que lidiar entre monos pajilleros con brazos mecánicos, personas que dicen ser cyborgs, trolleos by ‘with the Dragon Tattoo’, tantear con las excentricidades de su jefe y, sobre todo, el creciente estrés de Richard ante tanta presión a punto de explotar con la incompatibilidad de la casa de Erlich para albergar un negocio. ¿No le bastaba a Gavin con hacer una denuncia para una inspección o existe un código no escrito para la construcción de esos grandes imperios? El gran monólogo de Erlich nos da pistas:
Siempre dices que este es un buen vecindario. ¿Sabes por qué es tan buen vecindario? ¿Sabes por qué tu casa de mierda vale 20 veces más que lo que pagaste por ella en los años 70? Porque gente como nosotros se muda aquí y empieza negocios ilegales en los garajes. Las mejores empresas: Apple, Google, Hewlett-Packard, incluso Aviato, todas ellas empezaron en garajes ilegales. Por eso Silicon Valley es uno de los mejores vecindarios del mundo. Por gente como nosotros, no por gente como tú. Así que si veo siquiera una mirada sucia o una mirada lasciva en dirección a Richard, se terminó.

Con otro problema menos, llegan los más graves. En una de esas reuniones en busca de financiación los chicos sufrieron una maniobra para robarles sus ideas. Dentro del despliegue de gran humor negro de “Homicide” (2x06), uno de los mejores capítulos de la temporada, descubrimos que esa empresa (EndFrame) ha utilizado parte del algoritmo en su propio beneficio. Ellos tienen la empresa ya montada y un departamento comercial, que lleva tiempo luchando por un contrato y acuerdo con Intersite valorado en 15 millones de dólares. Como esto es “Sillicon Valley” la corporación en cuestión se dedica a contenidos pornográficos en internet y la visita de los chicos a EndFrame hizo que Gilfoyle accediera, vía contraseña apuntada en un post-it, a los datos de tan suculento pre-contrato. La CEO de Intersite, tras su charla con Richard, ofrece una competición entre ambas empresas pero el idiota integral de Russ Hanneman (y su botella de tequila) arruinan todo gracias al borrado más rápido de la historia de la informática del Siglo XXI. En “Binding Arbitration” (2x09) llegamos al juicio y al talón de Aquiles que puede hacer perder el caso de Richard a favor de Hooli. «¿Nos estás diciendo que todo este caso depende de que la gente crea que Richard tiene una novia?» Y es que Richard tuvo su portátil en reparación unos días mientras trabajaba en Hooli. Utilizó uno de sus ordenadores para probar Pied Piper y si los abogados de Gavin encuentran esa información en los correos electrónicos, respecto a aquel objeto que llamaba novia, están perdidos. Gracias a ‘Cabezón’ Richard consiguió chantajear a Gavin para no llegar a juicio y hacer un arbitraje que decida el destino del litigio. Por otro lado, los chicos prueban su compresión por vídeo en un livestream de un huevo de cóndor, de gran perfección visual, que se convierte en trending topic tras el accidente de un empleado que trató de quitar la cámara. Un tuit de Manny Pacquiao provoca que hasta 300.000 espectadores en directo se sumaran a ese cruel recital de diversión con el HBO tendría que dimitir según los protectores de la moral y los límites del humor. ¿Parodiar 127 horas debería estar tipificado como delito? Desde luego, el sketch va por otros derroteros: en Silicon Valley uno se fija en la calidad del pixel y la programación y no en el contenido, aunque éste sea la supervivencia de un hombre a punto de beber su propia orina. 


Antes de la sentencia al arbitraje, Gavin confiesa a Richard que tendría que haber pedido a la Junta Directiva de Hooli comprarlos por 250 millones ya que su algoritmo es lo único capaz de salvar al desastroso Nucleus. La broma a Gavin se saldrá cara ya que finalmente el juez retirado que arbitra el caso da la razón a Richard, ya que las cláusulas del contrato de Richard y Hooli son ilegales según la Corte Suprema de California y la contratación de Donald Dunn es clave para tirar de un hilo que desmonta el caso de los abogados de Gavin. El contrato de Richard es, por lo tanto, nulo y sin validez por lo que Hooli no puede reclamar la propiedad intelectual subyacente de Pied Piper. No hay lugar para la celebración ya que Richard mandó un mensaje a sus compañeros para borrar su creación en medio de tan climático proceso y sentencia. Por suerte la disputa del software de Dinesh y el hardware de Gilfoyle salvan el asunto. Pero la gracia del season 2 finale, “Two Days of the Condor” (2x10), es la burla al destino tanto de Gavin como Richard. El primero va a tener que dar muchas explicaciones a la Junta Directiva de Hooli y su cabeza parece que va a rodar… siendo curiosamente ‘Cabezón’ su posible sustituto debido al ascenso dentro de la gran empresa y corporación. Los nuevos aduladores ya se arriman al Presidente de las sociedades de Cáncer y SIDA de Hooli… Por otro lado, Laurie Bream vio el potencial de Pied Piper pero también es consciente de sus tropiezos debidos a errores humanos y sus posibilidades en aplicaciones más vanguardistas por encima de la compresión de vídeo (y porno). Tras comprar Raviga sus acciones a Hanneman, la decisión es despedir a Richard como CEO. Realmente en ese desenlace se conjuga toda la capacidad dramática, humorística y sarcástica de “Silicon Valley”, capaz de hacer suya la compresión de Pied Piper a sus libretos. El ascenso de Richard en ese complicado y surreal mundo cada vez está más cuesta arriba, pero no es un giro de guión sorprendente, ya que desde el comienzo de la temporada ese germen e idea quedó en el subconsciente del protagonista tras alguna conversación con casos similares al suyo. Realmente en ese cosmos corporativo de las tecnologías las opciones son escasas para marcar la diferencia. ¿Lo conseguirá Richard en la tercera temporada de la comedia de HBO? ¿Se hará ‘Cabezón’ con el control de Hooli y pedirá ayuda a su mejor amigo? Lo veremos en 2016.  

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