Juego de Tronos (4x08) The Mountain and the Viper: «Dilo. Di su nombre.»

Una semana de descanso de “Juego de tronos” ha propiciado que “The Mountain and the Viper”, octavo capítulo de la cuarta temporada de la serie estrella de HBO, haya impactado mucho más incluso antes de emitirse. Después de tanta impresión y contundencia aérea del cierre de “Mockingbird” (4x07) sabíamos que tendríamos que esperar el doble de un ya apremiado tiempo en nuestros corazones, ya que la cadena de cable decidió ‘paralizar’ sus series del domingo por la coincidencia con el Memorial Day en EEUU. Que emitieran el cierre de la primera parte de la última temporada de “Mad Men” tenía un pase… aunque no lo viera ‘nadie’, pero si llegan a programar este capítulo tan violento, brutal y bestia… mandan a los creadores de la serie a la silla eléctrica a los dos días. Tal y como marca el propio título e incluso aquello que ha circulado alrededor del juicio de Tyrion Lannister, el enfrentamiento entre La Montaña y La Víbora Roja va a puntear el clímax del destino de aquel que define como ‘Dios’ de la serie según Sibel Kekilli (Shae). Durante este descanso, España ha estado bastante vinculada con “Game of Thrones” y no por la abdicación de nuestro monarca (como acto político encubierto por la probable consolidación futura de otro escenario en las cortes necesarias para el proceso sucesorio, Meñique dixit) sino tanto por la nacionalidad de una de sus diseñadoras de vestuario como el posible destino del rodaje de la próxima temporada… pese a que ya nadie se fía de este tipo de noticias, ni de los Reyes. El camino de esos «7 Dioses, 7 Reinos, ¿7 temporadas?» continúa su camino de éxito tanto en audiencia como en reconocimiento y, de nuevo, los Critics’ Choice Television Awards han considerado (de nuevo) a “Juego de tronos” entre la élite de los mejores dramas para así constatar el triunfo a todos los niveles del show. Es necesario recordar que el año pasado fue ganador junto a “Breaking Bad”. ¿Se repetirá la historia de la serie con mejores valoraciones de los medios especializados en 2014 con aquella que las tuvo en su despedida en 2013? Es hora de repasar “The Mountain and the Viper”.

No hay nada como una gran matanza y masacre para ponerse al día con “Juego de Tronos” y seguir ese interminable conteo (y regadero) de cadáveres y muertes dentro de la serie. Y es que Villa Topo va a ser asaltada (y arrasada) cual Babilonia por esos ángeles salvajes de la muerte y dejar, de este modo, una brutal estampa de apertura. Digamos que una puta lanzado eructos y diciendo sandeces no iba a ser demasiada oposición, junto a dos cuervos, para la llegada de Ygritte, Tormund, Thenn Warg y compañía. Vamos a seguir esa matanza y así también conocer el destino de Gilly y su bebé, que han quedado ocultos y a merced de la decisión de la ex novia de Jon Nieve. En este capítulo “Game of Thrones” va a dejar gran parte del suspense de la narración e información al silencio, la elipsis y el subtexto de sus diálogos. Lo va a hacer prácticamente en todas sus tramas y de esa sangre derramada que corre a través del techo de la taberna donde trabaja Gilly, pasamos a los sentimientos de culpabilidad de Sam. Su tortura y también esperanza por las voces de sus compañeros (Gilly ha sobrevivido a cosas peores y nosotros también hemos sido testigos) nos llevan a esa inminente batalla que veremos en “The Watchers on the Wall” (4x09) dirigido por Neil Marshall. Tal y como nos anuncia Jon, Villa Topo es el paso previo al ataque sobre el Castillo Negro desde la parte interior mientras Mance Rayder y su ejército de 100.000 hombres (¡y gigantes!) llegarán por el Norte de El Muro para pulverizar a 102 ya casi desplumados cuervos. ¿Llegará el ejército que está organizando Stannis Baratheon a tiempo o se están parando cada cinco minutos para que Melisandre chuscarre a alguien? Nos interesa formular otra pregunta: ¿será mejor el próximo capítulo que “Blackwater” (2x09)? Con que se igual de excelente nos vale, ¿verdad?

De una trama que va a llegar a su clímax nos enfrentamos a la estructura ahora mismo más débil de la serie y se confirma, llegados a este punto, que David Benioff y D.B. Weiss han querido racionar el material de George R.R. Martin. Como era de esperar, va a aterrizar algo de Desembarco del Rey en Meereen pero, antes, la realeza nos va a hablar de ‘el pilar y las piedras’ de todo esclavo castrado. La relación de Gusano Gris y Missandei toma otra cariz cuando el Inmaculado se fija en el baño de ese cuerpo serrano y desnudo de la traductora y fiel de Daenerys Targaryen. ¿Un hombre sin su ‘pilar y piedras’ puede tener deseo sexual? Como Missandei no tiene un yahoo questions al que acudir le enseña sus vergüenzas a su reina para más tarde darse cuenta de que el amor más profundo no tiene ‘pilar ni piedras’. Oh, wait! Que todo trataba de los portones de ese castillo inmaculado femenino… El que se queda sin ‘pilar ni piedras’ en otro sentido friccional es el pobre Jorah Mormont, cuya traición quedará expuesta con la entrega a Barristan Selmy de su indulto real firmado por Robert Baratheon. Los guionistas han preferido dejar este giro en la relación de Daenerys y su fiel protector para este momento y cambiar ligeramente la adaptación de ‘Tormenta de Espadas’ para compensar mejor los tiempos y dar más cabida a la sorpresa en el reinado no tan apacible de la Khaleesi. Posiblemente va a ser la decisión más difícil para Daenerys pero realmente la información que brindaba Jorah sobre Viserys y ella en Desembarco del Rey, durante la primera temporada, puso a su hijo en peligro pese a que éste salvara su vida. La purificación de la propia Daenerys al cierre de la primera entrega de “Juego de Tronos” y el nacimiento de sus dragones presumiblemente finalizaron la traición e incluso el inicio de un amor completo a la futura Reina de Meereen. Jorah no será perdonado y la secuencia está construida en esos niveles que marca el trono y con Daenerys sin mirar a los ojos de aquel que tanto la amó como la traicionó y en ese inverso orden. Jorah sabe que el movimiento de Desembarco del Rey es para dividirles y es allí donde le remite su reina junto a sus antiguos amos. El contacto final visual es su despedida y también el acto de desprecio de Daenerys a aquel que consideró su más fiel aliado prohibiéndole tocarla de nuevo o decir su nombre. Devastado, Jorah dejará tanto Meereen como iniciará seguramente una nueva línea argumental en la serie. 

Sabíamos que Ramsay Nieve y su perro Reek (Theon Greyjoy) iban a tratar der tomar Foso Cailin bajo el poder de los hombres de hierro enfermos ante ese encierro con la propia muerte que dejaron atrás y a su alrededor. Theon, como heredero de las Islas del Hierro, ejecuta perfectamente su papel hasta que su virilidad queda en evidencia ya que un hijo del hierro no se inclinaría ante otros. Por suerte para Theon, uno de los hombres ejecuta por la espalda a su comandante con la idea de aceptar la oferta de rendición y escapar con vida. De su cara con vida y esperanza pasamos a su rosto repleto de muerte y desollamiento. La brutal estampa, marca “Game of Thrones”, nos revela realmente que para Ramsay Nieve despellejar a sus enemigos ya es un acto vintage. De hecho, la llegada de su padre Roose Bolton con su ejército confirma la promesa de que el bastardo a partir de ese día será Ramsay Bolton. La secuencia pudiera tener hasta ecos de una versión en Invernalia de “El Rey León”, ya que el Norte es el Reino de los Reinos… aunque desconozcan que es precisamente por ahí donde van a campar el ejercito de salvajes que llega desde más allá de El Muro. En realidad, también ahí nació también la propia serie y el estigma de la misma a través de los Stark como conductores del espectáculo. ¿Y qué planes tendrá Ramsay ahora sobre Reek y ese baño de correspondencia que tiene pendiente? 

Teníamos pendiente saber cómo Meñique y Sansa iban a salir parados de la muerte de Lysa Arryn y comprobar si íbamos a tener cambios respecto a ‘Tormenta de Espadas’ y, evidentemente, marcando el futuro de la adaptación de ‘Festín de Cuervos’. La economía narrativa ha llevado muchas veces a la serie a formalizar otro tipo de drama mucho más potente con menos personajes y prueba de ello va a ser la muerte de Lysa y las explicaciones de Lord Petyr Baelish ante los Señores Recusadores y nobleza del Valle. Es buen momento para presentarnos a Lord Yohn Royce y Lady Anya Waynwood y someter a un interrogatorio a Meñique dependiente del testimonio de Sansa. Si uno repasa el currículum de Petyr tiembla con sus intenciones maquiavélicas y siempre consecuentes a sus intereses. ¡Y eso que estos tipos no saben la que viene de liar en Desembarco del Rey! Según Meñique, Lysa se suicidó y la historia no encaja demasiado hasta que escuchan el testimonio de ‘Alayne’, que rápidamente revela su identidad y deja los testículos de Petyr al tamaño de dos aceitunas. Considero que han acertado plenamente los guionistas con los cambios del material literario porque en realidad “The Mountain and the Viper” nos habla del paso de esa niña que vimos al comienzo de “Juego de Tronos”, que necesitaba un par de bofetadas, a una mujer tremendamente inteligente y sexy. Eso sí, que Sophie Turner deje de poner fotos de ella en plan moja-bragas de Justin Bieber en la redes sociales… El testimonio de Sansa es devastador a los corazones de los Señores Recusadores dejando claro que Lord Baelish la salvó de los Lannister y corroborando su historia respecto al suicidio de su tía Lysa. ¡La tipa estaba loca, loca de amor, loca de celos! El beso de su ‘tío’ Petyr (en la ‘mejilla’) fue malinterpretado y la historia de Sansa es tan convincente y emocional, dejando a Meñique como un enamorado y pasional héroe, que no sabemos por qué no la rodaron en clave de flashback y sketch de ‘Saturday Night Live’. Las lágrimas finales y su mirada a Meñique nos llevarán a un encuentro en el cuarto de Sansa donde entre bordado y bordado aclara su apoyo hacia su protector. 

Digamos que Sansa ha optado por una decisión inteligente y medida, marca de esa evolución que ha explotado tras escapar de sus torturadores y atormentadores. Esa secuencia nos va a dejar claro que Meñique ha encontrado posiblemente a su media naranja maquiavélica y que puede ser el único ser capaz en Poniente de leerle. ¿De verdad Sansa conoce a Petyr? Nos dice que sabe lo que quiere… y, de nuevo, nos queda el margen al espacio y la duda. Sobre todo teniendo en cuenta que los planes de Meñique son convertir el odio de los Señores Recusadores por los Lannister en un apoyo incondicional por Robin Arryn, Señor del Valle. Robin necesita hacerse un hombre, blandir la espada, montar a caballo y dejar de ser ese niño enfermizo y sobreprotegido. ¿Ser el futuro marido de Sansa o hay otros planes más oscuros? Planteemos esa gira para conocer todo el Valle como un nuevo campo de cultivo donde emerge de la luz esa nueva Sansa que blande en su vestuario el propio escudo de su nuevo Lord. ¿Se trata de una conversión a un lado oscuro en plan Dark Sith? ¿Es ya una mujer o ‘la mujer’? El nuevo pelo oscuro y su look sensual, desde luego, nos dejan la claridad de la mirada de Meñique para que midamos el largo, dureza y grosor de su erección en ese preciso momento. El viaje de ese trío contrasta con la llegada (y también evolución) de Arya Stark y Sandor Clegane y sus aventuras tarantinianas. De los chistes sobre la muerte de Joffrey Baratheon pasamos a su recepción en Puerta Sangrienta para enterarse de la noticia de aquella que pudiera pagar un rescate está muerta. Es hora de reírse desternillantemente como la joven Stark y saber si esa ironía mortal no pará factura como esa herida que no quiso cauterizarse El Perro. ¿Informarán alguien a Meñique y, por extensión, a Sansa de la llegada de su hermana? ¿O esa información será recogida por Brienne de Tarth y Podrick Payne que recordemos se dirigían allí? Me temo que hasta el season 4 finale no tendremos una culminación a esta línea argumental. Mientras tanto, nos quedará imaginar a Arya asesinado con un hueso de pollo a Joffrey.

“The Mountain and the Viper” deja lo mejor para el final y aquello que marca el propio nombre escogido de su capítulo. Antes de que escuchemos los ecos propiciados por la épica lucha y el repiqueteo de «Violaste a mi hermana. La mataste. Mataste a sus hijos.» tendremos una secuencia de ¿despedida? entre Tyrion y Jaime Lannister. Los hermanos encontrarán que el asesinato de los primos es el único homicidio familiar que no tiene una palabra definida para referirse al mismo. Este hecho nos vuelve a revelar esos huecos que la audiencia tiene que rellenar ya que los hermanos recordaran a su primo Orson y su estado de deficiencia mental al caer de cabeza sobre el suelo cuando era un bebé. La manía de Orson de aplastar escarabajos no es un homenaje a The Beetles sino que deja caer, en esa obsesión de Tyrion por comprender los actos asesinos de su primo, un posible asesinato. ¿Se trata de una confesión? ¿Tuvo algo que ver Tyrion en la muerte accidental de Orson ya que no consiguió lograr entender ese libro indescifrable que contemplaba con sus actos? ¿No suena un poco todo lo anterior a ese monólogo de Meñique hacia Sansa? Sea como fuera, la falta de respuesta ante la violencia y las masacres humanas (o de insectos) eleva el discurso de una posible muerte a ese juicio del Lannister ante los Dioses. Ni siquiera sabe cómo va a poder combatir Oberyn Martell, y esa armadura tan ligera y sin casco, muy a lo Víbora Roja, contra La Montaña. ¡Y encima bebiendo vino antes del duelo con el cliché del beso con Ellaria Sand! La multitud observa desde las gradas y también Cersei junto a Jamie y el padre y patriarca, Tywin Lannister. Nosotros, a nuestros relojes ya que esperábamos una secuencia mucho más extensa… aunque el resultado final no lo necesitara. Es momento de humillar (¿¡más!?) a Gran Maestre Pycelle y presentarnos esa extraña combinación de interrogatorio y duelo a muerte. La Víbora Roja deja claro que es más rápido que Gregor Clegane (y su pesada armadura) y que la lanza de Oberyn pude herir a convicción. El problema es que La Víbora quiere una confesión de los crímenes cometidos contra Elia Martell y saber quién dio la orden. Ese «Violaste a mi hermana. La mataste. Mataste a sus hijos.» incomoda a Tywin como parte de ese juego de la propia serie con su audiencia e incógnitas. Oberyn ya nos anunció las intenciones de tumbar a ‘La Montaña’ y dejar sus espaldas contra el suelo ante un brutal ataque que parece haber puesto fin a la bestia. ¿Está a salvo Tyrion? ¿Tendrá el ano prieto en ese momento Cersei? Pero Oberyn quiere una confesión, su necesidad precisamente se transforma en su debilidad cuando la obtiene a un alto precio… un alto precio que es su propia vida. Con Gregor en el suelo, éste consigue impactar violentamente las piernas de Oberyn para sujetar su cabeza fuertemente, golpeando su rostro y dejando unos dientes volando como marca de su potencia. La situación ha sido ‘volteada’ por otra clase de pirueta y así enseñarle aquello que buscaba: la confesión sobre los crímenes contra Elia Martell. Pero también revelarle, con él de ejemplo, cómo aplastó su cabeza metiendo sus pulgares en sus ojos ante los gritos de su presa antes de volver al suelo abatido. La secuencia es aterradora y espeluznante incluso para aquellos que conozcan el material y desconocemos si las heridas sobre Gregor Clegane han sido mortales… pero finalmente ganó y Tywin Lannister recuerda a su hijo que está sentenciado por el propio destino (y los Dioses) a la muerte. Seamos sinceros, aunque hubiera ganado Oberyn y no se hubiera dedicado a ‘platicar’ como los villanos de las películas, Tyrion era hombre muerto y no hubiera durado cinco minutos en libertad. Además, ¿no sería en cierta medida una burla a esos otros dioses del otro lado de la pantalla salir airoso dos veces con el mismo recurso? ¿Le quedará algún aliado a Tyrion que pueda ‘voltear’ su destino o los fieles seguidores de la serie nos pondremos a gritar como Ellaria Sand del puro horror? 

La realidad es otra, “The Mountain and the Viper” es un extraordinario y brutal capítulo de una extraordinaria temporada de “Juego de Tronos”. Un episodio que deja tu corazón como la cabeza de Oberyn y pocas ficciones son capaces de taladrar tan contundente y potentemente las emociones de su propia y populosa audiencia. Es la mejor aunque no lo quieran reconocer los Emmys pese a que algunos tilden el entusiasmo ya muy generalizado en fanatismo. Y no hace falta que tengamos a Oberyn con su lanza afilada reclamando una confesión a golpe de «Dilo. Di su nombre.». Sí, “Game of Thrones” es la mejor serie (como tal, que “True Detective” cuenta de momento como miniserie por mucho que diga HBO) en emisión de 2014. Posiblemente el ya lejano coleteo de la excelente despedida de “Breaking Bad” designe el destino como si el propio drama fuera parte de esa sentencia fatal de Tyrion. Esperemos que encuentre una salida y brillo. «Dilo. Di su nombre.»… Di que “Juego de Tronos” se merece el Emmy al Mejor Drama del año. Dilo. Di su nombre.

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