Crossbones: ¿Mejor o peor que ‘Black Sails’? ¿De verdad importa?

Serie de TV

“Crossbones”

EEUU

2014

Sinopsis (Página Oficial):

De Neil Cross, el galardonado creador de “Luther”, junto con Jim V. Hart y Amanda Wells llega “Crossbones”, un nuevo y convincente drama de una hora repleta de acción extraordinaria, aventura e intriga —ambientado en un mundo donde uno nunca puede estar seguro de quién es el héroe y quién es el villano—. Nos encontramos en 1729 en la isla secreta de Santa Compana donde Edward Teach, más conocido como el bárbaro pirata Barbanegra (interpretado por el ganador del Emmy John Malkovich), ejerce de Rey sobre una nación rebelde de ladrones, bandidos y malhechores. Mitad pueblo de favelas, mitad utopía, mitad paraíso del delincuente, es un lugar como ningún otro. Barbanegra tiene los diseños de un cronómetro de longitud, un invento que cambiará el mundo. Durante un ataque masivo contra un buque inglés los piratas intentan robar el dispositivo, pero a que a bordo se encuentra Tom Lowe (Richard Coyle), un espía inglés cuyo trabajo encubierto es ser el cirujano del barco. La misión de Lowe es, en realidad, evitar que el cronómetro caiga en manos de los piratas —y asesinar a Barbanegra si se presenta la oportunidad—. Tomado como prisionero con destino Santa Compana, Lowe debe encontrar una manera de volver a montar el preciado cronómetro, a la vez que trata de descubrir el plan maestro de Barbanegra… un plan que incluye una mayor amenaza para el trono Inglés que simples piratas…

Crítica Bastarda:

Poco me importa si NBC retrasó “Crossbones” al verano por culpa de “Black Sails” y, de este modo, no coincidir en midseason con la nueva serie de Starz. Me interesa la muy distinta concepción y concepto de ambas series que, en realidad, poco o nada me atraen. De la precuela de “La isla del tesoro” de Robert Louis Stevenson para completar la leyenda acerca de John Silver y el Capitán Jonathan Flint, pasamos a John Malkovich como Barbanegra en una de las interpretaciones / caracterizaciones a mejor folclórica del 2014 seriéfilo. Pudiera importarnos ese afán de que los escenarios naturales deben estar por encima de los efectos visuales, sumada a esa lectura un tanto libre del popular pirata para potenciar el suspense y el aparente entretenimiento. Olvídense de cualquier fidelidad histórica mediante la potenciación de personajes femeninos y también de esa suciedad (y tono adulto respecto al sexo) tan característica en “Black Sails”. Ambas series van en paralelo y, desde luego, a las profundidades de ese océano que personalmente considero llamado olvido.

La trama troncal trata sobre un aparato y cronómetro de longitud con el que desea hacerse Barbanegra —presumiblemente con otros velados intereses aparte del control marítimo— mientras que un espía inglés debe completar una misión que pasa por el asesino del mítico pirata y llevar su cabeza al gobernador de Jamaica, William Jagger (Julian Sands). Existe también un arco argumental de melodrama y romance que plantea el conflicto de la doble traición sobre la cabeza del antihéroe aunque para cabeza (y quebraderos) aquellos que tiene el mítico personaje que interpreta Malkovich. No se espera demasiado de “Crossbones” y he ahí su principal mérito con esos niveles de audiencia que (casi) duplican los que tenía “Hannibal” en el mismo horario, aunque la cuestión es que presumiblemente se desinfle pese aque la serie esté gustando más al público que a la crítica especializada. 

La serie de NBC ha levantado su bandera pirata con un show más enfocado a sus intrigas con la violencia como marca ante la ausencia de sexo o desnudos. Esa concepción y enfoque distinto a “Black Sails”, bien pudiera revelar otra contra-crónica de un dictador en un trono para construir su propia nación en una isla tropical sirviéndose de todos los malhechores que allí campan a sus anchas. Malkovich, como la propia serie, se recrean en esas leyendas (algunas falsas y otras no, nos dejan claro) pero abandona la concepción prácticamente marítima, como ocurría en la serie de Starz, para centrarse en ‘intrigas de palacio’ y meter toques de humor negro para agilizar el espectáculo. Puede que algunos pudieran sentirse atraídos por la recreación de 1729 y ese mundo de bucaneros con misterios, maquinaciones y distracciones peligrosas y seductoras, aunque da lo mismo que la barba sea gris en vez de negra o que unos vean fantasmas y, otros, alucinaciones ya que, al final, el enigma es precisamente la excepción. “Crossbones” pudiera interesar cuando se decanta por la excentricidad en vez de ese fallido suspense o cuando deja caer esa atracción de una historia de amor entre líneas e imágenes. Debería, en definitiva, quitarse de encima esas pesados losas que ya parecen haber hundido la serie según acaba de zarpar.

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