(2012)
EEUU
Director: Baltasar Kormákur
Sinopsis (Página
oficial):
Hace tiempo que Chris
Farraday (Mark Wahlberg) dejó el mundo de la delincuencia, pero
cuando su cuñado Andy (Caleb Landry Jones) mete la pata en un
asunto de drogas encargado por su implacable jefe Tim Briggs (Giovanni
Ribisi), Chris se ve obligado a volver a hacer lo que mejor se le
da, pasar contrabando, para pagar la deuda de Andy. Chris es un
legendario contrabandista y no tarda en reunir a un equipo de primera con la
ayuda de su mejor amigo, Sebastian (Ben Foster), y realizar un
último viaje a Panamá para traer millones de dólares en billetes falsos.
Pero las cosas no
salen como estaba previsto y con solo unas horas para hacerse con el dinero, Chris
deberá hacer uso de sus oxidadas habilidades y superar una traicionera red
criminal con brutales narcos, polis y sicarios, antes de que su esposa Kate
(Kate Beckinsale) y sus hijos se conviertan en objetivos.
De la reseña para Cinemaad hoc.
Lo justo es analizar y escribir sobre una película
como “Contraband” como aquello que realmente es: un entretenimiento sin
expectativas artísticas. Desde ese primer e inicial prisma, la cinta de Baltasar
Kormákur ha sido un éxito incontestable en el box office americano. Ha
recaudado 66 millones de dólares frente a sus 25 de presupuesto. Su camino en
la taquilla internacional ampliará sobradamente las ganancias del nuevo
proyecto de Mark Wahlberg, sin contrabando que valga. Otra cuestión, la
primera para proseguir y realmente a empezar destripar esta película, es el
reflejo entre su protagonista y director. Baltasar Kormákur fue el
productor y actor principal de “Reykjavík-Rotterdam”, la original, y
ahora es Mark Wahlberg quien ocupa esos puestos en “Contraband”,
que pretende no ser un simple remake sino utilizar la idea para ofrecer algo
distinto. Parece que el actor que alcanzó la cima de su reconocimiento con “The
Fighter” se siente tremendamente a gusto con la producción. No hay que
negar lo innegable: tiene ojo y talento para buscar proyectos condenados al
éxito.
De Contrabando: dinero llama a dinero |
No he visto nada de la filmografía de Kormákur.
Ni sus películas rodadas en Islandia ni tampoco su primer filme norteamericano,
Inhale, con Dermot Mulroney y Diane Kruger. Pero enlazando estos
dos últimos proyectos en EEUU, el director da claras indicaciones que le gusta
poner a sus personajes principales en situaciones límites con conflictos
personales y morales. En “Contraband” un experto contrabandista, al que
apodaban Houdini, debe volver a delinquir para salvar a su familia por
un error que comete su joven cuñado criminal (y patoso). Obviamente las bazas
del filme pasan por exprimir ese extenuante drama familiar de supervivencias y
que el patriarca finalice su peligroso contrabando sin acabar en prisión como
su padre. La acción, tensión y el envoltorio de thriller se dan rápidamente
forma para generar todo tipo de explosivas secuencias en una frenética cuenta
atrás. Parece sumarse a la moda que inició la segunda temporada de “The Wire”
y la reciente “The Yellow Sea” a que el nuevo escenario criminal sea
el puerto como entrada y salida de todo tipo de comercio vinculado con la droga
y el mercado negro. Simplemente, y como nos dice el propio capitán del barco protagonista,
hay que pagar los sobornos correspondientes. Sobornos que Chris Farraday
(Wahlberg) no va a pagar… porque esto es un todo o nada, donde la
‘banca’ está dispuesta a quedarse con la vida de todo aquello que amaba.
Acción y Guante Blanco |
No sé si será el invierno estadounidense o el previo
primaveral español, pero “Contraband” está marcada como producto de
consumo y de temporada. Ideal para aliñar la media tarde o incluso como postre
después de la cena. Tal vez su mayor defecto es que huele todavía a manufactura
por su condición de mero objeto parido de una fábrica. Se nota que Kormákur
quiere al principio sorprender con un estilo vibrante y documentalista nacido
del escorzo y la nuca de sus personajes con marcados primeros planos y
‘visibles’ e imperfectos desenfoques. Pero, enseguida, cualquier espectador
comprende que la acción y trama aplastan cualquier vehículo de lucimiento que
no sea para su actor estrella. Ese concepto de producto genérico la catapulta a
la intrascendencia una vez que se ha mascado y quitado su sabor, cual goma de
mascar, que coincide con su metraje. No deja huella, aunque los reparos pueden
surgir con esa doble línea narrativa y familiar que proclama a su protagonista
como un ‘padre coraje’ por encima de ‘molón criminal y adicto al contrabando’, que
creo que debería ser la neta y completa intención de la película.
Y por supuesto no falta el amor... |
Es curioso que los mayores absurdos de la propuesta pasen por su trama de supervivencia familiar, monopolizada por Kate Beckinsale, Giovanni Ribisi y Ben Foster. Sinceramente quiero que me expliquen que un señor que instala alarmas conectadas con la policía no ha puesto una en su propio domicilio ni el negocio de su ‘parienta’. ¿En casa del contrabandista las alarmas son los chillidos de Kate Beckinsale? Aunque los contrastes irracionales que proporcionan Diego Luna y su legión de atracadores chanantes y masillas puede ser debida a un error del traductor de Google. Espero. Energía, eso sí, parece que no le falta a nada en esta película, aunque esas ganas y ansias de buscar el producto más correcto han producido algo esférico y sin aristas. Incluso en su recta final se podría plantear una tragedia descomunal, pero por lo visto a Wahlberg le queda resaca de “The Italian Job”. Aquí la venganza es un guante blanco de un mago criminal. Realmente, Contraband queda definida en ese cuadro de arte vanguardista contemporáneo desposeído de su marco y tratado como un simple trapo. Desde luego no es arte hasta que alguien paga por ese objeto… y el precio a gastar aquí lo impone cada uno.
Excelente sinopsis y crítica la que realizas sobre esta peli, de la que tomo nota.
ResponderEliminarGracias, buena labor.
Saludos.
Ramón
Hola Ramón!
EliminarGracias a ti por el comentario y contenido. ;)
Saludos!