(2012)
EEUU
Director: Ken Kwapis
Título original: “Big
Miracle”
Sinopsis (Página
oficial):
El reportero local Adam
Carlson (John Krasinski) está decidido a irse de Alaska en busca de
horizontes más prometedores. En el momento en que tiene la primicia de su vida,
el mundo entero llega corriendo. De pronto un magnate del petróleo, varios
jefes de Estado y un puñado de periodistas hambrientos de noticias aparecen en
el helado pueblo. Pero la única que preocupa a Adam es Rachel Kramer
(Drew Barrymore). No sólo es una acérrima defensora del medioambiente,
también es su ex novia.
El tiempo se acaba y Rachel
y Adam deben convencer a una extraña coalición formada por miembros de
la comunidad inuit, empresas petroleras y el ejército estadounidense para que
olviden sus diferencias y liberen a las ballenas. Mientras el mundo entero está
pendiente de lo que ocurre en la helada punta del globo, salvar a estos
animales en peligro se convierte en una causa común para naciones enfrentadas,
hasta el punto de conseguir un deshielo momentáneo de la Guerra Fría.
De la reseña para Cinemaad hoc.
No sé si “Una aventura extraordinaria” es realmente es una
película extraordinaria… Ni siquiera sé si es una aventura. Sus primeros
compases pueden anunciar una propuesta familiar y tierna sobre las tradiciones
esquimales y el paso y contacto del hombre ‘civilizado’ que cambió su forma de
ver el mundo. Ese arranque nos orienta sobre la tradición y el contacto ancestral
entre los hombres y las ballenas (¿o las ballenas y los hombres?). Poco importa
porque la única carne comestible no está ni en las ballenas protagonistas (son
digitales o muñecos del Parque de Atracciones) ni mucho menos en las carnes
lozanas de esa presentadora que consume mil calorías cada cuatro meses… No,
aquí la única carne para llevarse al paladar se encuentra en que “Una
aventura extraordinaria” es una película sumamente interesante en nuestros
tiempos de redes sociales que agilizan el día a día y la información a golpe de
trending topic. ¿Cómo se gestaban en tiempos en los que Internet era un
proyecto? La televisión era la comunicación más directa pero en EEUU las
noticias de impacto eran filtradas por las grandes cadenas nacionales desde las
locales. Desde ahí llegaban a un amplio público e incluso a grandes compañías
si existían intereses comerciales o la mismísima Casa Blanca si existían fines
políticos. La historia de Fred (Pedro),
Wilma y Bam-Bam durante 1988 es esa historia sobre fines y
personas, sobre fines y sin delfines. El chiste es malo pero esta película es
peor.
Viejas tradiciones y renovación por culpa de Axl Rose |
¿Es la historia de un niño, de un reportero, de ambos o de todos? El
niño nativo tiene que conectar con las tradiciones de su pueblo y esa cultura
que puede perderse por culpa de un walkman y cintas de los Guns N' Roses.
¿Malas influencias para las generaciones futuras? Desde luego el grupo de
Axl Rose acabó fatal pero la película del director de “Qué les pasa a
los hombres” creo que acaba peor. El problema principal de la
película de Ken Kwapis es que se forma sobre una gran historia coral con
todos los implicados reales. Tiene la decencia, eso sí y tal y como parece ser
la moda por lo que también mostraba “Intocable” de Olivier Nakache
y Eric Toledano, de mostrar al final imágenes reales que en algunos
casos difieren soberanamente de la ficción establecida. Yo, si hubiera sido
ellos, me hubiera callado como la protagonista de “Pretty Woman”. En el caso
del coronel de la Guardia Nacional de Alaska, que interpreta Dermot Mulroney,
cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia o mera vergüenza ajena.
¡Cuidado, que muerde! |
La propuesta podría definirse como una redefinición de la inefable “¡Liberad
a Willy!” mediante la recreación de un suceso real que unió al mundo para
salvar a una familia de ballenas que quedaron atrapadas bajo el hielo en 1988 y
que hizo que la guerra fría quedara descongelada por un bien y fin común. Todos
los intereses se pusieron de acuerdo para salir beneficiados de esa conjunción
y el fin propio se hizo universal. Yo siempre pongo el mismo ejemplo para estas
películas: Aaron Sorkin. En EEUU deberían sacar una ley para que este
tipo de libretos llevaran únicamente su firma. El problema del guión de “Una
aventura extraordinaria” es que viene de los responsables de los guiones de
“Cariño estoy hecho un perro”, “El príncipe y yo” y “Mamá
a la fuerza”. Creo que sobran las palabras porque está todo escrito.
Las historias dentro de la ficción que han impuesto a ese reparto coral no van
más allá del cliché y la absoluta complacencia.
Grabando y encontrando la noticia que unió al mundo |
Resumiría la propuesta en tres factores, a modo de capas de hielo,
que imposibilitan a mi juicio que el público pueda emocionarse:
1.- Los cromas y decorados risibles y visibles.
2.- El doble de Ronald Reagan mostrado desde el escorzo y peluquín.
3.- En el momento de mayor clímax diplomático se reúnen en una sala
para debatir la intervención del eterno enemigo en el salvamento: la ayudante
ejecutiva del Gabinete de la Casa Blanca, el coronel de la Guardia Nacional de
Alaska, la directora de Greenpeace en Anchorage, el reportero televisivo
estrella, un magnate del petróleo que está poniendo la pasta y medios
necesarios… ¡y el niño esquimal! ¿El niño esquimal? ¡Y escuchando su walkman y
pasando de todos ellos! ¿¡Pero qué hace ahí!?
Buscando la luz y la salvación... |
Creo sinceramente que esa última secuencia define la nula
credibilidad de algo que en teoría está basado en hechos reales pero rellenados
con alevosía y mala fe de sentimientos y adornos irreales. Hay que recordar que
en 1988 el director estrenaba “El misterio de la pirámide de oro” con
Cyndi Lauper y Jeff Goldblum donde una peluquera y un funcionario
de un museo con poderes parten a hacer una misión humanitaria llena de peligros
en los Andes… Tampoco en esa película nada era lo que parecía.
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