martes, 16 de enero de 2018

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Tres anuncios en las afueras: Buscando una conclusión…

“Tres anuncios en las afueras”
Título original: “Three Billboards Outside Ebbing, Missouri”
Director: Martin McDonagh
EEUU / Reino Unido
2017

Sinopsis (Página Oficial):

Un drama cómico con toques oscuros del ganador del Oscar Martin McDonagh (“Escondidos en Brujas”). Después de meses sin que aparezca el culpable de la muerte de su hija, Mildred Hayes (la oscarizada Frances McDormand) da un paso valiente al pintar tres señales que conducen a su pueblo con un polémico mensaje dirigido a William Willoughby (el nominado al Oscar Woody Harrelson), el venerado jefe de policía del pueblo. Cuando su segundo al mando, Dixon (Sam Rockwell), un inmaduro niño de mamá aficionado a la violencia, entra en acción, la guerra entre Mildred y las fuerzas policiales de Ebbing no hace más que empeorar.

Crítica Bastarda:

Toda realidad o historia —y por extensión todo partícipe o espectador— busca una conclusión. También es el caso de Mildred Hayes. Se trata de una madre que decide exteriorizar toda su ira interior por la violación y asesinato de hija adolescente. El caso está todavía sin resolver y la desidia de las autoridades provoca que la heroína decida exteriorizar sus sentimientos con tres anuncios cerca de su casa y en las afueras de ese pueblo que todavía trata de ocultar sus pecados. Martin McDonagh da la impresión de utilizar esa necesidad de conclusión, tanto por parte de la audiencia como de las personas y, de este modo, desarrollar su discurso sobre el propio género. Tanto el thriller como el policíaco siempre se habían articulado sobre la obligación de encontrar al culpable y dar justicia a los seres cercanos a las víctimas. El procedimental ha condesado tal percepción a un episodio para que al otro lado de la pantalla quede siempre la impresión, de cierta seguridad, de que el culpable será siempre encontrado y el sistema es infalible. Fincher ya exploró en “Zodiac” el reverso tenebroso a tal proposición, amparándose en un celebrado caso de la crónica negra estadounidense. ¿Y si todo fuera un camino en espiral hacia la perdición? ¿Y si a cada paso para resolver un caso nos adentrará en nuevas incógnitas? McDonagh en “Tres anuncios en las afueras” desea utilizar un crimen como macguffin y pretexto para desarrollar a los personajes. No importa la resolución por encima del valor de esas personas retratadas en la historia. El motor del relato es la pérdida y, precisamente, el cineasta desea radiografiar a sus intérpretes, estableciendo una clara esencia social. 


El director de “Escondidos en brujas” formaliza también un libreto de acorde a su discurso. Un primer acto canónico y previsible va revelando, tras varios giros de guion, otro tipo de historia que no pretende ser reconfortante con ese espectador que busca todas las respuestas y resoluciones en toda la narración. “Tres anuncios en las afueras” desea utilizar la pérdida y la ausencia de conclusión como elemento vírico en la propuesta tanto dentro como fuera de la pantalla. Es cierto que vivimos en un mundo complicado carente de empatía y McDonagh imprime e impone en su relato y personajes ese sentimiento tras algún giro argumental. Esos carteles acaban siendo un espejo tanto para el espectador como para un pueblo que ha decidido «pasar página». Una de las respuestas emocionales ante la pérdida suele ser el olvido pero, también, la necesidad de compensar tal carencia con otro acto a modo de reemplazo. Mildred es conocedora que esos carteles no van a devolverle a su hija, pero el pánico de enfrentarse a la verdad puede ser más traumático que el hecho que lo originó. Mildred activa, en su vía para alcanzar una conclusión, otra serie de efectos sobre todos aquellos que la rodean al iniciar una guerra contra las fuerzas policiales. Sobre tal elemento, McDonagh justifica tanto los giros en la trama del libreto como de la evolución de los protagonistas y de aquello que están dispuestos a desatar para hallar una conclusión. Se trata de un inteligente juego de piezas de dominó en el que toda acción conlleva una reacción y, a su vez, una vía para desplegar ese leitmotiv alrededor de la imposibilidad de una consumación que sea completamente catártica o sanadora. “Tres anuncios en las afueras” también ejemplifica las intenciones del cineasta por retratar su intento de aportar aquello que otros autores extranjeros inocularon al cine estadounidense. Aquí subyace la estela de Wilder o, lo que es lo mismo, el arte de contar historias a través de la excelencia del libreto y los recursos de guion. A McDonagh también le ayudan unas prodigiosas interpretaciones de su elenco. Una sobresaliente Frances McDormand facilita esa comunión de brutalidad, honestidad, dolor y, sobre todo, esos golpes de efecto de humor que quedarían en discordancia si los actores no aportaran esa dosis de credibilidad necesaria. 


Otra lectura interesante la aporta esa distancia marcada desde “Fargo” y la presencia de su estrella principal en ambas obras. ¿Cerrará irónicamente un círculo el segundo Oscar de McDormand? También el thriller rural da la impresión de haberse moldeado al paso del tiempo y la propia adaptación televisiva —en su más actual y última temporada— ya nos acentuaba que el mal reencarnado puede salirse con la suya. ¿Solamente nos queda el consuelo de cobrarnos nuestras propias venganzas personales para paliar ese vacío interior alrededor de la pérdida? Pensemos en que los matices que van a ir desarrollando todos los personajes conforman el propio espacio autoral del largometraje. Pudiera ser injusto que se confundieran sus méritos con lagunas de guion o situaciones forzadas cuando, sin embargo, el director de “Siete psicópatas” pretende articular la historia sobre esos riesgos. Esa contradicción también parece revelarse en el enfrentamiento de una atmósfera compuesta de exteriores y la clara concepción de acentuar la narración en el interior de los protagonistas. La ‘belleza’ en la composición de los planos junto a los escenarios naturales da la impresión de ser otro macguffin que realza ese contraste de la contracrónica oculta y negra de la América más profunda. ¿Estamos condenados a policías racistas, esos recurrentes bares de mala muerte del género o la apatía de la sociedad? El problema, tal y como señala McDonagh, es que la violencia parece dar las respuestas a esa falta de conclusión de las personas aunque, sin embargo, esa mirada desoladora y amarga se ve compensada por la evolución en el relato de Mildred y Dixon. ¿Son la esperanza respecto a esa humanidad herida, confundida y angustiada buscando una conclusión que seguramente nunca llegue? Quizás el gran mérito de “Tres anuncios en las afueras” sea hacer convivir una película capaz de llegar a todo tipo de públicos y marcar distancias dentro de la temporada de premios. A fin y al cabo, el filme no deja de ser una rara avis en este universo en el que las personas tratan de buscar respuestas y soluciones en un mundo en el que apenas se encuentran culpables; un mundo en el que la justicia es ya una utopía al margen de esas carreteras que rara vez anuncian una dura realidad escondida por la sociedad. 

Licencia de Creative Commons
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1 comentario:

  1. Me parece una película durisima, es un espiral hacia abajo donde cuando uno cree que los personajes están saliendo o reflexionando, lo único que hacen es retorcerce mas en sus conductas destructivas, en el buen sentido, me ha dejado sin esperanza. La sonrisa al final es ese entendimiento en el nivel mas bajo en el que un humano puede caer, la falta absoluta de empatia.
    Me gustaría una secuela de esa pareja impartiendo "justicia".

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