Arrow (5x14) The Sin-Eater: El devorador de pecados

En “The Sin-Eater”, decimocuarto episodio de la quinta temporada de “Arrow”, surgen dos líneas argumentales alrededor de los personajes para dar sentido a ese ciclo que Oliver Queen está cerrando desde que decidió ser alguien más. Todo consiste en los pecados que el protagonista de la serie de The CW ha ido cometiendo y en su forma de redimirse ante los mismos. Prometheus encaja, por lo tanto, en parte de ese turbulento, violento y asesino pasado del personaje y en las consecuencias que generaron sus vengativos crímenes. Oliver, sobre tal perspectiva, se ha transformado en un devorador de pecados, en un solitario ‘outsider’ que toma los pecados de otros como suyos para encerrarse en un eterno vacío de culpabilidad. Ese sentimiento es recurrente hacia otros personajes, que han decidido recluirse en sus errores asumiendo los del resto y que, ahora, tendrán que hallar una vía para desquitarse de esa sensación que ha impedido su crecimiento. En “The Sin-Eater” también se establece la idea de la diferencia entre los errores y las decisiones, impulsando ese cuestionamiento en la serie sobre relevos generacionales. ¿Se han convertido en Thea y Oliver en los reflejos de sus padres? Thea tendrá que lidiar junto a Felicity con la crisis provocada por la información que ha recabado Susan Williams y que vincula a Oliver a la figura de Green Arrow junto a un pasado en la Bratva. La publicación de un artículo incendiario de tal envergadura supondría no solo el final de la administración de Oliver sino que su vía para proteger y salvar a Star City llegaría a una precipitada conclusión. Las acciones de Thea y Felicity revelan, además, que Oliver se ha convertido en el timón moral del resto de su grupo y equipo, siendo aquel que tendrá que permanecer firme en sus convicciones tras haber pasado por esa fase que ahora han vivido o viven algunos miembros del Team Arrow. Oliver, desde luego, no va a tener nada fácil en esta temporada empezando por esa visita a la madre de Prometheus que abre “The Sin-Eater”. ¿Traicionaría una madre a su hijo por hacer lo correcto cuando, en realidad, es el propio Green Arrow aquel que está recogiendo los pecados que desató el monstruo que él mismo utilizó? Repasemos el episodio. 

Amanda Westfield no va a colaborar en absoluto con Oliver Queen, dejando claro que no va a consentir ser la causante de ver cómo su hijo es encerrado en una jaula como un animal. Que se lo digan a Deathstroke… Pensemos en la idea instaurada del enfrentamiento de Oliver Queen con sus propios pecados desde un plano ético y físico, donde Prometheus ha urdido un macabro plan de venganza digno de los mejores psicópatas de la rocambolesca ficción y literatura. Uno de esos pecados de Green Arrow es el asesinato de Billy Malone, siendo utilizado el mismo por gran villano de la temporada desde distintos frentes. Malone era uno de los iniciales sospechosos para ser Prometheus y los escritores nos dejaron huérfanos de candidatos tras relacionar a Adrian Chase con la figura de Vigilante. ¿Quién es realmente Prometheus? ¿Por qué los escritores no quieren que sepamos su nombre situándonos al mismo nivel que Oliver y los suyos? Para que “The Sin-Eater” respalde sus planteamientos sobre los pecados nos trae de regreso a tres villanas del espectáculo: China White, Cupid y Liza Warner. Por parte de los flashbacks en Rusia tendremos las acciones de Oliver para salvar a su amigo Anatoly, que todavía se recupera de la paliza planificada por Ishmael Gregor para hacerse con el poder de la Bratva. Oliver ha despertado a su monstruo interior y no quiere irse de allí sin dejar a los suyos a salvo, tomando los males de Anatoly como propios. Oliver utilizará el odio asesino de Gregor sobre su persona para liquidar a todos sus matones mientras que los dos hombres al frente de la Bratva se enfrentan. Gregor tiene la pistola por el mango pero sabemos que el futuro es bastante optimista y salvador para Anatoly. La cuestión es saber cómo fue salvado…

En “The Sin-Eater” veremos la fuga de esas villanas del autobús donde eran trasladadas del centro penitenciario matando a los guardias y con el propósito de regresar a Star City. No sabemos si la manera de enfrentar los traumas de los personajes es potenciar el regreso de tres personajes un tanto desdibujados con el paso del tiempo en la propia serie. Ese trío del mal se aprovecha del descubrimiento por parte de la policía de Star City del asesinato de Billy Malone a manos de Green Arrow. Sabíamos que Adrian Chase había tapado todo ese asunto que va a estallar en la cara de Oliver Queen por dos frentes. El primero va ser tratado directamente por su rol de alcalde para convencer a Frank Pike de que el protector de Star City no es el villano de la historia ni el criminal número uno sino alguien que cometió un error en la cadena de hechos planificados por Prometheus. ¿Vale más la palabra de un asesino en serie que la de un justiciero enmascarado? Tal vez la policía pueda ser convencida pero no así los propios medios de comunicación. Si bien Susan Williams fue acallada destruyendo su carrera y generando un conflicto entre Oliver y su hermana Thea por los medios utilizados, otra cuestión es que el propio Prometheus filtre las maniobras de Chase y el alcalde de Star City para tapar el motivo de la muerte de Malone. ¿Puede suponer el escándalo de destruya todo lo construido por Oliver Queen? Mientras que Carrie Cutter, China White y Liza Warner cumplen mínimamente con su función de villanas episódicas, tratando de hacerse con el tesoro (en metálico) que escondían antiguos mafiosos de la ciudad, la cuestión es que sigamos avanzando en la transformación de Dinah Drake en Canario Negro y que su personaje se convierta en ese nuevo enlace con las tramas policiales de la serie. En “The Sin-Eater” podemos destacar más los posicionamientos que sus propias resoluciones y el impacto que generan en las tramas. Tal vez el gran pecado de la propuesta sea esa bipolaridad afín a los personajes, olvidando conscientemente los escritores su backstory a convicción. ¿El fin justifica los medios? Veremos si el secretismo alrededor de Prometheus lo compensa.

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