En “The Man Behind the Shield”, decimocuarto episodio de la cuarta temporada de “Agents of S.H.I.E.L.D.”, llegamos al posicionamiento para la recta final de la temporada en el que vamos a acomodar toda la mitología que nos quedaba pendiente por establecer. Es cierto que Anton Ivanov ha sido un antagonista de transición, como otros anteriores, pero uno de los grandes méritos de la serie de ABC siempre ha sido leerse correctamente a sí misma a través de numerosas referencias culturales. Que nos comparen a ese ruso adicto a las conspiraciones (y con un trastorno bipolar) con un villano de James Bond no deja de marcar ciertos tiempos de necesidad en los que una vuelta de tuerca va a sintonizar ese punto de giro esperado. Uno de los grandes méritos de esta temporada ha sido integrar el Darkhold bajo dos posibilidades temáticas. En la primera el misticismo hizo acto de presencia con la llegada de Ghost Rider aunque, por el contrario, ese libro con el que se puede conseguir lo imposible ha sido enfocado hacia un terreno de ciencia ficción donde “Matrix” se ha convertido en el eje referencial. ¿Una invasión de replicantes y un nuevo mundo virtual cuyo código se está expandiendo por todo el planeta? ¿Hay un paso más allá del Framework o es la perfecta coartada para replicar a todo el planeta? Vayamos a esos flashbacks que sirven al espectáculo para presentar las motivaciones de Ivanov respecto a una misión que Coulson y May realizaron mucho tiempo atrás. Un 0-8-4 se posiciona como un macguffin para que el Superior acuse a Coulson de haber matado a sus hombres y de ser aquel que está planeando una ‘agenda extraterrestre’ utilizando como ‘escudo’ a todos aquellos que se han cruzado en su camino. No obstante, todos esos recuerdos son utilizados para plantear esa tensión sexual latente entre May y Coulson para enlazar con esa probabilidad manifiesta en esta temporada. Repasemos “The Man Behind the Shield”.
Una de las apuestas de esta temporada eran los matices y la ambigüedad respecto a AIDA y Holden Radcliffe tras la llegada de The Superior a sus vidas. Precisamente la presencia de ese villano despierta el temor en el resto de personajes aunque, por el contrario, “Agents of S.H.I.E.L.D.” siempre ha jugado bien sus cartas para presentar a nuevos jugadores de un tablero que suele voltearse constantemente. Esas nuevas piezas suelen caer, otras pocas resisten y algunas quedan alteradas para siempre. En esa vuelta de tuerca los protagonistas pensaban que Anton Ivanov era el centro de todo y aquel hombre detrás de la cortina… Nada, evidentemente, es lo que parece. Es curioso que ese juego de citas sobre la utilidad de la suciedad entre AIDA e Ivanov tenga una réplica final en el punto de giro de “The Man Behind the Shield”. Y es que era obvio que Ivanov iba a utilizar a Jeffrey Mace en un retorcido juego digno de un thriller ‘conspiraparanoico’ para atraer a aquel otro hombre detrás del escudo y al que culpa de toda esa ‘invasión’ alienígena. Normal que Coulson se negara a tener Facebook con tal plantel… En el episodio se va a pelear tanto como se habla e incluso pudiera ser parte de una distracción para los espectadores para aquello que descubrirán Fitz y Simmons al cierre del mismo. También está claro que el plan de Radcliffe, tras utilizar el Darkhold para desarrollar una tecnología que va más allá del futuro, es de una ambición global y una amenaza que terminará de plasmarse próximamente. En realidad, el Darkhold es capaz de hacer cosas que van más allá de la comprensión y cualquier percepción previa respecto a criaturas fantásticas o mitológicas ha quedado enfocado a un salto tecnológico que pudiera incluso resultar interesante para el Universo Marvel.
En “The Man Behind the Shield” también surge la lucha de todos los personajes que han ido apareciendo a lo largo de la temporada. Mace, por ejemplo, trata de sobrevivir por encima de sus propias limitaciones y las de Ivanov son las impuestas por el propio recuerdo de Couslon. Pese a la importancia que trata de dar a sus palabras su antagonista no considera en absoluto relevante su historia. Simplemente fue uno más… Por parte de las tramas dentro de esa base a lo James Bond (meets Hydra) tendremos diferentes encuentros por parte de los personajes en los que nuevamente Ivanov revela que es simplemente una entidad intrascendente y pasajera y un ramplón sparring para Quake. Con un submarino en la ecuación y AIDA como objetivo real para transportar al grupo a la ubicación de May, el grupo regresará a la base rescatando únicamente a Mace y dejando claro ese discurso recurrente en el episodio sobre no abandonar a ningún hombre de SHIELD. Simmons alerta a Fitz de que la cronología de los sucesos provoca una sospecha de que en algunos momentos de la misión algunos de ellos estaban en paradero desconocido. Ambos, además, descubrirán que un sistema de detección de LMD fue desactivado y se eliminó tal informe del sistema. ¿Quién lo hizo? ¿Por qué? “Agents of S.H.I.E.L.D.” revela a aquí una jugada maestra al revelar las respuestas a las dos preguntas anteriores. Coulson fue aquel que alteró el registro y el detector de LMD identificó que en la entrada de Quake, Mace, Mack y el propio Coulson… había cuatro LMDS… ¿Todos? ¿De verdad? Sobre ese punto podíamos pensar en otra loca posibilidad en la que Fitz era el único LMD que planificó todo para para hacer parecer a Coulson culpable pero, no obstante, tanto la presentación de fuerza de AIDA final como la secuencia que sirve como epílogo nos revela que May y Coulson no formalizaron su relación porque está empezó a salir en aquel momento de tensión con aquel que se convertiría en su marido (y un futuro Inhumano asesino). En el presente Coulson LMD ‘despertará’ a la May robótica (¿no fue destruida?) para retomar su relación replicante allí donde lo dejaron y, sobre tal punto, aparece una lectura sobre ese juego de doppelgängers y recuerdos. Ciertamente en ese flashbacks poco o nada importa la intranscendente historia de los orígenes de Ivanov o qué objeto se suponen tenían que conseguir sino el germen de la relación de May y Coulson que ahora se desarrollará a través de sus LMD. ¿Hay otra vida como replicantes? ¿El amor es posible en la inhumanidad o que AIDA se aferre constantemente en ese collar de su origen humano no remarca el concepto de su propósito? ¿En qué transformará AIDA a Ivanov? Al fin y al cabo, todo consiste en obtener propósitos y está claro que muchos personajes ya los han obtenido y ahora queda su desarollo…
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Hola! Siempre te leo!!
ResponderEliminarComento solo para decir que a la May Robot no la destruyeron, incluso se ve su cuerpo sobre la mesa en el mismo capitulo donde queman a los otros LMD!
Hola Denis S!
EliminarSí, yo también vi que estaba todavía ahí... pero pensaba que la iban a quemar también... aunque comentaban (literalmente) "si no podemos encontrar a la verdadera May, entonces eso es todo lo que queda de ella". Entendí que el "todavía no la destruido" era un episodio pero estos de SHIELD son unos fetichistas de mucho cuidado. Véase los 0-8-4 que guardaban... :D
Saludos bastardos y gracias por leerme! ;)