Título original: “The Conjuring 2: The Enfield Poltergeist”
Director: James Wan
EEUU
2016
Sinopsis (Página Oficial):
La nominada al Óscar Vera Farmiga (“Up In the Air”, la serie de televisión “Bates Motel”) y Patrick Wilson (las películas de “Insidious”) interpretan una vez más el papel de Lorraine y Ed Warren, quienes, en una de sus investigaciones paranormales más aterradoras, viajan al norte de Londres para ayudar a una madre soltera que vive sola con sus cuatro hijos en una casa plagada de espíritus malignos.
Honestamente no sé qué es peor, los demonios o las personas que se aprovechan de nuestra predisposición a creerles.
La típica ‘tocagüevos’ en la típica película ‘tocagüevos’.
¡Los demonios somos gente honesta, buena y honrada!
Como podrán intuir esta review de “Expediente Warren: El caso Enfield” está escrita por un demonio de alto rango (¡por mí!) que ha tomado el cuerpo y teclado de este ser, que inicialmente era ignorante como ustedes en la materia a tratar, hasta que se convirtió en un versado del satanismo gracias a numerosas posesiones. Espero y deseo que con toda la información que hemos hecha pública en muchas de las reseñas de este bastardo ‘bloj’, comprendan el papel que desempeñamos (y hemos desempeñado) los demonios en la sociedad y en la evolución de los seres humanos, así como nuestro conflicto económico con el Dios Creador. Uno de sus grandes problemas es que ustedes siempre han pensado que son el centro del universo y no suelen levantar el cuello más allá de su ombligo. Bien, sepan que realmente las esperanzas de aquel Dios omnipotente estaban puestas en los dinosaurios, más cercanos al ideal de su imagen y semejanza en todos los aspectos. El problema fue que con la expulsión de los ángeles caídos se inició un clima de conflictos y constantes fricciones insostenibles en algunos puntos a lo largo de la historia de la vida la Tierra. Vayamos a la verdad dolorosa. Siempre han sido seres egoístas, presuntuosos y egocéntricos y se sorprenderían lo que le hicimos al que denominan «eslabón perdido» para adelantar la cadena evolutiva unos millones de años. La verdad, estábamos desesperados y obramos en consecuencia. Es cierto que muchas veces nos hemos arrepentido de nuestra decisión pero el fin siempre justifica los medios. Como ya sabrán, ya hemos conseguido nuestro objetivo y algunos nos hemos quedado para ver y disfrutar cómo acaban los unos a los otros mientras devoramos palomitas con oro comestible de 23 quilates y Pizza Royale del Chef Domenico Crolla con Champagne Louis Roederer para bajar el festín. Si están notando que se está yendo todo a mierda ya saben a qué es debido y aquí también llegamos a explicarles el funcionamiento del alma humana. Dios solamente concedió un ingreso gratuito al Cielo a los dinosaurios al ser su creación genuina y siento informarles que ustedes, como nosotros, ha de pagar el precio de la entrada al paraíso. Es tan elevado que nos ha costado 7 millones de años amasar tal cantidad, así que ya pueden hacerse una idea. Pero vayamos al problema real, que también plantea la película de James Wan: los seres humanos son pesados de cojones incluso muertos. En su presencia fantasmal y espectral consiguieron darnos más problemas que cuando les podíamos manipular y poseer con suma facilidad. Aunque creamos varias religiones para mangonearlos, acabaron por destrozarlo todo como suele ser habitual por su parte. No obstante, pusimos en marcha mecanismos para darles incluso lo que cada uno quería. Es más, siempre hemos ofrecido bonos de 10 reencarnaciones a la carta pero ustedes tienen la mala costumbre de quejarse por todo y de todo. ¡Son insoportables! ¡Queremos un exorcismo de ustedes YA! Y MIS COJONES.
Tengan una cosa clara: si pasan desgracias en el mundo es porque son unos animales incontrolables y nosotros hemos pecado de ser unos egoístas desesperados a nuestra causa. Hemos ido a lo que hemos ido: a ganar pasta y necesitábamos de su evolución para instaurar modelos que nos permitieran extraer toda la riqueza del planeta. Nos hemos arrepentido muchas veces de haberlos creado y si siguen con vida es porque les tenemos cierto apego. Incluso Dios trató de acabar alguna vez con todos ustedes pero nosotros les ayudamos a sobrevivir a Diluvios Universales, bestsellers de youtubers, a las novelas de Dan Brown y, sobre todo, a sus muchas tradiciones prehistóricas en sus versiones primitivas o de aquello que denominan deportes como si fueran grandes gestas del ser humano cuando son simples entretenimientos absurdos que no valían ni un colín hasta que los demonios inventamos las casas de apuestas. Sepan, además, que todos los deportistas de élite con ganancias más elevadas han sido poseídos por demonios de alto rango. Cuento todo esto para que tengan un contexto de lo que suponer ver para los demonios películas tan insultantes, cómicas y estúpidas como “Expediente Warren: El caso Enfield”. Para empezar, quiero desmentir la teorías que dice que James Wan está hechizado por fuerzas sobrenaturales en sus rodajes. Solamente fue poseído en “Saw” pero él piensa, ególatra de sí mismo, que un demonio toma el control de su cuerpo en cada nueva película que filma. Bien, una cosa es que produzcamos este tipo de cintas porque si hiciéramos una contando la verdad sería en plan Terrence Malick con barra libre de metraje y no una de terror enlatado para recaudar millones en el boxoffice y, de hecho, las dos partes de “The Conjuring” fueron concebidas como comedias por nuestra parte. Otra cuestión es que no entiendan nuestro humor y seamos muchas veces tan aburridos como esta película hablando de nuestros dramas. Lo de la muerte del hombre en la India viendo la película y cuyo cadáver ha desaparecido fue, por ejemplo, un sketch promocional. Ningún medio lo ha entendido. La idea precisamente de esta película, bastante lamentable y pobre en lo que veracidad satánica se refiere, es que después de todo lo que ha visto el público (y el propio matrimonio Warren) pocas cosas pueden llegar a estremecerte… pero siempre te equivocas al descubrir algo más aterrador. Es normal, Leticia Sabater (una de nuestras mejores trolls y humoristas satánicas) se reconstruye el himen como nuevo acto aterrador y supera el horror mismo al lanzar ‘La salchipapa’. El clip, de hecho, es más satánico, terrible y sobrecogedor que toda la película junta. Y MIS COJONES.
Vayamos a la película y a su prólogo.
La investigación de Ed y Lorraine Warren en el caso Amityville llamó la atención de los medios y los puso bajo la mirada del público en general.
Mientras tanto, una posesión que muchos después compararían con la de Amityville, tenía lugar a miles de kilómetros de ahí, en Enfield, Inglaterra. Este suceso involucraría a los Warren en uno de sus casos más diabólicos.
Basada en una historia real.
Y MIS COJONES (DE DIABLO).
Este ‘Conjuro 2’ es tan obvio como que se van a Londres y escuchamos ‘London Calling’ de The Clash, canción satánica por excelencia ya que todos los miembros de la banda fueron poseídos para grabar el inmortal disco lanzado en 1979. Lorraine Warren también nos remite a la obviedad ya que vive sin vivir en sí desde que tiene una visión protagonizada por una cosplay de “El Convento del Diablo” y su propio esposo empalado por el rabo del ‘Negro del Whatsapp’. Lorraine no puede perder a su alma gemela en un caso chorra y Vera Farmiga se saca la chorra pensando que la van a nominar al Oscar por esta película… Ya quisiera esta beata muerta de hambre. Rápidamente aterriza todo el drama. La educación precisamente en los 70 era al mismo nivel que la actual: niños fumando, opresores machistas acosadores llamando lesbiana a todo bicho viviente y bullying de patio de guardería. ¡La culpa de todo esto la tiene el heteropatriarcado! ¡Todos los demonios lo sabemos! El drama suma y sigue. La casa de los Hodgson es una ruina y jugar con la güija trae consecuencias nefastas si uno no ha hecho un par de cursos del CEAC y seguido las instrucciones de seguridad de Carlos Jesús. Es cierto que los Warren fueron confundidos muchas veces por espíritus malignos y fuerzas oscuras pero completamente inofensivas. Para que lo entiendan, la mayoría de los sucesos sobrenaturales que se producen en esta película fueron reales pero no como imaginan sino que se trataban de espíritus que estaban trolleando tanto a los Hodgson como a los Warren. La razón es que la mayor equivocación que puede cometer alguien en la vida es hacerse caso a un troll… o a toda una comunidad de ellos. Nosotros los demonios hemos tenido muchos problemas con las almas en pena que se quedaban vagando por el mundo. Probamos de todo, pero lo que mejor nos funcionó fue precisamente el cine. Gracias a “Los cazafantasmas”, “Ghost: más allá del amor”, “El sexto sentido”, “Poltergeist: fenómenos extraños” y “Bitelchús”, entre otras muchas películas, ya todos ustedes van hacia «la puta luz de cojones» (hablando claro). Por cierto, «la puta luz de los cojones» es un sistema maravilloso que permite comprimir cientos de millones de almas en el más allá en medio centímetro cúbico y suspender su existencia sobre las pajas mentales que cada individuo tuviera almacenadas en su consciencia. Nuestra sección científica demoníaca lo terminó de perfeccionar en 1999 tras el éxito del film de M. Night Shyamalan. Da resultado y nos libramos de ustedes por toda la eternidad y, por lo tanto, este tipo de casos como el que nos ocupa ya no se producen en la actualidad. El problema, no obstante y retomando el tema de los espíritus que trollean a los vivos, es que su sociedad está basada en encumbrar a todos los trolls: políticos, tertulianos, concursantes de realities y programas mierders, tuitstars, y, sobre todo, a youtubers. Y nadie está a salvo de los trolls. Nadie… incluyendo los pobres demonios que hemos conseguido mantener cierta estabilidad entre todo el caos que generan ustedes. Y MIS COJONES.
En “Expediente Warren: El caso Enfield” nos explican que algo diferente es estar ahí metiendo en los fregados ectoplásmicos y estas películas ni siquiera hacen justicia a nuestro sufrimiento respecto a las presencias fantasmales de muchos de sus antepasados. Efectivamente viajar de la mano de James Wan en una de sus películas, tal y como cita Ed Warren, es siempre descender hacia el ridículo de una fantasmada. Para empezar, he aquí La historia (real) de una niña ventrílocua que simplemente quería hacer un homenaje a “Reposeída” de Bob Logan antes de su estreno y que la fama le jugó una mala pasada teniéndose creer su papel ante los pajilleros de los Warren. Y el resto son pajas mentales. Otra lectura real es aquella que propicia Bill Wilkins, el viejo pesado de los cojones. Perdonen por mi lenguaje ya que generalmente los demonios hacemos gala de un florido vocabulario (salvo cuando estamos encabronados)… aunque todo ese tema de los fantasmas okupas nos hace hervir (más de lo habitual) nuestra sangre demoníaca. Bill Wilkins es un puto pesado de los cojones repitiendo una y otra vez «esta es mi casa». Y UNOS COJONES. ¿Es que los putos fantasmas no creen en la propiedad privada? Pues la verdad y como demonio de alto rango tengo que decirles que no. Son los okupas del más allá y unos pesados de cojones. Mucho nos costó librarnos de ellos aunque más de alguno sigue en caza y captura. La moraleja de la película es completamente verídica. Si comienzan a tocarte la televisión y se hacen (literalmente) con el mando a distancia puede salir echando patas de la que ya no puede considerar su casa. No se andan con chiquitas esos cabrones: te joden el capítulo de “Juego de Tronos” en el momento más emocionante haciendo un homenaje de “Poltergeist”. ¡DEJAD LA TELEVISIÓN EN PAZ, HIJOS DE FRUTA! Y si te quedas en lo que era tu hogar pon tu culo en pompa porque te la van a clavar una y otra vez moviendo objetos y acosándote más que un comercial de una gran eléctrica. Y MIS COJONES.
Luego llegan los movimientos de cama y el desplazamiento de muebles al tomarse los espectros de manera literal aquello del anuncio de Ikea. ¿Redecora tu vida? ¡Y UNOS COJONES! Estos okupas te van a redecorar tu casa a su puto gusto. ¡HIJOS DE FRUTA! Por la casa de Hodgson también llega la pasma para descubrir ratones gigantescos y rellenarte un formulario de mierda. La verdad es que en el tema de sucesos sobrenaturales, como los bestsellers de youtubers y los vídeos virales de las canciones del verano, solamente un doble exorcismo te puede librar. En la casa de los Hodgson, además, comienzan a pasar cosas paranormales como ataques de juguetes asesinos y demás ‘shit’ del subgénero de posesiones. Esta es la parte de la película que es una comedia… pero ustedes nunca entienden estas cosas… Como suele ocurrir en las películas del denominado género del sobresalto el aluvión de sustos y decibelios son equiparables a meterte ―al salir de un ‘after’ en Ibiza con una resaca de tres pares de narices y sin haber dormido durante dos días― a ver un partido trascendental de fútbol junto a la afición visitante. Todo también se resume en que si el único mocoso que puede decir la última palabra (y grito) es tartamudo estamos apañados y, sobre todo, jodidos. La cuestión es que la villana de la película es Marilyn Manson disfrazado de monja antes de dar un concierto y visita a los Warren para también tocarles los cojones con unos sustos cerrando puertas y ventanas y haciendo que la sombra de su coño firme el cuadro que pintó Ed. Entre el mito de Casandra y el gemido de Vera Farmiga, si una niña posesa no grita aquello de «¡Cierra la maldita boca, zorra!» es que no es una película de posesiones. “Expediente Warren: El caso Enfield” se ciñe al manual y, después de los dramas uterinos por las visiones divinas/satánicas de Lorraine Warren acerca de la muerte de su marido Ed siendo empalado por el pene hormonado y mutante de Nacho Vidal, nos vamos a las revelaciones finales. Los Warren llegan a la casa de los Hodgson para comprobar que ni mil crucifijos colgados pueden evitar que los fantasmas y espíritus hijos de fruta den por culo a todo el barrio. Realmente el mundo trató a Lorraine como a una loca hasta que encontró al loco de su marido y ambos cometieron locuras juntos. ¿He ahí la moraleja de esta historia? ¡Qué bonito, qué aborto, toma otro perrito piloto (y cierra tu boca de drama queen)! La pobre Janet Hodgson acabó también siendo una apestada por estar poseída por un viejo okupa y la familia Hodgson vive traumatizada desde que el patriarca les abandonó y se llevó a la colección de discos de Elvis Presley para preñar a una vecina del barrio. ¡Hijo de fruta! ¡Cuánto drama! Otro de los descubrimientos de la película es confirmar que los espíritus se alimentan de sufrimiento y si usted está viendo “Mujeres y hombres y viceversa”, “Sálvame Deluxe”, “Supervivientes” o “GH” sepa que está sustentando a una populosa horda de demontres… Y MIS COJONES. Lo único que nos alimenta es su dinero. Y lo saben. Y MIS COJONES.
¡Somos los malos de la película y somos divinos! |
Como todo tiene acabar en esta infernal vida, los Warren hacen la prueba del pañuelo mojado a la mocosa-posesa y Ed contacta con el pesado del viejo y le da una orden de desalojo por okupa de mierda. La casa hay que reconocer que es una puta mierda y tenía las paredes más guarras que el peor baño de Escocia de “Trainspotting”. Realmente “Expediente Warren: El caso Enfield” solamente se puede entender como un remake de “Esta casa es una ruina” y nos deja claro que la morada de los Hodgson era un fruta shit y que la familia simuló un ataque de fuerzas sobrenaturales para que les dieran un piso decente presionando a los medios. Teniendo en cuenta que los Warren iban a destrozarla en su enfrentamiento con los demonios y que iban a aportar pruebas absurdas de tal batalla ectoplásmica, el plan iba bastante bien. Iba… claro. Al final los crucifijos se invierten y todo se vuelve en contra y el fantasma viejuno es capaz de transportar a la mocosa a la habitación de los horrores y rellenar hojas y hojas de guion para gloria de los derrames cerebrales. Ed Warren, ya metido en su papel patriarcal, hace un cover de Elvis Presley para encabronar más a los demonios y espíritus del lugar mientras llegan los reporteros de Gran Marrano a hacer un seguimiento de los logros del matrimonio norteamericano. Armado un crucifijo besado por Judas Iscariote y transportado en la entrepierna durante toda la existencia de su bisabuela, Ed pone a puto viejo okupa de los cojones en su sitio… pero éste parece ser simplemente el puto de alguien. La investigadora toca-güevos desvela (una Franka Potente que parece Carmen Maura), para liar las cosas y que lleguemos al anticlímax, que en una grabación Janet fingió el ataque de las fuerzas demoníacas. Todo parece desmoronarse para los Hodgson, completamente desamparados ante la convivencia con un okupa… ¿Está todo perdido? Ed tiene una señal celestial gracias a la forma de vagina de sus cintas al caerse de forma ‘random’ y en las grabaciones del viejo confundido (si escuchan a la vez) se puede descifrar un mensaje oculto (?) del fantasma que acosa a Janet. El viejo okupa es solamente un peón de una entidad demoníaca que adquirió una presencia blasfema de Salchipapa. ¿Llegarán a tiempo los Warren para cobrar el cheque, alimentar su ego y evitar la tragedia? ¿Nos importa? Y MIS COJONES.
Janet acaba poseída y sola en la casa de los horrores hasta que llegue un decorador, alguien del servicio de limpieza y un pintor. Ed y Lorraine sabe que la única manera de acabar con la novia de Rouco Varela es saber el nombre del Demon Troll que ha firmado como Anónimo sus anteriores apariciones… Pero, ¿esa monja que lanza gritos de Nazgûl se presentó en sociedad y tiene perfil de Facebook? ¿Hay que saber el nombre del demonio para mandarlo a tomar por culo? ESO no es cierto. Para exorcizar a un demonio solamente basta con un cheque al portador de un millón de euros pero “Expediente Warren: El caso Enfield” se ciñe a las soluciones chorras de este tipo de piojosas películas. Perdonen, los demonios no hacen perfomances combinado mezcla de DJs con clips televisivos. No lo hacen. La idea es que una tormenta londinense haga caer un rayo en el jardín casposo de los Hodgson y allí surja el pene empalmado del ‘Negro del Whatsapp’ para que Ed y una posesa Janet estén colgados (literalmente) de un hilo ante una secuencia que causó la erección de Vlad el Empalador. Y yo digo, ¿no es el plan más estúpido y enrevesado por parte de un demonio para librarse de Ed ante la impotencia de la llorona de su esposa? ¿No era más fácil lanzar uno de sus ataques telequinéticos y poner su culo mirando a Cuenca antes de la penetración fatal y final? ¿No podía ir el tipo del hacha al otro lado de la casa y zumbarse y castrar tal magnánima y asesina estaca? Corramos un estúpido velo ante un velo de estupideces. Vayamos al giro espectacular de guion. El demonio al final se llama Valak Obama y Lorraine descubrió su nombre de una forma chorra en una de sus visiones destrozando su amada Biblia… aunque ya había muchos ‘easter eggs’ con el nombre del villano/a a lo largo de la película siguiendo el manual para dummies de blockbusters. Sí, sí, estaba ahí durante todo el tiempo. El profanador será derrotado por Lorraine y enviado de vuelta al infierno y las otras moraleja de la película es que las cortinas eran lo único decente en esa mierda de casa y que Miss Warren va todos los días al gimnasio a hacer levantamiento de pesas. Su récord es mantener 159 kilos durante 10 segundos con su dedo meñique. Y MIS COJONES.
¡ED, SI ES MI RETRATO QUIERO EL DIVORCIO! |
Tras los impactantes y efectistas sucesos paranormales nos indican que el incidente de Enfield se convertiría en uno de los casos más documentados en la historia de lo paranormal y que Peggy Hodgson vio frustrado su plan para cambiar de casa, viviendo el resto de su vida en su pulgoso hogar de la calle Green y falleciendo jodida en 2003 sentada en el puto sillón del salón donde murió Bill Wilking 40 años atrás. La pobre no sacó ni un duro de sus falsas posesiones y no pudo cambiar los muebles ni pintar las paredes. Vivió en la miseria al llevarse los contratos millonarios los Warren. Yo, sinceramente, he llorado ante esos créditos desoladores. ¡QUE HIJOS DE FRUTA QUE FUERON LOS WARREN! Lo menos que podían haber hecho era amueblar de nuevo el piso a los Hodgson. ¡ENCIMA LOS MUY CABRONES LES BIRLARON LOS JUGUETES SATÁNICOS PARA QUE NO PUDIERAN SUBASTARLOS LOS HODGSON! El resumen de la película es que los Warren eran los demonios y malos de la historia, los mayores villanos de toda esta fábula de humor absurdo. He ahí el gran drama de una película que nos recuerda que Elvis Presley fue poseído por un demonio de alto rango para que entendamos la doble lectura de su final, donde los Warren festejan sus triunfos sobre el bien y se recrean en su ruindad, infamia y sinvergonzonería. ¡QUÉ INDIGNIDAD! ¡QUÉ TRAICIÓN! ¡QUÉ VERGÜENZA! ¿¡Y encima este matrimonio de sádicos manipuladores quedaron como los héroes de la historia ante un público idiotizado por falacias del reino demoníaco!? ¿¡DE VERDAD!? ¿Buenos los Warren? Y MIS COJONES.
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De momento ,
ResponderEliminarel único comentario que puedo aportar
acerca de esta película
es que es un excelente somnífero ...
He intentado verla dos veces ,
y las dos veces me he quedado dormido ...
Valak es un demonio inferior como los que tratan con tigo...Aeon IAO Baal Kaos Askmodeo Harpocrates Asherapo el lagarto sera el sacrificio lagartijas
ResponderEliminarPerdone, creo que confunde realidad con ficción. Los nombres que mencionan son tan válidos y refutables como Homer Simpson, Buffy Summers, Joker o Tony Soprano.
Eliminar¡LOS DEMONIOS TENEMOS NOMBRES COMO DIOS MANDA!
¡UN POQUITO DE POR FAVOR!
Le pido que se informe (o se deje poseer por un demonio de alto rango y no por un espectro troll en peligro de extinción) antes de afirmar tonterías.
Mi culo es un demonio y mi caca su lengua
ResponderEliminarMi culo es un demonio y mi caca su lengua
ResponderEliminarMi culo es un demonio y mi caca su lengua
ResponderEliminarRepetir tres veces Tania que su culo es un demonio y su caca su lengua no va a conseguir invocar a ninguna entidad. Sin contar con la longitud del mojón, si aprieta o no para la expulsión de la lengua o el tipo de dieta que dote de proporción y textura la prolongación de su boca.
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