Anunciado como el capítulo en el que presenciaríamos la más grande y mejor batalla televisiva de todos los tiempos, “Battle of the Bastards” ha llegado con el deber también de recuperar todo el ‘hype’ perdido en los tres últimos episodios por una parte de la audiencia. El noveno y penúltimo episodio de la sexta temporada de “Juego de Tronos” había sido anunciado desde su propia germinación e incluso se habían filtrado muchos de sus giros de guion surgidos ya del material de rodaje y declaraciones por parte de algunos de los implicados en confeccionar tal y magna batalla. No obstante, la serie de HBO siempre ha tenido la capacidad tanto de sorprendernos respecto a sus avances impuestos como por traernos inesperados puntos de giro con los que no contaba nadie. Si bien “Hardhome” (5x08) llegó para impactar a la audiencia de un modo inesperado, Miguel Sapochnik da la impresión de haber cogido su propio relevo para traernos un nuevo torrente de sensaciones y emociones destiladas por un perfeccionamiento visual y estilístico. Pensemos en que esa actual entrega desea establecer también aquello que definirá la recta final del espectáculo más grandioso y faraónico que actualmente se emite en televisión, marcando las distancias con la competencia gracias también a esas variaciones que hemos tenido durante su existencia alrededor de la leyenda de los capítulos novenos. Si los rumores se confirman, en lo que duración y número de episodios se refiere, puede sea nuestro último noveno… y, tal vez, los productores sean conscientes de que estamos ante una despedida en la que algunos de los villanos, todavía presentes en la vida de nuestros héroes, han de pasar ya definitivamente a un segundo plano. Recuerden, «winter is coming» y el Rey de la Noche aguarda en las frías sombras para dotar de sentido el arco argumental conclusivo de la propuesta. En los márgenes de ese desquite de personajes y antagonistas, tenemos dos frentes abiertos con dos grandes batallas en irrupción. La primera, tal y como comentábamos, era esperada desde ya el propio título impuesto desde aquellos tiempos de rodaje, mientras que la segunda se fraguó en “No One” (6x08). La Defensa de Meereen nos va a traer también la idea de que no solamente de Stark vive el hombre sino que Daenerys Targaryen desea reclamar su lugar en la épica del drama plagado de fantasía de HBO. Es hora de que nos sumerjamos en ese universo y cosmos en el que dos grandes batallas van a decidir parte del destino de Essos y Poniente. Es hora de repasar el esperadísimo “Battle of the Bastards”.
Lo mejor que se puede decir de un gran episodio como “Battle of the Bastards” es que precisamente cumple cada una de las expectativas que teníamos sobre ese objeto condenado a figurar entre lo mejor de la temporada y, por extensión, de la propia serie. Puede que aquí no llueva a gusto de todos y algunos achaquen que en el capítulo sucedieron las cosas tal y como debían de suceder, perdiendo ese factor sorpresa en el proceso de una coreografía y maquinaria perfectamente engrasada. En cierto modo, nos encontramos también ante esa línea evolutiva de calidad a todos los niveles, donde ya los medios se han puesto en paralelo a la producción, donde la dirección no desentona en la capacidad de sus libretos para emocionarnos. Es interesante que los showrunners hayan posicionado a Daenerys Targaryen y a Jon Nieve en paralelo, como si sus destinos fueran fundamentales para el Señor de la Luz y su crecimiento personal también nos llevaran a sus luchas internas. Jon es conocedor que Ramsay no es la auténtica y real amenaza que se cierne sobre los Siete Reinos, mientras que La que no Arde es consciente de que los amos de Astafor son el auténtico virus para que la Bahía de los Esclavos pueda desligarse de su propio nombre y título. Evidentemente todos esos antagonistas son pasajeros en los caminos de ambos protagonistas, tan necesarios como finalmente prescindibles en el camino que les queda por recorrer. Y, junto a esa idea, surge una de las historias fundamentales en “Game of Thrones” que no es otra que la del relevo generacional en la que los hijos tendrán que enmendar las muchas equivocaciones de sus padres pero quedando atados, al mismo tiempo, a esos reflejos tan presentes en sus propias Casas, linaje y sangre. Es coherente que la apertura del magistral “Battle of the Bastards” esté dedicada a Meereen y la decisión que tiene que tomar Daenerys respecto a los maestros, siendo Tyrion Lannister aquel que tenga que ‘vender’ sus esfuerzos para hacer próspera la ciudad durante el abandono de la reina. He aquí también esa vinculación con el pasado de ambos, recordando Tyrion que los planes destructivos del Rey Loco por convertir a Desembarco del Rey en una pira de fuego valyrio y sin preocuparse de citar como fuente precisamente a aquel que cometió el regicidio. El recuerdo de Jaime Lannister es también parte de otra pista que nos deja caer Tyrion al resonar ya en nuestros oídos que en el Gran Septo de Baelor seguramente todavía exista un almacén secreto de tan volátil e inflamable líquido… En cierta forma, el destino de los Targaryen parece ligado al de los Lannister, teniendo que asumir ambos personajes tanto su pasado como el rastro de las figuras paternas hasta su actual camino. Y ese camino pasa no por crucificar a los Maestros o destruir sus ciudades con posibles inocentes masacrados por la furia de un gobernante sino que la lección tiene que ser precisamente respecto al motivo que causó la rabia y cólera de los Amos. No podían permitir que Meereen triunfase y fuera el ejemplo para el resto de ciudades, siendo otro plan alternativo el más requerido para tal ocasión.
“Battle of the Bastards” hace aquí un ejercicio de recopilación revelando que todo aquello que parte de la audiencia cuestionó en el pasado o, que catalogó como debilidad o transición, era fundamental para establecer un sentido de la narración. De este modo, veremos cómo Daenerys se reúne con los Amos y esclavistas para ver ese enfoque alternativo junto a sus fieles Tyrion, Gusano Gris y Missandei, que están presentes ante una preparada vuelta de tuerca. Y es que si los Amos pensaban que estaban reunidos para negociar la rendición de Meereen ―y la expulsión de Daenerys, el sacrificio de sus dragones y la recuperación de todos sus esclavos incluyendo los Inmaculados y a Missandei―, la Rompedora de cadenas dejará claro a esos indeseables y poderosos hombres que su nueva realidad pasa por ver a la Reina comenzar su leyenda y reinado. La aparición de Drogon y la demostración de fuerza son tan contundentes que no es de extrañar todo la ruta de crecimiento alrededor de Drogon ahora tenga un sentido llegados a este punto. Viserion y Rhaegal también se unirán junto a su madre y hermano para comenzar a arrasar la flota de Los Amos ante el delirio de los efectos especiales y la épica. De nuevo, interesa ver la otra exposición y pulso de HBO respecto incluso a las producciones cinematográficas, que habitualmente confeccionan este tipo de secuencias de noche para abaratar los costes de producción. La imponente “Juego de Tronos” quiere y desea dar el golpe de efecto que nos haga recordar la historia que allí se vivió, que nosotros estamos viviendo al otro lado de la pantalla. De este modo, toca cerrar los círculos y dar sentido a las venganzas de todos esos enemigos de Daenerys. Para empezar, veremos cómo los sádicos Hijos de la Arpía que rodeaban la ciudad son masacrados por la horda dothraki mientras que Missandei y Tyrion recuerdan a Los Amos que haber roto su pacto tendrá consecuencias letales para ellos y que uno será liquidado como castigo. Razdal mo Eraz, de Yunkai, y Belicho Paenymion, de Volantis, no dudan en empujar a Yezzan zo Qaggaz como aquel que será sacrificado. Se trata de una estratagema de Gusano Gris precisamente para saber quién se salvará de su letal y rápido movimiento de manos para segar el cuello y vida de ese par de asquerosos esclavistas. La historia ha de ser contada y Tyrion hace hincapié en que todos aquellos que han osado atacar a Daenerys de la Tormenta tendrán que conocer de primera mano aquello que les ocurre si osan enfurecer a sus dragones. Había dudas si “Battle of the Bastards” iba a cerrar la trama de Meereen y el encuentro de los hermanos Greyjoy con Daenerys y Tyrion sirve también para veamos esa proyección de futuro del show. Esa conexión ofrece respuestas para que ambas mujeres puedan reivindicarse en un mundo en el que siempre han quedado en segundo plano y la idea es que ambas se ayuden a acceder sus respectivos tronos. Euron se ha convertido en ese gran problema y aquí surgen los puntos en común respecto a la historia personal de los padres de ambas gobernantes muriendo a manos de usurpadores, teniendo que ser mucho mejores que sus progenitores para marcar la diferencia. Los errores han de ser enmendados y los Hombres del Hierro van a tener que cambiar sus tradiciones y viejas costumbres si quieren tener la independencia que solicitan a aquella condenada a sentarse en el Trono de Hierro. Daenerys Targaryen ya ha conseguido nuevos aliados y estamos seguros que en “The Winds of Winter” (6x10) veremos las acciones de Lord Varys en Poniente donde las Serpientes de Arena en Dorne e incluso la Casa Tyrell pudieran ser fundamentales de cara a la toma de poder de la Khaleesi.
Vayamos al bloque principal de “Battle of the Bastards” que no es otro que los albores de la esperadísima Batalla de los Bastardos. La reunión previa en Invernalia de las fuerzas enfrentadas nos lleva a las intenciones de Ramsay Bolton de hacer que Jon se arrodille y muestre pleitesía al Señor del Norte. Sansa también debe estar ahí, como parte de la evolución de su personaje en la que tendremos otro encuentro de ese matrimonio en el que las suaves y disfrazadas palabras de Ramsay esconden un monstruo que bien conoce la Stark. Ramsay siempre dice lo contrario a lo que piensa, hablando de clemencia cuando tiene la capacidad de manipular las emociones de sus rivales y víctimas. Jon Nieve apela al juicio por combate y a quitar esta batalla del plano general, como si también tuviéramos cierta sorna a la prohibición de Tommen Baratheon en el pasado episodio. Ramsay sabe que tiene la batalla ganada tanto en superioridad gracias a sus seis mil hombres frente a una sexta parte de las fuerzas que han conseguido reunir los Stark. La cabeza de Peludo también hace acto de presencia para que el gran villano (y los escritores) planten la semilla de otra arma que sabemos Ramsay va a utilizar en contra de Jon Nieve. Y es que Rickon Stark entra de nuevo en juego para dejarnos claro que nada es casualidad en la orquestación y planificación de un psicópata que sin darse cuenta dio forma al monstruo capaz de derrotarlo. Y no, no es el sentimental Jon Nieve sino su ya fría esposa Sansa Stark. Aquí ella es la que tiene la última palabra, aquella que dicen quién y cuándo va a morir, aquella que es capaz de dejarnos huérfanos incluso en un juego de planos (contrapicado para Ramsay) sobre aquellos dos objetos que en teoría deberían definir el concepto del episodio pasando desde el propio título. Aquel que fue el otro torturador en la vida de Sansa desea también tener la última palabra, dejando caer que sus perros no han comido en siete días y que esperan darse un festín a costa de la carne de los Stark… Tal detalle evidentemente no va a resultar baladí teniendo en cuenta que pudiéramos definir al villano a través de sus propios y asesinos perros. Creo que también aquello que nos quiere contar “Battle of the Bastards” es que la guerra siempre ha sido considerada una cuestión de hombres y para hombres, relegando Jon, Davos y Tormund a Sansa Stark a un segundo plano sin don de la palabra, pero siendo aquella que ha jugado su propias ‘cartas’ de cara a una desenlace satisfactorio en el campo de batalla. ¿Hasta qué punto está planificado? ¿Cómo, dónde, cuándo y por qué? Y es que Sansa es la persona que mejor conoce a Ramsay dejando claro que Rickon ya ha muerto al ser el principal antagonista de ese bastardo que se hizo con el poder de la Casa Bolton. Ese personaje femenino que ahora es aquel que maneja los hijos deja claro a su (medio)hermano que su conocimiento respecto a las batallas es inexistente pero que, por el contrario, sabe que la única manera de derrotar a su esposo pasa por hacer lo contrario de lo que quiera… En esa secuencia vamos a tener el primer enfrentamiento entre Jon y Sansa, achacando ésta que debían haber construido una fuerza más poderosa y fuerte, que el conflicto del héroe es proteger a su ‘princesa’ y que ese sádico esposo no vuelva a tocarla de nuevo… Sansa ha abrazado la frialdad y la autodeterminación, conociendo de antemano que si la batalla es perdida se quitará la vida para no regresar con Ramsay, ese ser que se alimenta de miedo, siendo su poder… y su debilidad. Aunque en “Battle of the Bastards” tuvimos algunos incisos de humor entre pinza y ‘flancos’ envolventes, la idea pasa por las conexiones sobre elementos del pasado del espectáculo de HBO. El ciclo se repite dentro de la serie pero con nuevos e interesantes matices como, por ejemplo, ver cómo Jon Nieve coge el relevo de su (medio)hermano Robb Stark siendo Sansa ese reflejo de su madre Catelyn que ya dejaba entrever el Pez Negro. También aquí llega la conexión de Davos Seaworth y Tormumd Matagigantes, siendo esos hombres que pensaban que eran guiados por los líderes correctos pero que se equivocaban respecto a cómo acabarían. El destino les ha conducido a Jon…
¿Y cuál es el destino de Jon Nieve? Su destino ha sido morir para volver a nacer aunque no quiere repetir tal condena. «Si caigo no me traigas de vuelta», confiesa a una Melisandre que acepta no ser un soldado y cuyo único consejo es obvio: no perder. Jon, no obstante, no tiene la última palabra sino que es el Señor de la Luz aquel que irradia sus propias señales y existe otra gran batalla en ciernes que todos conocemos, siendo los personajes títeres en manos de ese gran poder y único dios que está posicionando a sus soldados para frenar a ese frente oscuro que debe ser derrotado. Esta sexta temporada de “Juego de Tronos” también ha servido para ver una Melisandre mucho más humana, desprendida de sus poderes y conociendo al detalle en su desnudo todo aquello que le ha conducido a este punto. No obstante, ha cometido pecados y uno de ellos fue el sacrificio de Shireen Baratheon… Davos nos dejó claro que no duerme la noche antes de una batalla y éste encuentra su figura de madera distintiva de ese ciervo que talló, completamente quemada, en aquello que parecía ser una pira. Las piezas están ahí dispuestas para ser leídas y ese bello y trágico plano nos regala un mortecino amanecer sin que sepamos la consecuencias o los designios de ese único dios que decidió todo aquello que los personajes han sufrido y vivido. Nos queda otra batalla y los tambores y cuernos de guerra ya se filtran por esos invernales vientos que recorren el paisaje. Tras esos satisfactorios focos y capas dramáticas, el silencio se entromete en esos grandes planos que nos presentan la inferioridad numérica de las fuerzas de Jon Nieve y en la que vemos cuerpos quemados y despellejados como nuevo estandarte del terror; el único lenguaje que Ramsay revela al mundo. Entre esa lluvia de estandartes, una cuerda nos invita a reflexionar qué será aquello que esté al otro lado… Es Rickon, el arma con lo que el villano pretende desestabilizar emocionalmente a su enemigo. Sansa es sabia y conoce esos juegos de su marido que ahora pasan por enviar al joven Stark junto con su hermano mientras éste corre. Jon se plantea qué hacer. ¿Cómo perder esa humanidad que parece haber destruido Sansa para poder sobrevivir? Todo se pega… menos la hermosura y la monstruosidad da la impresión de que ese virus que ha mantenido con vida a un personaje que dio pistas a su hermano de aquello que nunca tenía que hacer bajo ningún concepto. Jon, por el contrario, es un héroe que se ciñe a ese código familiar que costó la vida de su padre y hermano, que ahora va a dejarlo en manos de ese dios que gobierna los hilos de su destino. Ese encuentro plagado de tensión nos remite al plan del villano que no es otro que hacer que Rickon muera a los brazos de Jon Nieve, que éste vea el halo de oscuridad de su antagonista, que la furia invada su cuerpo y que la venganza deje la senda de un propósito maquiavélico. Y es que la idea de Ramsay por atraer a Jon en solitario a la mitad del campo de batalla nos remite a un perfecto jaque mate con solo dos movimientos en el tablero, forzando a un ataque desesperado de las fuerzas de Jon Nieve para protegerlo. Jon se prepara para abrazar su destino y decide hacerlo por la épica, con esos ecos en la banda sonora que auguran un combate espectacular y choque de titanes como factor sorpresa. Los arqueros por ambos bandos van a ser decisivos pero la diferencia es que a Ramsay no le importa sacrificar a sus propios hombres entre el chaparrón de proyectiles. Mientras tanto, seguimos a Jon Nieve en esa precipitación de hombres, caballos y flechas, de ese caos que resume el destino a su alrededor y de cómo él es ya un pasajero exento de volver a regresar a esa oscuridad definitiva. La pila de cadáveres se va construyendo y los salvajes llegan para enfrentarse junto a Jon Nieve a una nueva amenaza siendo rodeados por el amontonamiento de cuerpos y ya despojos de una batalla que va a ser decidida y rematada por los lanceros y sus escudos. Ni siquiera Wun Wun parece ser la solución a tal encerrona y asfixiante muerte amontonada, siendo la única escapatoria tratar de ascender por una pila de cadáveres donde surge la infantería de Ramsay dirigida por Smalljon Umber para rematar otra gran jugada de estrategia de los villanos. En ese carrusel de imágenes atroces nos encontramos atrapados en el éxtasis del horror, en la perdición ante la suspensión del último suspiro. “Battle of the Bastards” quiere bascular el concepto dramático al estilístico, que Jon Nieve siga siendo nuestra guía y que quedemos atrapados junto al héroe en una avalancha de hombres que lo sepultan. Jon nos confesó que no quería volver de la muerte pero aquí nos dejará claro que no desea volver a morir en ese alud de tensión, como si la muerte se cerniera de nuevo sobre su cuerpo para que alcanzase una redención final y no pudiera respirar entre toda esa devastación que lo rodea. Sin posibilidad de escapar de esa masa de cuerpos, horror y sangre, la agonía de Jon es realmente su nuevo nacimiento tras esa bocanada de aire que tomó al cierre de “Home” (6x02). Ya no necesita a una sacerdotisa roja o al Señor de la Luz para regresar de la muerte sino que él mismo es capaz de despertar de esa avalancha de caos y perdición que lo envuelve. En el episodio todos los personajes van tener su momento de gloria y en el enfrentamiento físico en el intercambio de golpes entre Tormund y Smalljon todo parece estar también perdido para las fuerzas de Jon Nieve. ¿De verdad que todo está perdido? ¿De verdad que no queda alguien por llegar allí?
Y, entonces, surge la esperanza resonando en el horizonte un cuerno de guerra indicando que los caballeros del Valle de Arryn van a unirse en La Batalla de los Bastardos para que confirmemos la nueva alianza de Meñique y Sansa Stark ante los ojos de impotencia de Ramsay. Mientras que la caballería destroza las líneas de los lanceros de los Bolton, Tormund derrota a Smalljon amparándose en la brutalidad de los salvajes. Jon, completamente bañado en sangre como si hubiera nacido de un violento parto, observa que Ramsay huye de regreso a Invernalia y sabemos que la Batalla de los Bastardos se ha saldado con la práctica devastación de las dos fuerzas y ejércitos que allí se enfrentaban. Sansa parece también llamada por el destino, como si supiera que la huida de su esposo todavía no ha roto el matrimonio que ambos comparten. También conocíamos que lo único que podía hacer atravesar las puertas del castillo era Wun Wun y el último gigante va a ofrecer su último aliento a la causa de Jon Nieve siendo una flecha mortal de Ramsay en el ojo de la criatura aquello que lo derrote y extinga definitivamente. Ramsay apela irónicamente al duelo por combate, lanzando flechas al cuerpo de su bastardo enemigo mientras habla de justicia. El escudo de Jon cumple su objetivo y una vez que tiene a Ramsay cuerpo a cuerpo lo somete a su brutal venganza, convirtiéndose en un monstruo que únicamente es frenado por la llegada de Sansa.
No sé hasta qué punto interpretar la secuencia, regresando Jon a su humanidad sin traspasar esa frontera que sí hizo su hermana para sobrevivir o, por el contrario, dotando de significado la venganza que le corresponde ejercer con su propia mano a Sansa. Lo importante es que los estandartes de los Stark vuelven sobre Invernalia mientras que los restos de Rickon ocuparán el lugar que le corresponde en la cripta junto a Ned Stark, aunque también interesa que nos fijemos en esa conexión visual que se establece entre Davos y Melisandre, sin que sepamos qué decidirá ese hombre respecto a la mujer que acabó con aquello que más amaba y que, irónicamente, puede traer de vuelta al hombre al que fielmente sigue. “Battle of the Bastards” desea concluir con el cierre del arco argumental alrededor de Sansa y Ramsay, siendo su último enfrentamiento una perfecta síntesis de la calidad narrativa de “Juego de Tronos”. Ramsay permanece complemente destrozado y maniatado en las perreras y Sansa observa a su esposo al otro lado de verja, mientras que éste trata de lanzar algunos dardos envenenados. «Ahora formo parte de ti, no puedes matarme». En cierto modo la venganza de Sansa sobre Ramsay, su torturador, es confirmarle que su apellido desaparecerá así como su Casa, su recuerdo, sus palabras… y que será traicionado por aquellos que consideraba fieles. Ya lo hizo Theon y, ahora, serán sus propio perros que ironías de la vida nunca le harían daño… salvo si esas bestias están tan famélicas que únicamente puedan devorar a su dueño. El miedo se volvió en su contra, el terror acabó siendo su debilidad. El traidor será traicionado pero, de nuevo, interesa la solución formal, dejando a Sansa disfrutar unos segundos más de tan brutal y horrorosa secuencia, como si su venganza personal tuviera que quedar delimitada en ese todo antes de partir, viendo cómo su enemigo es despedazado y desaparece (literalmente) antes de que sonría en su regreso a su hogar. El episodio acaba dotando de sentido el crecimiento de un personaje que ha tenido que endurecerse para poder sobrevivir y ser aquella que ya tome las riendas sobre su propio destino, que deje de ser un peón y títere en manos de otros. Confirmar que la Batalla de los Bastardos ha sido la mejor y más espectacular batalla de la historia de la televisión resulta ya una simple nota a pie de página, un apunte más a una temporada que incluso creo que desea guardarse alguna carta con la que no contábamos para el final. Los Vientos de Invierno nos aguardan…
P.D.: Si mi negra no viera una mención yo también acabaría siendo comida para perros.
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Wow !!
ResponderEliminarQué batalla tan espectacular ...
aunque John Nieve
ha hecho un papel lamentable como comandante ,
cayendo de lleno en la OBVIA trampa de Ramsay ,
y mira que Sansa se lo había advertido
( este chico no sabe nada ) ;
esperemos que lo haga un poco mejor
frente al Rey de la Noche ,
ó los Siete Reinos están perdidos ...
:-P
Se ve que Sansa ha hecho bien
en no confiar en su hermano ,
y en urdir sus propios planes por su cuenta
( por cierto , me ha encantado
esa sonrisilla suya al final ,
cuando da de comer a los perros ...
snif !! mi niña se ha hecho mayor , por fin )
Los planes de Meñique
siguen funcionando como un reloj ,
y ya está a un paso
de convertirse en el guardián "de facto" del Norte
( tanto el ejército Stark como el Bolton
están prácticamente aniquilados ) ,
además de lord protector del Valle ,
señor de Harrenhal , etc.
Littlefinger rules !!
( de momento ... )
Y en el próximo último capítulo ...
fuegos artificiales ??
;-)
Como siempre ,
un respetuoso saludo
con reverencia y floritura de sombrero
a Lady Negra
Saludos devueltos, una vive en la oscuridad pero es educada ;-)
EliminarPedazo de análisis!!! He llegado aquí porque había leído el que han publicado en fotogramas y era una mierda jajaja. Gracias!
ResponderEliminarAbsolutamente espectacular! Nada que añadir a lo que has dicho, sobran las palabras para un episodio que desde ya se ha colado entre lo mejor y que servirá de referencia en un futuro... Sanas es el personaje que más ha crecido en estas seis temporadas pasando de una niña sosa y tonta a una mujer fría.. Es la Lady Corazon de Piedra de la serie a falta de la de los libros.. Saludos
ResponderEliminarSÚPER buen análisis. NUNCA leo blogs, ni análisis ni nada de nada.. he llegado curiosamente buscando información sobre la figura del ciervo, e voilá!! Aquí encuentro esto!! Como puedo hacer para "seguirlo" etc? Que pena encontrar esto ya al final de la 6a... :P Nos veremos en lo que queda de ella, y todas las que vengan! Un 10 por el trabajo. Grats!
ResponderEliminarÉPICO!
ResponderEliminarEl momento cómico entre Daenerys y Tyrion mientras bombardean la ciudad. El ajuste de cuentas con los amos. Dany y Yara un dúo peligroso. Rickon la palmo, obviamente. Jon por fin venció, aunque la agorera de Melissandre le preocupara diciéndole que iba a morir. La batalla alucinante, esas montañas de cadáveres no las olvidare jamás. Y Sansa da de comer a los perros, la muerte perfecta para Ramsay, Sansa sonriendo... alucinante el cambio que ha pegado, yo también sonreí.
Deseando el último y la explosión de color verde que esperemos que nos ofrezca.
Genial reseña, hasta el próximo.
Genial capítulo y genial reseña. Está claro que Melisandre, tarde o temprano, encontrará una muerta justa a manos de Davos. Interesante saber el grado de ambición de Meñique. Este puede ser otro nudo argumental para la próxima temporada. No sé porqué creen que cambiar la estructura de episodios es buena. En Mad Men lo hicieron y se equivocaron bastante. Un saludo desde el verano tostado para la negra.
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