Con el final de “American Horror Story: Hotel” a la vista no se puede culpar a Brad Falchuk y Ryan Murphy de tratar de intentar nuevas cosas cuando en “Freak Show”, aparte de confirmar la decadencia de la antología, se vio mermada al abandonar la serie uno de sus buques insignia: Jessica Lange. La propuesta de FX, por el contrario, tiene una contundente carcasa gracias a una exquisita producción y un elenco siempre dejándose la piel en dar sentido a lo que muchas veces son delirios de los protagonistas o un simple juego de cromos, máscaras y disfraces. Tras “She Wants Revenge” (5x09) y “She Gets Revenge” (5x10), el undécimo episodio y penúltimo de “American Horror Story: Hotel” aterriza para potenciar ese golpe de efecto divisado en el cliffhanger y desenlace del show antes de su ‘hiato navideño’. “Battle Royale” irónicamente desea adentrarse dentro de ese material meta-referencial y bastante irónico en lo que la cultura pop se refiere. Y es que podemos catalogar esta temporada como aquella que desea integrar a todas las anteriores y, en cierto modo, gran parte de la cultura cinematográfica y musical. Si “Freak Show” conectaba con “Asylum”, “Hotel” desea enlazar establecer un vínculo directo tanto con “Murder House” como “Coven”. Sabíamos que Gabourey Sidibe iba a tener su cameo pero no contábamos con que nos traería de vuelta a Queenie… pese a servir como anunciada cena dentro de una de esas extrañas conexiones y guiños. Dejemos el pretendido ridículo e inesperado giro de guión —al ritmo de ‘Hotline Bling’ de Drake— con el que nos quedamos en 2015 y demos la bienvenida a este 2016 de “American Horror Story: Hotel”. Repasemos “Battle Royale”.
Antes de que Liz Taylor e Iris irrumpieran en el ático, donde Donovan y la Condesa Elizabeth culminaban su tortuosa y romántica relación, veremos cómo ambas preparaban su homenaje imposible a “Thelma y Louise”, “Transparent” y “Pulp Fiction” y “El resplandor”. También pasaremos al otro punto de vista, aquel que va a imponerse en lo que nos queda de esta temporada, que va encaminada a la redención de sus personajes principales nuevamente. Comprobaremos que Donovan protege al amor de su vida de algunas de las balas asesinas y que la Condesa logra salir del lugar con vida pese a dejar un gran rastro de sangre en su huida. Por el contrario, Iris detiene el fusilamiento de su propio hijo aunque es demasiado tarde. El amante —y posible amor verdadero— de la Condesa se muere pero quiere abandonar el hotel, no acabar como el resto de despojos y amantes despechados atrapados allí. Desconozco si los guionistas quieren aprovechar para introducir una extraña lectura sobre la vida y muerte, sobre las madres y sus hijos, enlazando ese concepto de amor tan recurrente en esta temporada. Donovan trató de proteger a su ‘madre vampiro’ y acabó siendo víctima de la madre biológica a la que él mismo transformó en uno de los suyos. La muerte de Donovan, no obstante, es coherente de cara al cierre de una temporada dentro de una antología y precisamente esa pareja de amantes vampiros van a ser las víctimas del previo a un season finale con bastantes comodines. Recuerden, toda persona que fallece en el Hotel Cortez y tiene asuntos pendientes regresa para morar allí atrapado durante toda la eternidad. Y no importa si uno es mortal o vampiro… ¿Y bruja?
Aunque Hypodermic Sally va a salvar a Elizabeth —y recordar parte de su pasado y tragedia alrededor del Hotel Cortez— surgen en ese punto numerosas intrigas tanto para dar caza a la Condesa como para acabar con John Lowe y que así esa drogadicta encuentre la resolución a su conflicto: no volver a ser abandonada. Podemos entender que los guionistas muchas veces no saben cómo respaldar sus arcos argumentales con focos de interés o coherencia. La historia de Sally en 1993, con una pareja de rockeros (y referencias al grunge), está empañada de drogas y sexo y, evidentemente, de esa vertiente enferma por la que se han decantado los escritores en “American Horror Story: Hotel”. Sally, drogada hasta las trancas, tuvo la brillante idea de ‘coserse’ a esa pareja que fue víctima de una sobredosis sin proteger su obra para que no se la plagiara Tom Six. La felicidad se tornó en tragedia y así conoció a The Addiction Demon, que la torturó durante varios días hasta que encontró fuerzas para soltarse… sin que sepamos los motivos por los que regresó a tan fatídico y traumático lugar y escenario. Vayamos a otros focos de interés. La Condensa tendrá que sacrificar a un par de sus niños vampiros en el proceso mientras Donovan es convertido en cenizas para que Iris también tenga su momento de reflexión… cubierta de las mismas. Tal vez (y finalmente) sí pudo salvar a su hijo o que éste se encuentre con ella para siempre… Por otro lado, Liz sabe que tienen que acabar con la Condesa y que Ramona Royale tiene que ser liberada de su encierro… aunque Iris —y ese sarampión que tenían los niños vampiros en su sangre— sean otros problemas colaterales. Con la llegada de Queenie al Hotel Cortez, para participar en ‘El precio justo’, deja esa sensación de que los guionistas quieren introducir conexiones sin importarles demasiado tanto el ridículo como la coherencia de sus recursos. La idea es que Ramona, aparte de ese ‘reencuentro’ con Marie Laveau, ‘devore’ a Queenie. No obstante, la lucha de un vampiro con una bruja (que es un muñeco vudú humano) depara una rara variación de «piedra, papel y tijera». Bruja vence a vampiro pero fantasma derrota a bruja… Mr. James March va a tener la última palabra al ser inmune a los poderes del vudú de la protagonista de “American Horror Story: Coven”, aunque el interés en salvar a Ramona es simplemente personal. La idea es acabar de una vez por todas con la Condesa en el Hotel Cortez y que se transforme en fantasma para que así vivan juntos durante toda la eternidad. ¿Quién se copia aquí plan? ¿Sally a March o éste sobre su ‘hipodérmica’ fantasma?
Al mismo tiempo, March ha activado su plan b para secuestrar a la familia de John Lowe y que así continúe sus homicidios para dar sentido al Asesino de los Diez Mandamientos. Recuerden, solamente queda un ‘objeto’ para completar tan macabra vitrina muy en la onda de “Freak Show”… Ramona, por su parte, no podrá completar su venganza frente a su ex amante pese a estar completamente renovada gracias a la sangre de bruja. Tras echar un polvo de reconciliación después de una esas frases para la posteridad el show («Mátame, pero jódeme primero»), la Condesa logra pactar su salida del Hotel Cortez con su hijo Bartholomew. John Lowe, por sorpresa, frena su paso en el ascensor, asesinándola con varios disparos sin demasiados problemas. Su cabeza acabará coronando la vitrina del horror, siendo ella la imagen y testimonio del ‘mandamiento’ «no matarás». Pero tanto Sally como March van a ver que su objeto del deseo tiene su propia agenda. March frenará a Sally para acabar con John mientras que éste declina su invitación para seguir con su obra en el exterior del Hotel Cortez. A John Lowe le interesa recuperar a su familia… aunque no sepamos cómo va a encajar todo el asunto, sintiéndonos aquí tan perdidos como la propia Scarlett Lowe. Tampoco las cosas acaban bien para ese extraño triángulo que conforman Hazel Evers, James March y al Condesa Elizabeth. Descubriremos que aquella que fue su esposa no fue la persona que le delató a la policía sino a Hazel, que será desterrada por el fantasma. ¿La moraleja de esta temporada, entre ecos shakesperianos, es que uno recibe aquello que da? ¿La maquinación de March para hacerse por toda la eternidad con su amada fue el mismo recurso que empleó su fiel sirvienta? Sin saber si Queenie formará una banda musical con Naomi Campbell o el destino del Hotel Cortez —ahora en manos de Ramona Royale (Liz Taylor e Iris)— llegamos a un desenlace que tampoco revela un gran interés como en temporadas pasadas. Sabemos que la Condesa desea liberarse de ese infierno donde ha acabado y que, finalmente, acabó con el amor de su vida que más loca y fielmente la amó…
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The Addiction Demon,que expliquen como cojines evoluciono ese tío con ¿cojones de metal? Solo queda el Cap.12 y quiero anunque una mini historia de el, Gaga ganadora del Golden Globe, merecido metal, la tía se dejo la chicha protagónica. Muy buenos artículos Bastardo, os agradezco el humor y la ironía con la que están escritos... éxitos y feliz 2016.
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