American Horror Story. Hotel (5x09) She Wants Revenge: Porno, control, venganza…

Pudiéramos renombrar a “She Wants Revenge”, noveno episodio de “American Horror Story: Hotel”, como ‘Stormcock y otras catástrofes del porno… emocional’. Más que una crítica a una sinuosa e irregular temporada considero que el enfoque cinematográfico, repleto de jugosas referencias, no ha encontrado un enfoque correcto dentro del presente de la historia salvo para construir una sátira sobre cómo ha acabado el séptimo arte tras la inmortalidad de Murnau: parques temáticos esculpidos como homenaje a la figura de Vin Diesel —y sus exitosas sagas cinematográficas—, modelos ególatras sumidos a la desesperación para formar parte del nuevo proyecto de Lars Von Trier, ‘hipsters everywhere’ y porno filmado por visionarios que se hacen llamar ‘Stormcock’. Da la impresión de que “She Wants Revenge” y la búsqueda del amor verdadero de la Condesa Elizabeth formaliza un discurso respecto al pasado y el terrible paso del tiempo, siendo un capítulo articulado sobre la mirada de una mujer que ha cumplido 100 años y que ve una vía abierta —en el sentido físico y metafórico— para cimentar un nuevo camino a seguir y despegarse de ese decrépito pasado que parece dar forma Mr. James March. Digamos que tampoco sabemos qué nos quieren contar Brad Falchuk y Ryan Murphy todavía… y a estas alturas, habiendo despuntando varios temas universales como el tiempo, la venganza, el amor, la maternidad y el relevo generacional. Dejamos aparcado al Asesino de los Diez Mandamientos y nos centramos en repasar “She Wants Revenge”, cuyo prólogo se ‘estira’ a cerca de siete minutos antes de los créditos iniciales…

Se quiera o no “American Horror Story: Hotel” está en boga incluso en los Globos de Oro, donde nunca ha fallado y en esta ocasión Lady Gaga toma el relevo de Jessica Lange generando todo tipo de reacciones o controversia. Queda claro que Brad Falchuk y Ryan Murphy querían un golpe de efecto para el futuro de su antología de terror y lo han conseguido con la aportación mediática y presencia de una de las estrellas de la música pop actual. No sabemos si March o la Condesa son el eje argumental de todo porque su vinculación tanto en su matrimonio como con el Hotel Cortez sintetiza ese conjunto en el que hemos tenido un cúmulo de propuestas argumentales que ahora ya quieren concretarse en un objeto palpable. “She Wants Revenge” va a culminar la boda de Elizabeth con Will Drake mientras que ésta localiza a su verdadero amor perdido, Rodolfo Valentino, al mismo tiempo que retoma su relación con Donovan. Esa jugada a tres bandas no es que admita demasiadas lecturas salvo la búsqueda del control absoluto por parte de la protagonista de “American Horror Story: Hotel”. Vamos a descubrir que Iris, aparte de defender a las madres de todo el mundo frente a la amenaza del porno en internet y los hípsters inconformistas, tuvo que revelar a la Condesa los planes de venganza de Ramona Royale tras el intento de asesinato sobre su ‘bello’ e inmortal bebé. Donovan se encuentra atrapado en ese juego a dos bandas de divas y ex amantes y da la impresión de que el episodio quiere propulsar a un personaje que, de momento, ha quedado tan desamparado como un modelo perdido de pasarela o perchero para las secuencias de lucimiento sexual de los tapa-pezones de Lady Gaga. 

Con la conspiración destapada, Donovan planifica bien sus movimientos descubriendo al verdadero amor de la Condesa y volteando la situación respecto al intento de homicidio de Ramona con el que pretendía resarcirse frente a Elizabeth. Dentro de ese ‘Hotel satánico de los líos’ Miss Evers aparece como presencia fantasmal para advertir a Will Drake sobre los peligros de casarse con la Condesa, como esa femme fatale (y ‘devora’ hombres) que supuestamente ‘entregó’ a su amo tiempo atrás. La profecía queda marcada como parte de un sketch final donde una boda íntima va a marcar tanto el habitual desfile audiovisual de la propuesta como esos ‘trapitos’ tan idóneos para remarcar la presencia de Lady Gaga. Por su parte, Ramona Royale destapa su desgarrador pasado y aquello en lo que ocupó su tiempo cuando fue arrojada al vacío por la Condesa Elizabeth. El regreso a su hogar con sus padres es ciertamente sorprendente y revelador, aunque los escritores no sepan unir los puntos entre todo ese interés dramático que generan esos recuerdos y su actual sentido de la venganza respecto a su ex amante. Pocas veces creo que se han mezclado el vampirismo con el Alzheimer y, desde luego, Angela Bassett halla espacios interpretativos significativos así como los guionistas unas inusuales parcelas dramáticas. Tras la muerte de su madre y la conversión de padre, con su mente irreparable incluso para el virus vampírico, Ramona pone fin a todo tras veinte años de espera, como si el sentido de “American Horror Story: Hotel” fuera la superación del pasado de todos los protagonistas, siendo el propio Hotel Cortez el recordatorio tanto del inmovilismo y oscuridad de ese tiempo anterior. Después de una secuencia escalofriante en la que Ramona ahoga a su padre en una bañera a lo Whitney Houston, para que éste encuentre el descanso eterno, su venganza respecto a la Condesa se verá truncada por la traición de Donovan, que devolverá la ‘electrocución’ de su primer encuentro. 

Las mujeres envejecen de forma distinta a los hombres. En un hombre, el ventrículo izquierdo, el que bombea sangre arterial al cuerpo, se agranda y se hace más grueso conforme el hombre envejece. En las mujeres, se encoge. Tengo más de cien años. Mi corazón debe de tener solo un par de quilates a estas alturas. Hay espacio para muy poco, así que lo que aún cabe dentro importa más que nunca. Lo es todo. Los últimos cien años de mi vida inmortal han sido una mentira. La ilusión de tener el control. Lo cierto es que no he controlado nada. Me he rodeado de idiotas halagüeños, he confiado en quienes no debía. Es hora de construir algo nuevo. Algo duradero. Con refuerzos de hierro, piedra y acero. No seré mandada. No seré controlada.

Elizabeth quiere dar el paso definitivo para dar sentido a su futuro con Valentino y hacerse con la fortuna de Drake. Al mismo tiempo, utiliza ese ‘sarcófago’ que utilizó March para ‘deshacerse’ tanto de Ramona como de su nuevo esposo. La idea es que su ex amante y reina del blaxploitation le convierta en la viuda más rápida del género de terror contemporáneo mientras que Miss Evers se mofe sardónicamente de sus habilidades de videncia. Entendemos que la Condesa también tiene planes para deshacerse de Natacha y controlar completamente tanto su destino como a Valentino, no revelando que la presencia de March todavía deambula por el Hotel Cortez. Estamos seguros que Elizabeth quiere cambiar las tornas y ser ella ahora que maneje los hilos del padre del Asesino de los Diez Mandamientos, aprovechándose de su presencia para dar sustos de muerte gracias a su baby-vamp. Y hablando de baby-vamps, Alex Lowe tendrá que lidiar con la horda de niños vampiros que danzan por Los Ángeles y que los guionistas habían eludido hasta este episodio. Después de devorar a sus padres, esos jóvenes chupa-sangres han decidido utilizar el servicio de entregas a domicilio de la pizzería más cercana para saciar su apetito. Desconocemos si esa mezcla del virus vampírico con el sarampión será clave para el desarrollo final de la temporada pero sí estamos seguros que los crímenes de esa pandilla de salvajes criaturas tienen que ser detenidos por Alex. Ella es la responsable de esa camada descontrolada que reniega de su autoridad y no sabemos si la estratagema de los escritores es enfrentar a Alex a su conflicto de salvar a toda pequeña criatura que se cruce en su camino. ¿Deberá acabar con ellos si no se unen a la congregación vampírica del Hotel Cortez? De momento, nos quedamos en modo voyeur como Lady Gaga, a la espera de que algo ocurra y nos emocione definitivamente en ese vacío e imágenes que tendemos frente a nuestros ojos.

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