¿Desde cuándo nuestras vidas se han convertido en una película de Indiana Jones?
Cisco Ramon
Bienvenidos (de nuevo) al reino del crossover de las series de superhéroes de The CW para que “The Flash” vuelva a despuntar y dar la debida nota tanto para enfocar su temporada como para dar un empujón a “Arrow”. La cuestión es que “Legends of Tomorrow” empiece a cobrar sentido y que todo el prólogo desmigajado que han ido ofreciendo los capítulos previos se re-ordene en los dos episodios que vamos a tener en 48 horas. “Legends of Today” (2x08) se completará con “Legends of Yesterday” (4x08) y esperamos tantas sorpresas como la proposición inicial o, lo que es lo mismo, un compendio de las mejores esencias del show dedicado a perpetuar en la pequeña pantalla la vida y milagros de Barry Allen en Central City. Los guionistas quieren llegar más lejos y tienen suficiente material previo para confeccionar uno de los mejores entretenimientos que podemos disfrutar en la televisión generalista. Tenemos un precedente como el destilado ya el año pasado gracias al potente tándem concordado por “Flash vs. Arrow” (1x08) y “The Brave and the Bold” (3x08), dejando en evidencia que los ‘octavos’ episodios de la primera semana de diciembre van a ser un nuevo santo y seña en las producciones de The CW. ¿No hubiera sido el momento oportuno para echar de menos a “Supergirl” integrada en la parrilla del canal que conforma CBS y Warner Network? Pensemos en el presente o, ciertamente, en ese ‘today’ del que toma el juego de palabras que nos va a catapultar a la introducción tanto de Vandal Savage como de Hawkman y Hawkgirl. Tal y como revela Cisco en ese habitual chascarrillo meta-referencial, la magia fue previamente introducida en la cuarta temporada de “Arrow” y la inmortalidad o la reencarnación mística es un nuevo orden que tampoco desentona entre meta-humanos y multiversos. Las posibilidades, por lo tanto, son infinitas y los escritores tienen todo un arsenal ya de trucos para conceptuar crossovers cada vez más pulidos e interesantes. Puro espectáculo, puro fanservice. Todos los personajes ya tienen un desempeño y función, un papel para dar sentido un capítulo directo y efectivo a su finalidad. Repasemos “Legends of Today”.
Desde el prólogo ya nos dejan caer que Zoom es tres o cuatro veces más rápido que el actual Barry y la vinculación de Harrison Wells y Caitlin Snow va a ser fundamental para crear la Velocity-6, el elemento necesariof que también dote de sentido tanto la lucha de The Flash con su nuevo y peligroso antagonista como para que Jay Garrick recupere sus necesitados poderes. Los escritores no van a dejar nada en el tintero y, como suele ser habitual, las cosas no van a ser tan sencillas al principio y van a pasar por distintas fases que articulen un concepto de suspense y dramatismo. De este modo, la idea es que Wells y Snow tengan que quedarse en Central City trabajando en S.T.A.R. Labs y que la inteligencia y conocimientos de bioingeniería de la viuda sirvan para pulir el trabajo de desesperado genio científico llegado de Tierra-2. ¿O qué haría usted si su hija hubiera sido secuestrada por un cerebro del mal tan poderoso como indestructible? A situaciones desesperadas, medidas desesperadas… pero Garrick no quiere saber absolutamente nada de cualquier plan que tenga que ver con Wells. En este punto Harrison se revela no como un manipulador y se aprecian los matices imprimidos por Tom Cavanagh en ese juego de referencias y diferencias. Con el suero inventado el discurso de Garrick es desmontado rápidamente porque, tal y como ha demostrado el subgénero, la mayoría de superhéroes proceden de experimentos fallidos, accidentes con productos de laboratorio o vía consecuencias nefastas vinculadas siempre con la ciencia. Que se lo digan al pobre Hulk, por ejemplo… por no hablar de que todos los shows de Marvel en Netflix se basan en esos conceptos. Los meta-humanos no tienen ‘nada’ de natural y la Velocity-6 es lo único que puede servir a Barry para alcanzar la rapidez de Zoom. Patty, aparte de florero con química, va a hacer algo útil… desprendiendo el 99% de ironía que contiene la frase anterior. La agente de policía verá a Wells birlando (?) material para crear el suero al que no bautizaron como ‘speed’ por problemas de copyright con los camellos de Central City. ¿Y qué hace la rubia? Pues lo mismo que su jefe: llegar a S.T.A.R. Labs y pegar un tiro al tipo que iba armado con una pistola clínica. ¿Se llaman así? Bien, ella dispara y luego pregunta. Caitlin no es buena para las explicaciones y creo que nadie en su sano juicio puede explicar tal situación sin acabar en un psiquiátrico resolviendo un Test de Rorschach. «Llama a Joe en vez de al 911» es lo más obvio… y allí llega Joe con su carrera de medicina y experiencia como cirujano… Oh wait… No hay tiempo porque Wells está a punto de palmar y, en realidad, Joe estaba allí porque Caitlin no tenía el número de su pseudo-novio en su agenda… Uno de los méritos incuestionables de “The Flash” es que todos los personajes tienen una tarea, por absurda e inútil que parezca. Con todos reunidos, Jay tendrá que tomar el suelo como un bebé la última cucharada de papilla y ‘extraerá’ la bala con sus nuevos poderes. De momento, no hay efectos secundarios y simplemente la velocidad de Velocity-6 es temporal. En resumen, cada uno de nuevo a su esquina en esa guardería en la que se ha convertido S.T.A.R. Labs…
Llegamos a la introducción de Vandal Savage en el muelle después de un largo viaje como polizón, a su rapidez, a sus 32 cuchillos y, sobre todo, a su capacidad ‘mágica’ de voltear cualquier tipo de situación. Ya está aquí y es tremendamente peligroso y letal. ¿Cuál es su objetivo? Pues obviamente esa mujer alada en los sueños no-húmedos de Cisco que responde a otro nombre: la sacerdotisa Chay-Ara. Cisco conseguirá activar su alarma de socorro para que The Flash salve a ambos en el último suspiro antes los afilados y mortales cuchillos místicos de Savage. Kendra desconoce quién era ese hombre… y también quién es realmente ella. Lo único que sabe Kendra es la verdadera identidad de The Flash… por culpa del bocazas de Cisco… Pobre Patty… Pobre. Como esto es un crossover, Barry decide llevar a Kendra y a su medio-novio a Star(ling) City ya que, al parecer, la magia oscura es una asignatura obligada en la otra ciudad. Repito, al parecer o según el parecer de Barry. Precisamente es Damien Darhk y sus ‘fantasmas’ aquellos que dan la bienvenida a una acción salvadora por parte de The Flash ya que el archivillano estaba succionando las entrañas y alma de Oliver Queen… Vómitos de Diggle y nuevas presentaciones aparte, llega la hora del retrato robot más desopilante que hemos visto en 2015, dentro de ese habitual juego de meta-referencias y grandes diálogos que suelen introducir los guionistas en este tipo de cruces e intersecciones en su cada vez más perfilada franquicia.
También vamos a conocer mucho más de Savage gracias a diferentes personajes incluido él mismo, que pasará por una visita al apartamento más destrozado y re-decorado de toda la ciudad. Malcolm Merlyn también aporta los conocimientos de La Liga de los Asesinos y la pobre Kendra quedará abrumada por conocer a tanta gente con antifaz en tan poco tiempo. Por no hablar de las (y sus) circunstancias… Al final y para colmo será ‘secuestrada’ por un hombre alado con que el The Flash y Green Arrow tendrán que verse las caras. Khufu (Carter Hall) va desentrañar el gran misterio, dando a entender que la historia de Kendra y él se remonta desde hace 4.000 años, reencarnándose y rencontrándose una y otra vez… Siempre son cazados y asesinados por Vandal Savage, que aumenta sus poderes en el proceso. Éste sabe que su misión en esta ocasión es más complicada y ha decidido utilizar una poderosa arma, el Bastón de Horus, que se halla en una iglesia de Central City. Oliver y Barry van a tener que regresar de nuevo a la ciudad que protege de The Flash no sin antes revelar algunas diferencias y roces en sus respectivas batallas personales y avances. El resto de protagonistas quedan perfectamente retratados en ese plano secuencia alrededor de una mesa redonda: todas ya están unidos y el mecanismo argumental se desliza entre inteligentes y afilados diálogos.
Kendra, por su parte, también tiene que ‘despertar’ y transformarse en Chica Halcón (Hawkgirl) siendo sus alas ‘mágicas’ y ‘de-quita-y-pon’. Tanto Cisco como Hawkman van a dar el empujón necesario para que la nueva superheroína del show descubra sus poderes y la pre-cornamenta del nerd comience a crecer… ¿Acabará formando con Patty un club de víctimas del amor de esta serie? Al menos Cisco es el tipo que pone los nombres y la pobre Patty es ya la única cegata de los protagonistas. Como estamos ante el primer episodio del crossover los escritores van a dejarse en el cierre la destructiva explosión del poder de Vandal Savage gracias a ese bastón capaz de frenar tanto a Green Arrow como The Flash. El supervillano sabe que Kendra ya se ha reencontrado con su verdadera identidad y Hawkgirl ya está preparada para un combate en el que cualquier nuevo aliado va a ser fundamental para desequilibrar la balanza. Por si fuera poco, los guionistas recurren a esa trama que han ido diseminando a lo largo de la serie y que ha ubicado al hijo de Oliver Queen en Central City. Ollie ya recita en silencio su «yo soy tu padre»… Continuará en “Legends of Yesterday” (4x08)…
Desde el prólogo ya nos dejan caer que Zoom es tres o cuatro veces más rápido que el actual Barry y la vinculación de Harrison Wells y Caitlin Snow va a ser fundamental para crear la Velocity-6, el elemento necesariof que también dote de sentido tanto la lucha de The Flash con su nuevo y peligroso antagonista como para que Jay Garrick recupere sus necesitados poderes. Los escritores no van a dejar nada en el tintero y, como suele ser habitual, las cosas no van a ser tan sencillas al principio y van a pasar por distintas fases que articulen un concepto de suspense y dramatismo. De este modo, la idea es que Wells y Snow tengan que quedarse en Central City trabajando en S.T.A.R. Labs y que la inteligencia y conocimientos de bioingeniería de la viuda sirvan para pulir el trabajo de desesperado genio científico llegado de Tierra-2. ¿O qué haría usted si su hija hubiera sido secuestrada por un cerebro del mal tan poderoso como indestructible? A situaciones desesperadas, medidas desesperadas… pero Garrick no quiere saber absolutamente nada de cualquier plan que tenga que ver con Wells. En este punto Harrison se revela no como un manipulador y se aprecian los matices imprimidos por Tom Cavanagh en ese juego de referencias y diferencias. Con el suero inventado el discurso de Garrick es desmontado rápidamente porque, tal y como ha demostrado el subgénero, la mayoría de superhéroes proceden de experimentos fallidos, accidentes con productos de laboratorio o vía consecuencias nefastas vinculadas siempre con la ciencia. Que se lo digan al pobre Hulk, por ejemplo… por no hablar de que todos los shows de Marvel en Netflix se basan en esos conceptos. Los meta-humanos no tienen ‘nada’ de natural y la Velocity-6 es lo único que puede servir a Barry para alcanzar la rapidez de Zoom. Patty, aparte de florero con química, va a hacer algo útil… desprendiendo el 99% de ironía que contiene la frase anterior. La agente de policía verá a Wells birlando (?) material para crear el suero al que no bautizaron como ‘speed’ por problemas de copyright con los camellos de Central City. ¿Y qué hace la rubia? Pues lo mismo que su jefe: llegar a S.T.A.R. Labs y pegar un tiro al tipo que iba armado con una pistola clínica. ¿Se llaman así? Bien, ella dispara y luego pregunta. Caitlin no es buena para las explicaciones y creo que nadie en su sano juicio puede explicar tal situación sin acabar en un psiquiátrico resolviendo un Test de Rorschach. «Llama a Joe en vez de al 911» es lo más obvio… y allí llega Joe con su carrera de medicina y experiencia como cirujano… Oh wait… No hay tiempo porque Wells está a punto de palmar y, en realidad, Joe estaba allí porque Caitlin no tenía el número de su pseudo-novio en su agenda… Uno de los méritos incuestionables de “The Flash” es que todos los personajes tienen una tarea, por absurda e inútil que parezca. Con todos reunidos, Jay tendrá que tomar el suelo como un bebé la última cucharada de papilla y ‘extraerá’ la bala con sus nuevos poderes. De momento, no hay efectos secundarios y simplemente la velocidad de Velocity-6 es temporal. En resumen, cada uno de nuevo a su esquina en esa guardería en la que se ha convertido S.T.A.R. Labs…
Llegamos a la introducción de Vandal Savage en el muelle después de un largo viaje como polizón, a su rapidez, a sus 32 cuchillos y, sobre todo, a su capacidad ‘mágica’ de voltear cualquier tipo de situación. Ya está aquí y es tremendamente peligroso y letal. ¿Cuál es su objetivo? Pues obviamente esa mujer alada en los sueños no-húmedos de Cisco que responde a otro nombre: la sacerdotisa Chay-Ara. Cisco conseguirá activar su alarma de socorro para que The Flash salve a ambos en el último suspiro antes los afilados y mortales cuchillos místicos de Savage. Kendra desconoce quién era ese hombre… y también quién es realmente ella. Lo único que sabe Kendra es la verdadera identidad de The Flash… por culpa del bocazas de Cisco… Pobre Patty… Pobre. Como esto es un crossover, Barry decide llevar a Kendra y a su medio-novio a Star(ling) City ya que, al parecer, la magia oscura es una asignatura obligada en la otra ciudad. Repito, al parecer o según el parecer de Barry. Precisamente es Damien Darhk y sus ‘fantasmas’ aquellos que dan la bienvenida a una acción salvadora por parte de The Flash ya que el archivillano estaba succionando las entrañas y alma de Oliver Queen… Vómitos de Diggle y nuevas presentaciones aparte, llega la hora del retrato robot más desopilante que hemos visto en 2015, dentro de ese habitual juego de meta-referencias y grandes diálogos que suelen introducir los guionistas en este tipo de cruces e intersecciones en su cada vez más perfilada franquicia.
También vamos a conocer mucho más de Savage gracias a diferentes personajes incluido él mismo, que pasará por una visita al apartamento más destrozado y re-decorado de toda la ciudad. Malcolm Merlyn también aporta los conocimientos de La Liga de los Asesinos y la pobre Kendra quedará abrumada por conocer a tanta gente con antifaz en tan poco tiempo. Por no hablar de las (y sus) circunstancias… Al final y para colmo será ‘secuestrada’ por un hombre alado con que el The Flash y Green Arrow tendrán que verse las caras. Khufu (Carter Hall) va desentrañar el gran misterio, dando a entender que la historia de Kendra y él se remonta desde hace 4.000 años, reencarnándose y rencontrándose una y otra vez… Siempre son cazados y asesinados por Vandal Savage, que aumenta sus poderes en el proceso. Éste sabe que su misión en esta ocasión es más complicada y ha decidido utilizar una poderosa arma, el Bastón de Horus, que se halla en una iglesia de Central City. Oliver y Barry van a tener que regresar de nuevo a la ciudad que protege de The Flash no sin antes revelar algunas diferencias y roces en sus respectivas batallas personales y avances. El resto de protagonistas quedan perfectamente retratados en ese plano secuencia alrededor de una mesa redonda: todas ya están unidos y el mecanismo argumental se desliza entre inteligentes y afilados diálogos.
Kendra, por su parte, también tiene que ‘despertar’ y transformarse en Chica Halcón (Hawkgirl) siendo sus alas ‘mágicas’ y ‘de-quita-y-pon’. Tanto Cisco como Hawkman van a dar el empujón necesario para que la nueva superheroína del show descubra sus poderes y la pre-cornamenta del nerd comience a crecer… ¿Acabará formando con Patty un club de víctimas del amor de esta serie? Al menos Cisco es el tipo que pone los nombres y la pobre Patty es ya la única cegata de los protagonistas. Como estamos ante el primer episodio del crossover los escritores van a dejarse en el cierre la destructiva explosión del poder de Vandal Savage gracias a ese bastón capaz de frenar tanto a Green Arrow como The Flash. El supervillano sabe que Kendra ya se ha reencontrado con su verdadera identidad y Hawkgirl ya está preparada para un combate en el que cualquier nuevo aliado va a ser fundamental para desequilibrar la balanza. Por si fuera poco, los guionistas recurren a esa trama que han ido diseminando a lo largo de la serie y que ha ubicado al hijo de Oliver Queen en Central City. Ollie ya recita en silencio su «yo soy tu padre»… Continuará en “Legends of Yesterday” (4x08)…
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La arrowcueva se ha convertido en un lugar público, ahí ya entra cualquiera. Como se despisten se les llena de indigentes buscando refugio cualquier día.
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