Blunt Talk: Por y para Patrick Stewart

Serie de TV

“Blunt Talk”

EEUU

2015

Sinopsis (Página Oficial):

“Blunt Talk” se centra en la figura de Walter Blunt, un británico en busca de conquistar el mundo de los informativos por cable de las noches de EEUU. Veremos cómo toma decisiones, sobre todo equivocadas, tanto dentro y como fuera de las transmisiones de su programa.

Crítica Bastarda:

“Blunt Talk” no es una sátira ácida y sin pelos en la lengua como “Episodes” ni tampoco llega a despuntar como una visión del otro lado de la fama similar a “Entourage”. Planteemos que estamos en otro tipo de lucha, aquella que consiste en la de un antihéroe combatiendo sobre el infatigable tiempo pero, sobre todo, sobre sí mismo. La presente batalla, no obstante, es mucho más avanzado contra la edad y el fracaso que aquel que protagoniza Matt LeBlanc. Walter Blunt es un provecto locutor británico que quiere conquistar la noche de las noticias por cable estadounidenses. Esas aventuras pudieran recordarnos en parte a las protagonizadas por Will Ferrell en las dos partes de ‘Anchorman’, pero el tono y la forma de la serie de Starz deseen trazar otro tipo de variación más profunda y trágica, buscando espacios para establecer una dramedia. Blunt se va a encontrar en Los Ángeles con que el camino del éxito no es tan sencillo y directo como se había planteado. Tal y como el mismo nos adelanta en la premisa, «el mundo ha cambiado tanto» y Walter se nos presenta en cierto modo como un caballero de la corte shakesperiana atrapado en constantes y equivocadas decisiones. Su gran conocimiento de la historia, como la castración de Jimmy Donahue (el heredero de Woolworth) a un soldado en Nueva York, simplemente le sirve como resorte para poder escapar de sus problemas y darles una salida satisfactoria y solución. “Blunt Talk”, en definitiva, nos habla sobre la decadencia y los desesperados intentos de su protagonista para conseguir una segunda oportunidad.

En ese prólogo de la comedia de Starz, vemos la cadena de sucesos que van a catapultar a Blunt a ser el centro de las noticias… siendo él mismo tan el sujeto como el predicado de la misma. Consciente de sus malos índices de audiencia, su alcoholismo y sus adicciones (al chocolate de marihuana) acaba contratando los servicios de una joven transexual, siendo víctima de un arresto no sin resistirse a la autoridad a golpe de Shakespeare e incluso hiriendo a uno de los agentes a lo Jimmy Donahue. Precisamente el nombre del personaje proviene de la obra del autor inglés (‘Henry IV’) y cuyo papel fue interpretado por el propio Stewart en la Royal Shakespeare Company. En cierto modo, el show gira alrededor de Patrick Stewart, su figura y empatía tanto sobre el resto del reparto como de la propia audiencia. Él es el sujeto y predicado de la función sin olvidar todo ese entramado coral de secundarios donde no faltan cameos de Brent Spiner y haciendo brillar a Jacki Weaver con entidad propia. Al quijotesco héroe no le falta su fiel escudero y suficiente extravagancia y simpatía para llamar a las puertas de la audiencia más seriéfila. El problema es si necesitamos más demencia, crisis nerviosa y senilidad sobre el mundo televisivo. 

A Walter Blunt no el importa entrevistarse a sí mismo o fabricar una retransmisión en directo sobre un huracán en un plató con pantalla verde de fondo y a golpe de chroma en un plató donde se está rodando un film pornográfico. Puede que el problema de la comedia de Starz sea la propia competencia… y no precisamente con actores reales. “Bojack Horseman” habla de un modo más estrafalario y políticamente incorrecto sobre la decadencia del mundo de la fama, por vías mucho más satíricas y certeras que la comedia creada por Jonathan Ames; incluso las desventuras de BoJack son mucho más dramáticas y trágicas en sus muchas incursiones sobre dicho territorio. “Blunt Talk”, en realidad, es una serie por y para Patrick Stewart, para que trate de hallar la comunión entre Will McAvoy y Don Draper dentro la misma pantalla, que trate despernadamente de encontrar un diálogo entre el personaje y el actor. Su propio hijo, Daniel Stewart, también se ha sumado a sus cruzadas aunque realmente hasta “Meth or No Meth, You Still Gotta Floss” (1x07) el show no encuentra su sitio, donde se halla el soñado equilibro entre la belleza, la demencia y la frustración que pueda generar el protagonista y todos aquellos que orbitan a su alrededor. Puede que ya sea demasiado tarde para algunos o demasiado pronto para otros… al fin y al cabo aquel que siga frente a la pantalla lo hará por Stewart. Y es que su serie, su reino y su propio caballo, tanto dentro como fuera del televisor.

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