Serie de TV
“Blood & Oil”
EEUU
2015
Sinopsis (Página Oficial):
Billy y Cody Lefever sueñan con una nueva vida más allá de sus orígenes como clase trabajadora y se mudan a ‘The Bakken’ en Dakota del Norte, en pleno auge tras el mayor descubrimiento de petróleo en la historia estadounidense. Pronto se verán enfrentados a un magnate despiadado que los obliga a apostar fuerte y poner en juego todo, incluyendo su matrimonio.
Anunciada como la nueva “Revenge” y heredera del reboot de “Dallas”, “Blood & Oil” se convirtió en una de las primeras decepciones de la temporada otoñal. No obstante, sus bajos índices de audiencia pudieran ser lo más preocupante por encima de sus flojas críticas y es que el poco interés del público general —y precisamente su target potencial— hace divisar un futuro pasado por fango de esa advertida sangre y petróleo. Recortada por ABC, mientras que el crudo baja en el mercado internacional, el propio argumento pudiera precipitarse a la ciencia ficción en los actuales márgenes económicos. Nos venden al comienzo del show una nueva ‘fiebre del oro’ al hallarse en Dakota del Norte el mayor hallazgo petrolífero de la historia y dejar caer que el precio por metro cuadrado en ‘The Bakken’ supera al de Silicon Valley. Obviamente hace años el contexto sería suficiente y potente material para conformar esa soñada telenovela de intrigas, familia y traiciones para incluso desplegar una hilo de conexiones respecto a “Deadwood” pasando por la serie que mitificó al clan de los Ewing. Aquello que nos revela el drama creado por Rodes Fishburne y Josh Pate es un convencional y previsible culebrón bajo tramas tan trilladas como ‘enfrentar’ a una veterana y poderosa familia con un matrimonio repleto de sueños y aspiraciones que acaba de llegar —no sin dar 25 vueltas de campana en su furgoneta— al pueblo que marca la codicia (y envidia) de todo EEUU.
Podríamos mostrar interés en los tópicos. El heredero de los Briggs no está a la altura de las circunstancias y está dispuesto a traicionar a su propio padre para hacerse con la fortuna que le pertenece. La relación con ese joven repleto de sueños (Billy LeFever) nos devuelve al tradicional cortejo del un ‘diablo’, interpretado por Don Johnson, que va a seducir y manipular a su conveniencia a aquel que puede convertirse en su legado… o su mayor antagonista. Ante la falta de talento y originalidad creativa, sorprende que ABC no encontrara un título indicado de cara a su propuesta para sustituir a “Revenge” la noche de los domingos. Ni “Boom” ni “Oil” reflejaban aquello que realmente le faltaba tanto a su título como a la propia serie: sangre. Pero incluso en ese territorio resulta bastante manido añadir un elemento que ya nos predijo Paul Thomas Anderson en esa maravilla cinematográfica titulada en su forma original “There Will Be Blood”. El catálogo no impresiona: magnates despiadados, secretos oscuros, gente guapa y fotogénica que se acuesta con cualquier ser bípedo en diez kilómetros a la redonda, juego sucio por doquier, lujuria, traición, venganzas, sueños, desafíos, idealismo frente a mucha amoralidad capitalista, familia y, sobre todo, giros de guión impactantes un tanto random (y sin mucho sentido del ridículo)… En resumidas cuentas, no hay demasiado petróleo que sacar aquí. Y, sobre todo, con las actuales cotizaciones y precios de mercado de esa nueva edad de oro que conforma la televisión actual.
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