Serie de TV
“Sense8”
EEUU
2015
Sinopsis (Página Oficial):
De los creadores de “The Matrix” y “Babylon 5” llega esta tensa serie en la que ocho personas pueden experimentar telepáticamente la vida de los otros.
¿Qué es ser humano? ¿La capacidad de razonar? ¿De imaginar? ¿De amar o penar? Si es eso, somos más humanos que nadie.
Desde “Matrix” los hermanos Wachowski siempre han estado bajo el punto de mira y una presión por parte de los espectadores, dando la impresión de que han sido una de las mayores e invisibles fuerzas que les han obligado a no levantar cabeza. Desde esa sorpresa que supuso “Lazos ardientes” y con el cierre de la trilogía al servicio de Neo, los directores y guionistas norteamericanos se han encontrado siempre con críticas virulentas o indiferencia ante sus nuevos proyectos. Es cierto que “Speed Racer” supuso una revolución estéril pero era un monumento sobre lo etéreo mucho más sofisticado, profundo y pop que “Avatar”, que tal vez pasó sin pena ni gloria debido al actual universo donde el consumismo más naif a base de videojuegos e internet ya había saturado a la audiencia. A la incomprendida “El atlas de las nubes” se le sumó en ensañamiento al que fue sometida “El destino de Júpiter”, cuando los Wachowski confeccionaron uno de los más certeros discursos sobre el ADN de la ciencia ficción y la imposibilidad de replicarlo. Si algo dejaba plasmado ese desigual y controvertido delirio fílmico, es que ninguna obra podría reivindicar el trono de una reina del pasado por mucho que sus credenciales genéticas —y cinematográficas— fuera idénticas y exactas. “Sense8” llega como gran redención a esos espectadores que se apartaron del influjo estilístico de esos creadores de cosmos fantasiosos y posibilidades ilimitadas. La nueva serie de Netflix simboliza un nacimiento tanto dentro como fuera de la pantalla, donde un contexto sobrenatural se unifica con la ciencia ficción y un gran halo de misterio impulsa el suspense. Los Wachowski han hallado, por lo tanto, la fórmula perfecta para unir distintos personajes en diferentes ubicaciones y partes del mundo tras alcanzar esa comunión temporal en la adaptación de la novela de David Mitchell.
En “Sense8” se trata de establecer un mosaico global y multicultural a través de distintas personas que son capaces de ‘conectar’, comunicarse y compartir los sentimientos e incluso habilidades. Tenemos una hacker transgénero en San Francisco, un oficial de policía de Chicago, una DJ islandesa afincada en Londres, un conductor de autobús de Nairobi obsesionado con Jean-Claude Van Damme, un criminal y ladrón alemán, una estrella de cine mexicano, una farmacéutica prometida en Mumbai y una empresaria coreana que combate sus dramas familiares gracias a luchas clandestinas de kickboxing. Desde el sexo, el romance, el misterio, la reivindicación de la identidad o la venganza, el tejido con el que trabajan los Wachowski es tan amplio como presuntamente trillado en apariencia. “Sense8” lidia tanto con el delirio como el ridículo estructurando la impuesta novedad diversificando, unificando conceptos e incluso revisitando y reincidiendo en conceptos audiovisuales en absoluto ajenos al seriéfilo o cinéfilo. Esa conexión de la serie de Netflix con viejos sentimientos fílmicos pudieran explotar y consolidarse en esa interpretación colectiva de “What’s Up” de 4 Non Blondes emulando a ‘Wise Up’ de Aimee Mann en “Magnolia” de Paul Thomas Anderson. Esa capacidad de conectar con todo tipo de elementos se fortalece con la incorporación de antiguos colaboradores de los hermanos Wachowski, desde Tom Tykwer, Johnny Klimek, Thorsten Klein, James McTeigue, John Toll o Joseph Jett Sally.
“Sense8” también se recrea sobre los estereotipos en los que pudieran quedar enmarcados sus personajes, normalmente atrapados en una trama violenta que enreda sus vidas. Ese sumatorio de clichés se superpone para generar un concepto original, entrelazando sus necesidades y carencias con las habilidades de otros miembros del grupo para conseguir hallar una vía de salvación tanto vital como existencial. La Organización de Preservación Biológica (BPO) —un grupo multinacional de investigación que estudia el genoma humano en busca de mutaciones positivas y relevantes liderado por el peligroso Sr. Whispers— quiere dar caza a los ‘Sensate’, deseando y acabar con ellos. Volvemos a ese ‘parto’ inicial con el que comienza el hilo de misterio y tensión, como esas figuras enigmáticas que dan la bienvenida al show y al nacimiento del resto de personajes. Se trata de Angelica Turing (Daryl Hannah) y Jonas Maliki (Naveen Andrews), ubicados en una iglesia abandonada, retorciéndose la presencia femenina de dolor como las contracciones de un parto donde la epidural la ponen narcóticos y un colchón desaseado en una inhóspita oscuridad y un tono lóbrego impuesto. Precisamente esa secuencia de partida podría ser el delirio final de una drogadicta, un prólogo lynchano de una mujer con una mente maltrecha y a punto de morir suicidándose al estar atrapada en su locura y alucinaciones. Esa visión, como nueva fe en una templo marchito, nos habla de la globalización, de ese caótico mundo en el que la humanidad está más unida que nunca pero en el que ha perdido su empatía. Una raza con mutación genética pudiera ser el futuro para conectar de nuevo a las personas y sus sentimientos. Ese concepto, junto a la mecánica de suspense, nos ofrece todo tipo de posibilidades, como si el Club Clone de “Orphan Black” se hubiera fragmentado en diferentes personajes desplegados por todo el globo terráqueo. En “Sense8” hay un gran espacio para la sexualidad y obviamente se ha ganado las críticas de homófobos (?) y/o habituales haters de los directores de “Matrix”. No es problema para un show que quiere (y puede) seguir creciendo. Y es que la serie de Netflix siempre se ha mostrado ambiciosa, yendo de menos a más, deseando ir mucho más allá de propuestas con rápida fecha de caducidad como “Touch” —y la mencionada joya de culto de BBC America— y estableciendo en el drama coral de ciencia-ficción todo tipo de posibilidades estilísticas y narrativas. Puede que anteriormente hayamos sido víctimas de esa recurrente frase de marketing televisivo, buscando el relevo de “Lost”. Tal vez lo tengamos delante y, tal como realiza el peligroso Sr. Whispers, al haberla contemplado directamente a los ojos ya esté con nosotros, susurrándonos al oído que nunca podremos escapar de ella. Y he aquí la obra que marca su comienzo y un nuevo nacimiento para los hermanos Wachowski.
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