martes, 23 de septiembre de 2014

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Comienza la Octava Temporada de The Big Bang Theory

Con “The Locomotion Interruption” (8x01) y “The Junior Professor Solution” (8x02) ha arrancado la octava temporada de “The Big Bang Theory” cargada de cambios, noticias y una consolidada perspectiva de futuro. Podríamos resumir el regreso de Sheldon Cooper, Leonard Hofstadter, Howard Wolowitz, Raj Koothrappali, Amy Farrah Fowler, Bernadette Rostenkowski y «Knock Knock Knock… Penny? Knock Knock Knock… Penny? Knock Knock Knock… Penny?» en su alteración de horario, de manera temporal, coincidiendo su estreno con el 20 aniversario del primer capítulo emitido de “Friends”. ¿Llegaremos a celebrar el 24 de septiembre de 2027 la emisión del piloto de ‘TBBT’ o quedará perdida en el olvido y la anécdota cultural? ¿Las diferencias (y tantas diferencias) son siempre odiosas? Recapitulemos: 

a) Tendremos (de momento) tres temporadas de la sitcom en emisión más popular del planeta. 

b) Jim Parsons, Johnny Galecki y Kaley Cuoco cobrarán un millón de dólares por episodio, recibiendo beneficios por las nuevas emisiones de los capítulos y pasando a la producción de la serie. 

c) No se sabe si Kaley Cuoco se divorcia, tiene un tamagotchi o luce un pixelizado pezón. Johnny Galecki se quedó soltero. A Mayim Bialik no le gustaFrozen. El reino del hieloy ha sido fusilada a discreción por osar llevar la contraria al mundo. Stuart tendrá su propia serie en CBS pero no será un spin-off de “The Big Bang Theory” sino una sitcom escrita por el actor que interpreta al personaje. Jim Parson ganó su cuarto Emmy por su mítico papel de Sheldon Cooper.

d) A los talifans de la serie —y seguidores de tercera de la comedia— no les sentó nada bien que algunas personas (y bastardos) comenten libremente las deficiencias de su sacralizado icono televisivo, al parecer y según ellos, intocable. Espero que no sean ateos que luego reprochan públicamente los errores de ‘Las Sagradas Escrituras’ y se quejan de que los cristofreaks se lancen sobre su injurioso cuello… No lo llamen ciberbullying, llámenlo nazismo. Ellos son el motivo para que siga comentando y ofreciendo reviews de los capítulos de “The Big Bang Theory”, expresando mi opinión de lo que me gusta o no me gusta de la serie. Si usted no se deleita con aquello que lee, respire y siga besando su ejemplar de ‘Mein Kampf’ antes de lanzar su odio talibán por aquí… o acepte que hay otras opiniones diferentes a la suya. No se preocupe. Rezaré por todos ellos. Rezaré por usted, nazi-talibán.

Llegamos al season 8 premiere con un capítulo doble y es hora de recordar dónde nos quedamos. La séptima temporada de “The Big Bang Theory” fue la peor emitida hasta la fecha revelando que su condición de popularidad ha prostituido las premisas iniciales de la serie. Sus intentos de hacer una nueva “Friends” con geeks han mostrado sus pésimos esfuerzos en una impostada madurez cercana al plagio y la decepción. La caída libre de calidad es evidente y cada vez más seguidores del ‘Piedra, Papel, Tijeras, Lagarto, Spock’ y ‘Bazinga!’ se han dado cuenta de sus previsibles y torpes argumentos para construir una comedia sin gracia, basada en el juego de parejitas, que misteriosamente sigue teniendo éxito por cuestiones básicas de postureo comercial y product placement. No obstante, la temporada contó con uno de los mejores capítulos emitidos en los últimos años de TBBT [The Scavenger Vortex” (7x03)] y ciertos cameos, guiños, detalles y ramalazos pudieran invitar a la esperanza. ¿Decidirá arriesgar algo la serie teniendo en cuenta que tiene asegurada su producción hasta 2017? Pues va a ser que no… Volvemos al ritmo cansino, volvemos a la peor versión de “The Big Bang Theory”.


Con The Status Quo Combustion” (7x24) me sentí como el Dr. Cooper, agobiado por tanto cambio que simplemente me superaba. Necesitaba irme por ahí y pensar… La cuestión es que “The Big Bang Theory” no sobreviviría ni medio capítulo sin Sheldon y ver su regreso simplifica el estado de la serie: se ha quedado en paños menores diciendo incongruencias y espantando al personal. Perdona Sheldon AKA TBBT, no te han robado los pantalones sino el cerebro y gracia a los guionistas. Que dejen de copiar tanto y tan pésimamente… Como ya ha pasado tantas veces en la propia sitcom: un personaje (o varios) se va… para volver al comienzo de la temporada sin que haya cambiado prácticamente nada. El problema es que esta vez el guión es incluso peor y que la ausencia haya sido de solo 45 días deja en evidencia la tremenda falta de ideas. Del mismo modo, “The Locomotion Interruption” (8x01) finaliza con el Dr. Cooper tratando de afrontar los cambios y preparándose para lo venidero… todo se reduce a un simple cambio de peinado y corte de pelo. Simple pose y estética, en definitiva. Es lo mismo pero más deficiente. No puedo soportarlo. Me voy. ¿Me voy?

El conjunto es tremendamente decepcionante con chistes de anti-diarreicos y anos sangrando como único recurso de humor. Los personajes han acabado siendo caricaturas de ellos mismos y juguetes rotos que envejecen y cuya evolución está marcada por el condicionamiento de la propia sociedad y millonaria audiencia. Mientras el resto de personajes han quedado tan encasillados como los propios espectadores norteamericanos en la necesidad de transformar a esos geeks asociales en referencias propias y, por lo tanto, que queden atados a ese juego de parejitas, romances, novias, compromisos y matrimonios. Amy es la única que se muestra a contracorriente incluso dentro de sus esfuerzos de tener un novio y evitar ser una solterona. Sentirse como una chica popular rompe su dinámica y rellena sus deficiencias emocionales en su época de instituto. Sheldon sigue siendo ese evil-baby en pañales incapaz de socializar y su viaje en tren por todo el país no le ha cambiado nada. Tampoco lo pedíamos aunque sí un mayor talento de los guionistas de sorprendernos con su regreso. Que la solución narrativa a cambiar su campo de estudio (la teoría de cuerdas) sea ascenderle a profesor generando que tenga que dar clases, pudiera tener gracia y alicientes. El problema es que únicamente Howard querrá ser su alumno y Sheldon sentirá terror de que alguien pudiera ser tan inteligente o más que él. Por cierto, ¿es que se piensan que nadie se acuerda de que quedó la plaza libre del Profesor Tupperman desde el final de la sexta temporada?


Nos queda susurrar ‘escopeta’, gritar ‘rombicosidodecaedro’ y esperar que Stuart salve los muebles. Su emparejamiento (no confirmado) con la Sra. Wolowitz (Debbie para los amigos íntimos) provoca que los celos emerjan en Howard tanto por ser el nuevo hijo de mamá como ejercer, en cierta medida, como aquel padre que siempre necesitó. Y Stuart ya no es esa alma cándida sino que tiene personalidad. No obstante, aquí se revela el sacrificio para provocar el cambio: la tienda de cómics mítica fue pasto de las llamas. Cada vez, las referencias propias de la serie van quemándose y pereciendo en el olvido en pos de ese juego de parejas en slow-motion en el que tanto se recrea “The Big Bang Theory”. De la boda de Penny y Leonard nada a la vista… Ambos viven juntos y tampoco la serie se ha centrado en ver a Sheldon buscando nuevo piso o lidiando con la posibilidad de vivir con Amy, esa mujer a la que tanto maltrata psicológicamente. Nos preocupamos de buscar un futuro a Penny a través del enchufe y presión de matona de Bernadette. Penny será comercial en la empresa farmacéutica de la mujer de Howard, generando tensiones entre ambas y siendo Amy la confidente y chica popular por un día. No esperen mucho más que diálogos de rubias escritos por Mariló Montero y Ana Obregón y producidos por José Luis Moreno; aunque con ciertas ráfagas divertidas gracias a Mayim Bialik y la imitación prodigiosa de Kaley Cuoco-Sweeting de la cara de Rafa Mora mirando una tabla periódica. ¿Ha merecido la pena, pues, el regreso de ‘TBBT’ a nuestras vidas? Emulemos al Dr. Cooper ejerciendo de profesor y vomitando la bola de papel masticado por Howard y lanzando sobre su ya no virginal campanilla y garganta. Sí, hay que tragar y vomitar para seguir lidiando con esta comedia que confirma la teoría y estudio de Richard Lynn y el documental “Idiocracia”. “The Big Bang Theory” ha vuelto más tonta que nunca y con más éxito que siempre.

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2 comentarios:

  1. Me parece un poco exagerada la tirria (y perdón por la palabra, no sé cómo expresarlo mejor) que se desprende de este artículo y de otros en este blog sobre las últimas temporadas, aunque no es nuevo porque hay un sector abundante de fans de las primeras temporadas que comparten este punto de vista, y además con la misma efusividad.

    Me parece que no hay para tanto y sin embargo coincido en mucho de lo que dices. Que ya no es la primera vez que cierran temporada con cliffhanger de alguien pirando y que regresa sin que haya pasado nada. Que la 8a temporada ha empezado floja floja, mostrando síntomas de un agotamiento que ya hace tiempo que se ve venir. Que no hay narices a hacer evolucionar a Sheldon hacia ningún lado, pero que 8 temporadas de un personaje tan excéntrico como baza fundamental de una serie lo convierten en caricatura de sí mismo. Que su relación con Amy se debate entre el no avanzar, como comentas, y el hacerlo a trompicones (momento "quiero tener coito con Amy" fue chocante).

    Sin embargo, no pierdo la fe en una de las únicas sitcoms que consigue hacerme reír. Siempre hay un buen gag, o un buen episodio, que llega cuando menos lo esperas a salvar los muebles. Las hay de peores e igual de elogiadas, como Dos hombres y medio o HIMYM. Sí, nunca será esa The Big Bang Theory de los primeros tiempos, pero su espíritu sigue vivo y quiero pensar que volverá a aparecer.

    Saludos! :)












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    1. Hola Meri,

      Gracias por el comentario. Sí, el momento "quiero tener coito con Amy" fue una de las mejores bazas de Sheldon tomando consciencia del personaje en el que quieren transformarlo y jugando con la propia audiencia para generar humor. Espero que sigan explorando ese territorio virginal tanto para Amy como Sheldon y formas alternativas al sexo, como ese rol-play con el que tuvieron su primer ¿coito? virtual.

      Saludos bastardos y gracias por el comentario.

      P.D.: No es tirria contra la serie sino contra talifans, imponiendo un único pensamiento, de la serie que aparecen por aquí insultando, haciendo bullying o ejerciendo como nazis. Intento hablar de lo bueno y lo malo de una serie que ha ido perdiendo su identidad en pos de vender su culo a esa millonaria audiencia que la sigue. Si quieren transformar a Sheldon en Belén Esteban y TBBT en una copia (cutre) de "Friends" con geeks que lo hagan ya y se dejen de tontería. Los cuasi-veinte millones de espectadores que ven cada capítulo en EEUU lo agradecerán. ;)

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