Cómo defender a un asesino (How to Get Away With Murder): De cómo matar y salirse con la suya

Serie de TV
“Cómo defender a un asesino”

Título original: “How to Get Away With Murder”

EEUU

2014

Sinopsis (Página Oficial):

La brillante, carismática y seductora profesora Annalise Keating se implica con cuatro estudiantes de derecho de su clase ‘Cómo salirse con la suya’. Lo que no saben es que van a tener que aplicar todo aquello que han aprendido a la vida real, en este magistral, sexy, impulsado-por-el-suspense thriller legal.

Crítica Bastarda:

¿Cómo escabullirse del asesinato? Annalise Keating nos lo va contar con pelos y señales, con esas afiladas pestañas que apunta directamente hacia la muerte, con esa mirada letal y felina capaz de atravesar, petrificar y destruir tu corazón en menos de un parpadeo. Para meterse en la piel de semejante pantera los productores de “Scandal” han encontrado en una estrella como Viola Davis la simbiosis perfecta entre lo sublime y lo impostado y ridículo que pretende ser, en realidad, “How to Get Away With Murder”. ¿Estamos ante el guilty pleasure de los seriéfilos en esta temporada otoñal televisiva o frente a uno de los arrebatos más estúpidos, geniales y grotescos engendrados en las series de 2014? No se enfade y déjese abofetear por Viola/Annalise en plan dominatrix mientras recuerda ese montaje atronador para un público de The CW con robados (o plagios) de la banda sonora de “La red social”. 

Cuando pone su rostro de villana, intuimos que seguramente Viola Davis recuerde lo cabreada que se quedó cuando Meryl Streep le levantó un Oscar. Ella lloró más que nadie en “Criadas y señoras” y en todo el cine de Hollywood de 2001. Entonces, why? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Esa es realmente la pregunta que se harán muchos tras lo que considerarán un decepcionante estreno en toda regla, planificado para atraer a la misma audiencia de “Twisted” y arrastrar al público de de “Scandal”. Desconocemos si habita un mínimo de sinceridad en ese personaje cuyo lado vulnerable puede ser despertado por el protagonista masculino y tonto-prototipo-moralista de toda telenovela, Wes Gibbins (Alfred Enoch). ¿Se trata de su hijo abandonado y sacrificado para labrar su carrera de bitch siguiendo la estela de un culebrón? ¿O los niños de ‘Harry Potter’ reblandecen el corazón de ese cruce de Amanda Woodward de “Melrose Place” y Patty Hewes de “Damages (Daños y perjuicios)”? Annalise Keating no enseña derecho penal, explota a sus mejores alumnos para que hagan aquello que no está escrito (ni es legal) y así superar la defensa de sus clientes basada en cuatro pasos: 

1) Desacreditar al testigo. 

2) Incorporar un nuevo sospechoso. 

3) Enterrar la evidencia.

4) Sacar las garras a lo Tigresa de Oriente por todo el tribunal con un modelón que ni te cuento para que el jurado se fije más en la manicura y pose que en el propio caso que tienen que deliberar. Y no se olviden de aplaudir lanzar un OLÉ.

Existe una trama troncal que no es otra que la ocultación de un asesinato por parte de los cuatro alumnos más destacados —dos chicos, dos chicas… siguiendo el cliché con un antagonista gilipollas interpretado por Matt McGorry, el guarda que cae a todo el mundo bien en “Orange Is the New Black”— y que deparará en el descubrimiento final de la identidad del cadáver mientras las ráfagas de montaje nos tratan como completos idiotas. ¿Quién es la víctima? Solamente hace falta ver los créditos de los siguientes capítulos para conocer la identidad del difunto/a. También tenemos otro caso de una alumna desaparecida cuyo cuerpo será encontrado al cierre del piloto, marcando la línea de defensa y posible culpabilidad del marido Annalise. Piense mal y acertarás, parece decirnos “How to Get Away With Murder”. La serie es un cruce tosco, autoparódico y superficial de “Los asesinatos de mamá”, “Una rubia muy legal” y “Sé lo que hicisteis el último verano”, pero tenemos a Viola Davis y sus garras como maestras de ceremonias por lo que la diversión está asegurada. Nos encontramos, por lo tanto, ante una serie trash y guilty pleasure instantáneo con la marca y carmín de Shonda Rhimes. La ficticia Universidad de Middleton esconde a una pantera vestida en trajes de diseño entre toneladas de estupidez, ridículo y tramas y personajes de folletín televisivo. No se mueva, porque esta tigresa interpretada por Viola Davis le ha clavado sus venenosas garras mientras no paraba de reír… y ya ha quedado atrapado junto a esos estudiantes en un misterio con olor a fuego, muerte, frialdad y, por supuesto, a animales hambrientos y cosmopolitas. Esto no es, en realidad, una serie sino su propio juicio. ¿Se declara inocente o culpable de odiar/amar “How to Get Away With Murder”?

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