martes, 10 de junio de 2014

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Orange Is the New Black: Segunda Temporada

[SPOILERS NARANJAS Y NEGROS] Para muchos seriéfilos 2013 fue un año que será siempre recordado por la despedida de Walter White y, también, como aquel que dio la bienvenida a Piper Chapman dentro de nuestras pantallas. Un relevo catódico que también simbolizaba el cambio de una de las mejores series de televisión emitidas a través de la televisión por cable y el comienzo de ‘la era Netflix’, donde internet también remarca(ba) la nueva época de la alternativa. La llegada de la segunda temporada de “Orange Is the New Black” aterriza en la red con la renovación previa para una tercera entrega de la serie y la constatación de estar frente a una de las mejores comedias (y dramas) que se pueden ver actualmente en ese marco catódico de grandes shows. El matiz y la ambivalencia, que propone la adaptación de las experiencias vitales de Piper Kerman en la pequeña pantalla, ha desconcertado a esos encasillamientos dentro de géneros tan habituales en Globos de Oro y Emmys. Unas clasificaciones ajenas a todos aquellos que hemos seguido las desventuras de Taystee, Red, Big Boo, Crazy Eyes y un buen puñado de personajes, como esa latinas que se hicieron en el cierre de la temporada pasada con el control de la cocina… y, recuerden, aquellas que gobiernan la cocina gobernarán el correccional. Ese cierre de la primera entrega de la serie creada por Jenji Kohan nos dejó también en vilo sobre el paso al lado oscuro de Chapman que quedó, en ese naranja que da paso al negro, golpeando brutalmente a Tiffany 'Pennsatucky' Doggett. En concreto, sacudiendo a sus ya castigados dientes como paso previo a convertirse más peligrosa bitch de la prisión para sobrevivir. Champan estuvo frente a la muerte y también tuvo un cara a cara con la homofobia del consejero de la prisión Sam Healy, que le llevó a ser un testigo pasivo como acto de venganza a una situación abierta a terribles repercusiones para la protagonista. ¿Qué pasó con Piper? ¿Qué ha pasado en estos nuevos 13 episodios? Corran las rejas y vean… 

El regreso de “Orange Is the New Black” llega para descolocarnos tanto como a su protagonista y apartar a Piper del correccional de Litchfield e incluso del reparto regular. Todo ese aire kafkiano y desconcertante de un nuevo escenario no facilita respuestas a ese ‘lobo solitario’ sobre un viaje en avión con destino a la penitenciaría de Chicago. ¿Qué pasa aquí? ¿Estamos ante una nueva serie? ¿Tendrá que cazar Piper cucarachas y someterse a psicóticas cartas astrales? ¿Mató al final Chapman a Pennsatucky? “Thirsty Bird” (2x01), dirigido por Jodie Foster, va a retomar toda la relación de la protagonista con Alex, ya que Kubra ha sido extraditado para ser sometido a un juicio… en el que ambas tendrán que declarar. ¿Dirán la verdad o mentirán para librarse de una posible venganza futura? La cuestión es que el pasado de Piper y su propia familia están ligados a la falsedad y a una cuesta resbaladiza en la que las decisiones morales extremas siempre están sometidas bajo el influjo de su ex novia. De este modo, Alex volverá a ‘traicionar’ a Piper y le dejará a la sombra de un futuro juicio por perjurio si la justicia (y los guionistas de la serie) lo consideraran necesario. Con esa traición y repetición de los esquemas pasamos a “Looks Blue, Tastes Red” (2x02) donde nos dejan claro que el ecosistema de Litchfield no depende exclusivamente de la presencia y ego del personaje que interpreta Taylor Schilling y tampoco del nutrido y habitual número de desnudos femeninos como el sketch que protagonizan Larry y su padre en una sauna gay.


En esta segunda temporada de “Orange Is the New Black” vamos a tener desde referencias a Omar Little de The Wirea la presentación de nuevos protagonistas —junto a algunas salidas o temporales ausencias— para afianzar ese cosmos coral que propone la serie. Realmente ese capítulo sin Piper nos prepara para su regreso en “Hugs Can Be Deceiving” (2x03), que resulta incluso más impactante con ese «Mierda, ¡ha resucitado!» al que le falta únicamente una banda sonora de Ennio Morricone. Las señas de identidad de la dramedia de Netflix, no obstante, van a seguir presentes repasando el pasado de todas las protagonistas que no desfilaron por la palestra del flashback y dorar así de una nueva dimensión al «drama carcelario». Una dramedia que pasa por el retrato de los criminales, de sus sentimientos y también de esa oscuridad que nos recuerda Piper que crece en su interior. Todas las mujeres que están allí la tienen, ascendiendo como un cáncer y guiándolas hacia esas malas decisiones que las condujeron a ese lugar regido por el absurdo burocrático y, por supuesto, corrupción. Una serie de irregularidades financieras, sobre fondos que nunca llegaron a materializarse en la prisión, es uno de los arcos principales argumentales en el que Piper tendrá que poner en riesgo su propio futuro si desea ayudar a un periodista a destapar las cloacas de Natalie Figueroa. La mujer del aspirante a gobernador del estado ha estado desviando dinero presumiblemente para financiar la carrera política de su esposo aunque, como suele ser habitual en la serie, nos tendrán reservada una vuelta de tuerca sobre el personaje que interpreta Alysia Reiner en la recta final. Ese punto de giro es habitual dentro de ese juego de estereotipos raciales y sociales, que están de nuevo a la orden del día y que contará con sus novedades generadas con el regreso del ‘exilio’ de Red. La rusa, que controló la cocina y la prisión, compartirá cubículo con Piper tanto para acercar ambos personajes como las motivaciones de Red para recuperar el contrabando dentro de la penitenciaria y utilizar un permiso de Piper para confirmar qué le oculta su familia sobre el viejo negocio que tenía fuera.


Mientras tanto, las latinas y las afroamericanas se disputan inicialmente el control de la cocina siendo Mendoza y Vee las sendas líderes del enfrentamiento. Vee (Lorraine Toussaint) es una de las novedades del reparto y es la madre que nunca tuvo Taystee y que la condujo directa a los negocios turbios. La reunión de ambas va a potenciar también a otros personajes como ‘Crazy Eyes’ o Poussey en las estratagemas de aquella que ya lideró la penitenciaria en el pasado y que tuvo sus más sus menos con Red. Realmente Vee es la víbora, el escorpión… y sus intereses no son la cocina de Mendoza sino hacerse con una vía para traficar con cigarrillos y otras drogas… Todo ese cóctel, retomando la evolución del embarazo de Maria, los nuevos dientes de Pennsatucky o la resolución de esa pelea entre la fanática religiosa y Piper que cerró la primera temporada van a ser el material de los primeros capítulos. ¿Y qué ocurrió en esa pelea que cerró la primera temporada? La relación de ‘Crazy Eyes’ con su madre provocó que su nueva humillación pública en el villancico navideño lo pagara golpeando a su ‘Diente de León’, finalizando así la violencia de Piper sobre la cara de Pennsatucky y, ciertamente, salvando a la protagonista para transformar una paliza en una igualada lucha de dos reclusas. Por otro lado, descubriremos que Joe Caputo está en una banda y que quiere seguir alcanzando el corazón de Susan, atrapada en esas vidas y conversaciones telefónicas que le recuerdan a Dickens (versión latina, claro). No es la última referencia literaria como referencias a Lewis Carroll en ese laberinto de situaciones un tanto absurdas. 



La apuesta, por lo tanto, de la segunda temporada de “Orange Is the New Black” es potenciar a todo el elenco y hallar un show muy equilibrado que pueda llevar cualquier combinación de intérpretes. Incluso la verdad sobre el prometido de Lorna Morello nos lleva a otros matices sobre su personaje descubriendo que realmente está allí por tener una relación psicótica y obsesiva con un amor no correspondido. El humor no puede faltar como ese ‘tercer agujero’ femenino (el del pipi) y en “You also Have a Pizza” (2x06) llegamos a San Valentín y también a esos ciclos de poder donde los dictadores (a lo Hillary Clinton, ¿?) cambian para hacerse con el control. “Appropriately Sized Pots” (2x08) es un capítulo, por ejemplo, que establece el punto de giro necesario tratando las deficiencias presupuestarias que ‘permiten pudrirse’ a una enferma de cáncer sin posibilidad de la cirugía y operación sugerida por los doctores. O también tratar tanto el despido de Susan como el regreso de Pornostacho y la muerte de la abuela de Piper, cuya delicada situación le facilitó su salida temporal de la prisión gracias a la concesión de un permiso que la volverá a poner en el punto de mira por las envidias producidas. “40 OZ of Furlough” (2x09), por lo tanto, nos permitió ver a Piper fuera de la penitenciaria para asistir al funeral de su abuela, ‘arreglar’ sus asuntos pendientes tanto con su padre y Larry (que inició una relación con Polly), comprobar que el negocio familiar de Red está cerrado y su familia miente —siguiendo ella misma la propia mentira para mantener la esperanza de su compañera— y, sobre todo, dotar de sentido el enfrentamiento entre Vee y Red que sabíamos se remontaba tiempo atrás. Pero evidentemente “Orange Is the New Black” saca sus garras y transforma el funeral en la boda del hermano de Piper mientras posiciona y equilibra la ira de Healy y Pennsatucky para que ambos traten de lidiar juntos con sus problemas. Ya han dejado de ser enemigos de Piper, la mecánica ha cambiado.


La guerra entre ‘latinas’, ‘blancas’ y ‘negras’ se transformó en el perdón de las antiguas aliadas de Red consiguiendo también el apoyo de las bitches más ancianas del lugar para así enfrentarse a esa víbora y amenaza con pelo afro. Vee es una serpiente venenosa que sabe cómo hacerse con el poder de las personas y someterlas a sus intereses aunque aquí es su propia ‘hija’, Taystee, su mayor quebradero por su relación con beso (pero no lésbico… todavía) con su inseparable Poussey. Realmente el pasado resulta catártico para entender el presente y no se trata de unos grandes ecos místicos o astrales sobre el destino a loLost sino de que se complemente con los conflictos actuales. Por ejemplo, el descubrimiento por parte de Piper de que su mejor amiga ha sido el objeto de la infidelidad de su ex prometido es utilizado para que repasemos que ella fue la ‘otra’ sin saberlo durante su relación lésbica con Alex. O también que conozcamos más sobre la lucha política de esa monja y posicionarla junto a una de las nuevas incorporaciones de la temporada: Brooke Soso (Kimiko Glenn). Esa lectura de la libertad, de la lucha de los derechos (con una huelga de hambre incluida) o del periódico que inicia Piper forman parte de esa fábula de generar otro más diminuto universo que caricaturice el vasto e infinito mundo exterior. En realidad, los (otros) tejemanejes de prisión, tal y como señala Big Boo, son un chiste, una mueca del juego de criminales que están condenadas a seguir haciendo lo mismo a lo que se dedicaban, estén o no con unas rejas de por medio. Toda esa revitalización se simplifica, por ejemplo, en los sentimientos de Miss Rosa al oler unos pocos billetes de un peculiar ‘atraco’ y recordar sus viejos tiempos robando bancos. La idea de “Orange Is the New Black” es que ese juego burlesco y minimizado en apariencia sea contundente dentro de los cuatro muros de la prisión y ciertamente lo consigue potenciando toda la historia de Red y Vee.


Evidentemente los planes de Vee pasan por introducir droga en la prisión y la ruta que consigue Red a través de la alcantarilla del invernadero (comparado con un túnel a lo Bugs Bunny) quiere ser tomada bajo el control de las afroamericanas. ¿Ha llegado la guerra de bandas a Litchfield? Las ‘otras’ realidades de la segunda temporada de “Orange Is the New Black” pasan por la detención de Pornostacho tras revelar John el secreto sobre el embarazo de Dayanara y acusar ésta a Mendez de la ‘consentida’ violación. También, del traslado inminente de Piper bajo la sombra de ese diablo con tacones llamado Figueroa al enterarse de las reuniones que ha tenido la reclusa con un conocido periodista. El resto de personajes van a evolucionar tanto como Healy o Pennsatucky porque realmente hay hasta un progreso en el silencioso Yadriel o incluso una intrusión en el universo feminazi. Pero la serie se permite ver la otra cara de Natalie Figueroa para marcar la gestión narrativa de la serie de Netflix. Olvídense de los arquetipos y de bidimensionalidades porque la mayor bitch al cargo de la prisión puede pasar a un derrumbe emocional y vital al comprobar que su marido, posible futuro gobernador y padre del hijo que ella busca, es gay y se la ha estado pegando con su asesor político. En “It Was the Change” tendremos ya una guerra entre Vee y Red, formalizada por ese entorno tormentoso, que acabará con la rusa en estado paranoico tratando de asesinar a la afroamericana para que ambos se den cuenta de su lucha absurda y que pueden compartir y vivir juntas con sus sendos negocios. También presenciamos de los intentos desesperados de Piper por conseguir la documentación que incrimine a Figueroa y evite su traslado inminente… aunque prefiera seguir viviendo en ese infierno bajo pésimas condiciones con un único aliciente: evitar la soledad. Piper será cazada por Caputo y desconocemos las consecuencias. Vee, al final, se revela como un escorpión y, pese a la tregua, atacará por la espalda con un calcetín ‘cargado por el diablo’ a Red. Un ataque violento y brutal del que no sabemos si sobrevivirá la rusa… 


En “We Have Manners. We're Polite.”, season 2 finale de “Orange Is the New Black”, nos encontramos ante el capítulo más loco y desenfrenado que ha generado la serie pudiendo ser considerado incluso como un telefilm por su duración de una hora y media. Es un capítulo para que se resuelva todo de formas un tanto caricaturescas y con la sensación incluso de estar a una sitcom tipo Community o una parodia de ‘Saturday Night Live’. Piper encontrará en Caputo el aliado que necesita para tumbar a Figueroa y salir ambos beneficiados mientras que conocemos que Red salió con vida del ataque con calcetín aunque se recupera junto a la hermana Ingalls, alimentada hospitalariamente en contra su voluntad tras su huelga de hambre. Red no quiere inculpar a Vee y los planes de la villana de temporada son cargar el muerto a Crazy Eyes con la investigación de los dos agentes del ‘Special Investigative Services’ (SIS) que se personan allí. Nicky, que va a seguir tanteando con su adicción y posible recaída, decide recuperar a Boo a la causa común para dejar claro que las maniobras en el correccional de Litchfield no se resuelven por la violencia. Es interesante que esa norma no escrita dentro del juego de esas criminales entre rejas ultrajadas habitualmente por órdenes absurdas, sea el punto de encuentro de todas ellas. Vee rompió la regla y se va a someter a una conspiración a gran escala donde está incluida la magia negra de Mendoza de la que fuimos testigos ya en su pasado. Boo y Nicky esconderán la droga de Vee haciendo que ésta acuse a sus chicas separándose definitivamente de todas ellas y perdiendo a su ‘hija’. Para dejar más claro el poder (sexual) de la villana nos recuerdan que fue ella aquella que dio la orden de matar a RJ, otro de sus cachorros que decidió trabajar e iniciar sus negocios por su cuenta fuera del control y dominio materno. 


Con Caputo ya en con control y con los traslados paralizados, Chapman arreglará todos sus asuntos pendientes. En realidad, la soledad es el gran castigo de su estancia en prisión y Boo o Soso nos revelan la necesidad de cubrir ese vacío. Piper utilizará la nueva relación de ex prometido y mejor amiga para ‘traicionar’ a Alex. Chapman no pude perder a todos y mucho menos a su ex amante y novia tras develar sus intenciones en su visita a la prisión de quebrantar su libertad condicional. Kubra, pese al testimonio de Alex, salió inocente por un fallo en las pruebas y ahora vive atrapada en otra prisión… de la que sólo puede escapar huyendo de la ciudad y del estado. Piper no lo va a consentir y ‘traicionará’ a Alex para que sea detenida por su agente de la condicional llamado David Crockett. Sí, se llama David Crockett. Vee, con todos en contra incluyendo a Healy tras el quebrantamiento conjunto de principios de la monja y la rusa a golpe de magdalena, tendrá que huir por el famoso túnel como parte de ese ‘cartoon’ que nos propone la serie. Ciertamente, Red pudiera haber utilizado el mismo para trazar una fuga de sus amigas (y piratas) pero aquí aparece ese discurso que vimos en la salida de prisión de Taystee durante la primera temporada de la serie: ¿qué destino les espera fuera a muchas de las reclusas? Algunas, preferirán tener una mejor suerte dentro de ese mundo absurdo y deficiente y corrompido pero, en realidad, con menos sorpresas que la vida misma aunque puedan acabar tan dementes como Jimmy (Patricia Squire), siendo abandonadas por el propio sistema penitenciario como sentencia de muerte, o dejadas a un destino fatal como Miss Rosa. De hecho, es ese personaje aquel que marca el rumbo final del capítulo. El médico le da pocas semanas de vida ante su cáncer terminal y Lorna, ante el desprecio a base de canción pop del guarda que representa la burocracia de la que son víctimas, da vía libre a Miss Rosa a tomar el control del final de su propia vida. Reviviendo sus tiempos pasados (y mejores) de atracos a bancos y aprovechándose de la situación de caos producida por la fuga de Vee, tomará la furgoneta para también concluir esa manifestación de monjas en apoyo de la huelga de hambre de su compañera (que ya no tendrá que dar explicaciones). Si fuera poco, también dará sentencia final de una Vee atrapada en un gag de un capítulo de Bugs Bunny con moraleja: ser una persona desagradable, violenta y grosera se paga en “Orange Is the New Black” con la vida. Desde luego, Caputo eligió un mal día para ser el nuevo jefe de la prisión: una doble fuga con una víctima mortal o John siendo el hombre que le reclamaba Dayanara y confesando la auténtica paternidad y naturaleza del bebé que crece en su interior. ¿Cómo logrará ser aquel que mejor las situaciones de la prisión si ésta es puro caos y comedia?


El sobresaliente episodio nos revela, además, que Piper Chapman era una excusa y simple premisa para revelar una punta de iceberg mucho mayor y revelar las distintas prisiones a las que están sometidos todos los personajes, encadenados a su pasado para que nosotros riamos, lloremos y disfrutemos de una de las series más destacadas de la (nueva) televisión de nuestros días. Una serie, en definitiva, libre y al mismo tiempo atrapada en esos cánones que otros imponen. Una gran serie que aunque nos cuente que «Todo tiene un fin, Incluso la cárcel» nos hace desear que nuestras protagonistas sigan también ‘encarceladas’ dentro de nuestras pantallas por mucho, mucho tiempo.

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4 comentarios:

  1. Voy terminándola y debo decir que me ha encantado, disfruté muchísimo con cada capítulo, y realmente aprecié que Piper no fuera el centro de las tramas fuertes de esta temporada, y ese final fue genial. Una lástima que haya que esperar otro año para la siguiente. Red es mi personaje favorito, y Soso también me encantó.

    Creo que si bien la serie intenta dar ese mensaje moralista hacia el final, realmente se aprecia que todos los personajes, hasta los que podríamos considerar malos, nos muestren las dos caras de sus personalidades.

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  2. Maravilloso final de la segunda temporada, se me erizo la piel.

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  3. Íncreible serie, esa forma de crear una "guerra fría" en prisión y esa antagonista que está a la altura de cerebros como Gus Fring de Breaking Bad... Ya era hora de demostrar que la mayoría de internas no están ahí porque sí. Chapó.

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