(2010)
China
Director: Jia Zhang Ke
Título Original: Hai shang chuan qi (I Wish I
Knew)
Sinopsis (Página Oficial):
Shangai,
una metrópolis en rápida evolución, una ciudad portuaria donde las personas van
y vienen.
Shangai
ha recibido todo tipo de personas: revolucionarios, capitalistas, políticos,
soldados, artistas y mafiosos. También ha visto revoluciones, asesinatos e
historias de amor.
Después
de la victoria de los comunistas chinos en 1949, miles de personas de Shangai
marcharon a Hong Kong y Taiwán. Irse significaba separarse de sus hogares
durante treinta años; quedarse significaba sufrimiento a través de la
Revolución Cultural y otros desastres políticos de China.
Dieciocho
personas de Shangai, Taipei y Hong Kong recuerdan su vida en Shangai. Sus
testimonios, narrados como los dieciocho capítulos de una novela, reconstruyen
la historia de esta ciudad desde 1930 hasta 2010
Una vez que Jia Zhang Ke
quedara confirmado claramente en el panorama internacional con “Shijie
(The World)” y “Naturaleza muerta” no
ha vuelto a dirigir un largometraje de ficción salvo “24
City”, con la que está hermanada “Historias
de Shanghai”. El delta
del río Yangtsé es un perfecto y natural conductor de barcos,
personas y rostros. Al igual que las incondicionales vías del tren. La
condición de Zhang Ke es
mostrar caminos y recorrerlos. El cineasta parece hacer hincapié en sus
entrevistas iniciales en la ocupación japonesa pero sobre todo en la Revolución
Cultural y la difícil elección de aquellos que tuvieron que
optar por quedarse y perecer o emigrar a Hong Kong y Taiwán. Realmente
quiere hablar de los cambios que representa la arquitectura (y la historia) sobre
los individuos. Tao Zhao
ejerce de fantasma que vaga entre esos paisajes en construcción y le otorga su
única concesión narrativa y ficcional. Un fantasma reincidente que figura en la
filmografía del autor.
Realmente “Historias
de Shanghai” es un encargo gubernamental a uno de sus
directores internacionales para potenciar la imagen de la ciudad de Shanghai
antes del arranque de la Exposición Universal de 2010.
Pero, al contrario de lo que pueda parecer, se trata de un recorrido visual de
testimonios a modo de mosaico que otorga un prisma global al conjunto y al
espectador. Tal vez no alcance la belleza, nostalgia y poesía de
“Of Time and the City” pero resulta interesante e inspiradora.
Los personajes se convierten en reflejos
cinematográficos. En mentiras de una verdad pasada y el director de “Platform” es
consciente de tal condición. Decide buscar en los recovecos de “Flores
de Shanghai” de Hsiao-hsien Hou (que
entrevista en un tren como guiño a su “Café Lumière”) y
en esa China cambiante. También a nivel social, en la que la
poligamia, los matrimonios de conveniencia y sus reductos de la China Imperial
quedaron borrados. Recordar como los actores de “Spring in a
Small Town” vivieron un romance real o la polémica filmación
de “Chung
Kuo – Cina” de Michelangelo Antonioni son
añadidos siempre interesantes, como la nostalgia que ofrece
“Days of Being Wild” de Wong Kar-Wai a
través de una de sus protagonistas. O mentar “La banda de las
cuatro” de Jacques Rivette como
película que atacaba Zhou Enlai,
como anécdota y crítica a los censores. Posiblemente todas esas referencias
fílmicas agraden a un espectador y seguidor del cine asiático, aunque “Historias de Shanghai” es
claramente un viaje personal e introspectivo de su autor que comparte con los
agraciados espectadores que entiendan su cariz, intenciones y devoción por
filmar la vida, desde su pasado hasta su presente y futuro.
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