Historias (Bastardas) Extraordinarias: Expediente X (11x10) My Struggle IV: THE END?

martes, 27 de marzo de 2018

Expediente X (11x10) My Struggle IV: THE END?

Es curioso que dos series de culto como “Expediente X” y “Twin Peaks” hayan regresado para formalizar sus finales con un juego de replicantes e inteligentes vías de viajes en el tiempo y/o realidades alternativas. Si bien podíamos considerar esta temporada del espectáculo de Chris Carter como una posibilidad ante la disyuntiva que planteaba el cierre de “My Struggle II” (10x06), “My Struggle IV” supone un cierre y recopilatorio de todo lo vivido anteriormente en el retorno de “The X-Files”. Esta lucha ha supuesto el enfrentamiento entre dos grandes poderes por conquistar el futuro de la humanidad: ¿es hora de someternos a una pandemia global y ‘mejorar’ la especie como híbridos alienígenas o, por el contrario, el espacio es la nueva frontera? “My Struggle IV” desea funcionar como una conclusión definitiva del espectáculo de Carter dando voz a William y, al mismo tiempo, rematando la idea de una historia contada sobre cuatro puntos de vista distintos. El hijo de Fox y Dana esconde un secreto que ya divisamos anteriormente y que conoce Walter Skinner. El cierre narrativo, pues, es inminente y “Expediente X” desea pasar página con la práctica destrucción de todos los elementos alrededor de Mulder y Scully. Todas las conspiraciones parecen que van a ser borradas de la faz del planeta… aunque existen siempre amenazas y giros de guion —marca del género— que obedecen a dejar algunas puertas abiertas. Aquello que nos podemos plantear, por lo tanto, es que “My Struggle IV” es el reverso de “My Struggle II” (10x06) y una película que nos han contado el resto de partes. O, lo que es lo mismo, un episodio clarificador que sirve como despedida y también como punto de retorno si FOX deseara continuar junto a las estrellas del espectáculo con un camino que ya parece que ha llegado a su final. Repasemos el capítulo.

Adiós a todo. ¿Monica Reyes? Con una bala en la cabeza por obra y gracia de Skinner. ¿Erika Price? Reventada (literalmente) por William. ¿El fumador? Demasiados disparos para creer que pueda sobrevivir. ¿Skinner? ¿Muerto? ¿William? Víctima del prototípico giro de guion que sirve como cierre para destacar su concepción inhumana. La razón pudiera ser ese elemento que sintetiza el relato inicial de Jackson Van De Kamp sobre sus orígenes: no es más que un experimento de laboratorio de un monstruo (El fumador) cuya único rasgo de humanidad viene determinada por la madre que le llevó en su vientre antes de nacer y esa familia adoptiva asesinada por las cloacas gubernamentales. El vínculo de William y Dana ha servido para enfrentar esas caras de una misma moneda y revelar, poco a poco, que la paternidad de un monstruo remarca el legado y maldición de ese joven. La cuestión, además, es posicionar un giro de guion con otro. La ‘pérdida’ de William viene expuesta con la revelación de que Scully lleva en su vientre otro hijo que esta vez sí es de Mulder. El milagro se ha obrado… incluso con los expedientes X siendo nuevamente clausurados… ¿para siempre?

Curiosamente, todo lo anterior ya sido divisado en “Expediente X”. El Fumador ya murió tiempo atrás (y regresó de entre los muertos), Mulder y Scully fueron alejados de su trabajo, un embarazo milagroso cobró forma, una amenaza de origen extraterrestre se cierne sobre la humanidad… Pensemos en que el desenlace no es más que una integración de todos los elementos previos y el trabajo de Carter para esta temporada ha sido recopilar una colección de postales —muchas veces arriesgadas e injustamente criticadas— para dotar de sentido y sentimiento una despedida. De “My Struggle IV” interesa la revelación de William es un monstruo porque es básicamente malvado por su naturaleza y sus dones al ser un híbrido alienígena. ¿Todo poder conlleva una gran responsabilidad? Ese adolescente no difiere en absoluto de los divisados en “Chronicle” y, evidentemente, ha sido empujado por varias fuerzas a revelar su monstruoso interior al mundo. En cierta medida, este season (¿y series?) finale actúa como un juego de visiones de una madre y un hijo ante un futuro que se ha de cumplir: Mulder acabará con una bala en la cabeza por parte del Fumador. Irónicamente, esa visión que compartían William y Dana se va a cumplir con un giro en la narración. Será William aquel que tomará el lugar de esa persona que pensaba que era su padre (y que calmó a la bestia desatada). Entendemos que William sabía que se trataba de un experimento gubernamental y su vínculo ‘biológico’ con Scully otorgaba un extraño sentimiento familiar. El fatalismo era inminente y la muerte y resurrección de William sirve al libreto para apuntalar una curiosa montaña rusa en distintos acontecimientos. Da lo mismo que tengamos un cameo de Tad O'Malley (Joel McHale) y una crítica/sátiras las ‘fake news’ sino que, irónicamente, se trata de esa báscula regida por la controversia. ¿O no resulta esclarecedor que el peso argumental de “My Struggle IV” sea la búsqueda de por parte de un padre por un hijo (y que no exista ninguna clase de vínculo biológico entre ambos)? Esa otra ‘visión’ y cortina de humo supone que ese anuncio de una pandemia, que erradicará a la práctica totalidad de la humanidad, quede en la recámara. Vimos sus efectos en el pasado y, simplemente, el resumen sería que William era la única manera de salvar a Fox. Dicho y hecho… ¿Podemos entender todo, por lo tanto, como un extraño reflejo del deseo de Dana Scully en su visión por salvar al que es el padre de su (nuevo) hijo? Considerada como una temporada decepcionante para muchos, el seguramente adiós de “The X-Files” nos ha regalado varios notables episodios —que no tienen que envidiar en absoluto a la mejor versión de “Black Mirror”— y otras propuestas muy arriesgadas para la televisión actual. Es cierto que esta despedida desea forzar un cierre coherente tras todo el caos revelado. En cierto modo, podíamos estar ante una nueva visión/versión de la historia pero, seguramente, sea la más propicia para no dejar (demasiados) cabos sueltos. Chris Carter, por su parte, revela una metáfora implícita en dar el último plano a William: las monstruosas nuevas generaciones e hibridos malvados campan por sus anchas y son ya inmortales/indestructibles. Tengan cuidado, la ‘verdad’ sigue ahí fuera…