Rush: Si es tan buena, ¿por qué no estuvo en los Oscars?

“Rush”

Directores: Ron Howard

EEUU

2013

Sinopsis (Oficial):

Dirigida por Ron Howard y ambientada en los años 70, durante la glamourosa y espectacular Edad de Oro de la Fórmula 1, “Rush” retrata la poderosa historia real de los dos mayores rivales que el mundo ha conocido: El apuesto playboy inglés James Hunt (Chris Hemsworth), y su metódico y brillante oponente, Niki Lauda (Daniel Brühl). Dentro y fuera de la pista, los dos pilotos se presionan a sí mismos hasta llegar al límite de su resistencia física y psicológica en un mundo donde no existen atajos hacia la victoria ni margen de error. Si cometes uno, mueres. 

Crítica Bastarda:

¡Qué pesada la gente que se hace llamar amante del buen cine! 

¡Qué pesados! 

Desde el estreno de “Rush” no pararon de repetirnos lo mismo una y otra vez como un soniquete: 

— Que si es cine de calidad palomitero. 

— Que si la lucha y rivalidad de Niki Lauda y James Hunt está cinematográficamente excelentemente contada. 

— Que si son héroes de la infancia de muchos y que ahora la Fórmula 1 es como el Pressing Catch pese a disponer de extraordinarios conductores. 

— Que si les han caracterizado perfectamente, que si te deja la piel de gallina, que si está cargada de momentos insuperables y grandes secuencias, que si sobrelleva perfectamente todos los clichés impuestos, que si es una de las mejores películas del 2013… 

— Que sí, que sí, qué sí… que “Rush” se quedó en ese ‘que si…’ porque si es tan buena, ¿por qué no estuvo en los Oscars? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

Ya sea porque la Academia ha cogido el truco a Ron Howard, porque la leyenda de Niki Lauda y James Hunt y su carrera en Nürburgring en 1976 forma parte de una historia desconocida, oscura y épica, que combina obsesión, pasión, cerebro, gloria y ese bla, bla, bla. Que sí, que sí, qué sí. ¿Por qué no estuvo en los Oscars? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Simplemente porque todo en esta película es carrocería, como la sonrisa Chris Hemsworth su ‘peluca’ rubia, como las muecas de Daniel Brühl, como esa vomitona que se marcaba antes Hunt de cada carrera. Aquí huele a pose y bilis, a un circuito desgastado sobre el que se han dado tantas vueltas que sorprende como más de lo mismo puede hacer que se levanten de su asiento tantas personas. Aplauda al hype y a la épica del perdedor. Que sí, que sí, qué sí… que es la mejor película de la historia de la humanidad… pero con CERO nominaciones a los Oscars. CERO, CERO, CERO, CERO, CERO, CERO… Mira, igual que vosotros de pesados. CERO, CERO, CERO, CERO, CERO, CERO…

CERO, CERO, CERO, CERO, CERO, CERO…

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