Victoria: Más dramas de época, es la guerra… televisiva

Serie de TV

“Victoria”

Reino Unido

2016

Sinopsis (Página Oficial):

La vida de la joven Victoria se transforma completamente cuando se convierte en reina de Inglaterra. Una adolescente que tuvo que aprender a gobernar bajo la mirada y el juicio de toda la opinión pública británica. Las luchas de poder y las relaciones personales en el entorno de las altas esferas de la familia real forjarán la personalidad de una nueva reina: una mujer fuerte, compleja y obstinada que debe, de alguna manera, convertirse en un icono mundial.

Crítica Bastarda:

Viajemos a 1837 cuando la monarquía británica estaba en crisis y Guillermo IV se había retirado a Windsor. En ese momento, la historia dio un rumbo cuando la heredera al trono fue su sobrina adolescente, Alejandrina, y tal vez aquí quedase instaurada la crónica de la apodada «abuela de Europa». Es cierto que para entender “Victoria” basta con entender el hueco que ha dejado “Downton Abbey” pero, no obstante, aquel espectáculo del que parece seguir cierta estela es “The Crown”. Si bien la propuesta de Netflix está destinada a llevarse la gloria, la creación de Daisy Goodwin desea convertirse en una referencia para los seguidores de los encantos de los dramas de época con bailes, vestuario y elegancia por doquier. Tal vez el principal problema de la ficción de ITV baste con divisar las deficiencias respecto a las anteriores y mencionadas propuestas. Y es que “Victoria” adolece en muchas ocasiones de un tono telenovelesco y de esas conexiones actuales tan recurrentes en la exitosa serie creada por Peter Morgan. Pese a todo, las vivencias de Alexandrina Victoria de Hannover para consolidarse e en trono británico pasan por potenciar en su primera temporada su relación con Lord Melbourne y su posterior matrimonio con el príncipe Alberto (Tom Hughes). Puede que ver el físico y, sobre todo, la belleza del rostro de Jenna Coleman sea un filo doble para los productores ya que el reclamo publicitario bien pudiera suponer un alejamiento del personaje real. Pero, a pesar de ciertas reticencias, la actriz escogida sintetiza a la perfección esa mezcla de vulnerabilidad y determinación interior necesarias para traer a la vida a nuestras pantallas a Alejandrina Victoria. La realidad para la propuesta de ITV es que resulta generalmente rutinaria aunque se puede disfrutar tanto por los fanáticos de los dramas de época ingleses como de aquellos que deseen acercarse a los ecos políticos e intrigas que allí se reflejan. 

Elegida como una de las mejores nuevas series de 2016, “Victoria” puede ser víctima del hype y de la competencia del show de Netflix aunque, sin embargo, también existe una reivindicación del poder femenino gracias a la monarquía como institución y esa base sobre la que sustentó la época victoriana. Quizás aquello que comprobemos que los conflictos para juventud que desea abrirse un hueco e iniciar su camino es el mismo a lo largo de las generaciones: desde padres controladores a una impuesta corriente adversa para cuestionar todas y cada una de las decisiones tomadas. Los escritores son conocedores de que no solamente de la realeza puede vivir el público y vamos a tener tramas dedicadas a criadas con oscuro pasado o chef de repostería en un amplio menú y elenco de secundarios. Pensemos en que la proposición de Daisy Goodwin desea ir más lejos de los tópicos impuestos sobre los roles de los dramas de época y revelar cierta inteligencia en los protagonistas debido, principalmente, a las exigencias de la época para sustentar un sistema dependiente de alianzas y tronos a lo largo de toda Europa. El espectáculo de ITV trata de desarrollarse sobre pequeños matices en la dirección y la composición de elementos en la puesta en escena, así como ciertos planos escogidos para intensificar los conflictos. Es evidente que nos encontramos ante un sofisticado pasatiempo repleto de diplomacia y belleza en su carcasa aunque su problema es que va a quedar a la sombra, salvo sorpresa en su segunda temporada y futuras entregas, de “Downton Abbey” y, sobre todo, de “The Crown”. Precisamente considero que “Victoria” resulta complementaria (aunque muy inferior) a las vivencias de su tataranieta en la pequeña pantalla y resulta curioso su viaje en paralelo en plataformas completamente distintas que sirven, asimismo, pare revelar ese desplazamiento hacia el futuro partiendo desde el pasado. 

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