Serie de TV
“The Strain”
EEUU
2014
Sinopsis (Página Oficial):
“The Strain” es un thriller de intensa y profunda concepción que cuenta la historia del ‘Dr. Ephraim Goodweather’, el jefe de los Centros para el Control de Enfermedades del ‘Canary Team’ en la ciudad de Nueva York. Él y su equipo están llamados a investigar un brote viral misterioso con señas de identidad de una cepa antigua y el mal del vampirismo. A medida que aumenta la tensión —Eph, su equipo y una asamblea de neoyorquinos— comienzan una guerra por el destino de la humanidad en sí misma. Los co-creadores y productores ejecutivos y escritores Guillermo del Toro y Chuck Hogan co-escriben el guión del piloto para “The Strain”, que fue dirigida por el propio Del Toro. El escritor premiado y productor, Carlton Cuse sirve como productor ejecutivo, showrunner y escritor.
Es fácil lanzarse al cuello de “The Strain” después de ver su primer capítulo, “Night Zero”, dirigido por Guillermo del Toro. El director de “El laberinto del fauno” ha desarrollado junto a Chuck Hogan la adaptación para televisión —en formato serie— de su trilogía de novelas generando previamente un halo y sed de hype tanto para el público como para los seriéfilos y medios especializados. Que los Critics Choice Television Awards designaran el proyecto como la nueva serie más prometedora y excitante, no deja de marcar el tiempo de una ficción generada con la calidad del cable y con empaque de superproducción que no tiene que envidiar a cualquier producto hollywoodiense. Pudiera ser algo parecido a lo perpetrado por Showtime en “Penny Dreadful”, aunque muchos criticáramos su previsible y aburrido hilo argumental… y “The Strain” bien lograra hacernos arquear nuestra ceja con su arranque. ¿Acabará en un objeto tan intrascendente como la reciente “Dracula” de NBC? ¿O proponiendo un entretenido y popular refrito a base de clichés a lo “Sleepy Hollow” de FOX cuyo éxito haga perder la cabeza a todos aquellos que esperaban una serie completamente distinta?
Nos interesa que Guillermo del Toro quiera sumarse a esa moda televisiva de crear el culto gracias a un misterio generado por un avión siguiendo los pasos abramsianos de “Lost” y “Fringe”. Que Carlton Cuse esté también presente invita a la sospecha. También llama la atención que la concepción inicial partiera de un proyecto catódico que acabó formando una trilogía literaria y, que ahora, completa el círculo sanguíneo en una serie de televisión por cable. Nadie puede llevarse a engaños si conoce el material que establecen unos betsellers (‘Nocturna’, ‘Oscura’ y ‘Eterna’) concebidos para aprovecharse de la iconografía del género (‘Drácula’ de Bram Stoker) e integrarla en los resortes de la ciencia ficción (gore) contemporánea. Una formulación plagada de pandemias post-apocalípticas, grandes conspiraciones y cierta esencia policíaca como motor de suspense. Planteemos en esa percepción que la desmitificación de los vampiros y su completa pérdida de romanticismo —espolvoreado en la actualidad por brillantes cosméticos (y cutre maquillaje) L'Oréal— nos llevan a un terreno más sucio y peligroso, más repulsivo y oscuro. “The Strain” quiere que sintamos terror de esas criaturas ciertamente aberrantes y amenazadoras y que el adictivo asco crezca al otro lado de la pantalla gracias a una epidemia de ‘gusanos’ dispuestos a clavarse en las retinas de sus nuevos espectadores y huéspedes, invadiendo su cuerpo… succionando lentamente su sangre capítulo a capítulo.
Es fácil lanzarse al cuello de “The Strain” y señalar el hype, el recurso facilón y un tanto grotesco. Incluso muchos pudieran sentir vergüenza ajena en secuencias como la rueda de prensa ofrecida por ese héroe amarrado a una gabardina icónica (¡y ese horrible peluquín!) e interpretado por Corey Stoll. Podríamos arrancar la arteria carótida con esos personajes sin demasiado interés y ciertamente rellenados únicamente con los mínimos intereses argumentales necesarios. ¿Nos bastará con un doble de Marilyn Manson y un provecto y cascarrabias Abraham van Helsing con sangre ‘judía’ en sus venas? Dejaríamos desangrar a nuestra víctima mientras escupimos improperios sobre su superficialidad o la estupidez y previsibilidad de sus actos, sintiendo que nos encontramos ante una producción engalanada del canal SyFy cuyos diálogos revelan una absoluta falta de ideas… cuyas frases impuestas y sobrecargadas son tan torpes como apuntilladas por el momento y necesidad. Es fácil lanzarse al cuello de “The Strain” con ese envoltorio de estilizada Serie B que se aprovecha de los lugares comunes del género para ir desarrollando una presumible infección vírica (e invasión viral) donde los multimillonarios y planes maquiavélicos bien pudieran traernos a los nazis de vuelta o un desagradable ejército de muertos vivientes adictos a la hemoglobina… con esos zombies fans del beso con lengua y chupasangres que no respetan ni a la niña de ‘Los Miserables’. En resumen, es fácil lanzarse al cuello de “The Strain” con ese choque de calidad presupuestaria sobre una concepción que trata de recopilar toda la artillería del género, su mitología e integrarla en la dinámica de sustos cada 8 minutos. Sí (y repito), es fácil lanzarse al cuello de “The Strain” y destrozar la carne para desprender su cabeza pensando (si existen) en esos puristas que señalarán la serie con la etiqueta de «una pésima adaptación en la que encima sale Sean Astin y no haciendo de hobbit». Sí, sí y sí… es fácil lanzarse al cuello de “The Strain”…
Dejemos por el momento el cuello aparte y quitemos esas capas dramáticas de simple pose estética (la típica lucha por la custodia de un hijo del héroe y sus problemas familiares) y disfrutemos “The Strain” como un cuento contemporáneo con monstruo de la vieja escuela capaz de infectar a una ciudad de las maneras más desagradables posibles. Deleitémonos en los planes para dominar el mundo de las corporaciones y sus dirigentes inhumanos y sin emociones, sintamos terror con la estupidez burocrática, regocijémonos viendo a Del Toro dejar apartado a Blade para que se acerque a una revisión y homenaje un tanto superfluo y comercial de David Cronenberg y, finalmente, aplaudamos que exista un desvío en la actualidad sobre esos vampiros sexys o atiborrados de cosméticos L'Oréal. Vuelva al cuello y láncese al mismo sobre el que todavía palpita esta serie si quiere un entretenimiento sólido pero también agarre el cuello (y arranque metafóricamente la cabeza) de todo aquel que esté infectado por el hype (y virus fanboy) que pueda generar “The Strain”. De momento, no es para tanto... aunque se espera que crezca tanto como la infección del propio thriller de ciencia ficción y terror de FX.
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