“Reckless”
EEUU
2014
Sinopsis (Página Oficial):
“Reckless” es un drama legal sensual situado en Charleston, Carolina del Sur, donde una magnífica abogada litigante yanqui y una encantador abogado del sur deben ocultar su intensa atracción mutua al mismo tiempo que un escándalo sexual de la policía amenaza con destruir la ciudad. Jamie Sawyer es envidiosamente confiada y segura. Su atractivo rival en los juzgados es Roy Rayder, un padre divorciado de dos hijos. Una policía caída en desgracia, Lee Anne Marcus, contrata a Jamie para que la represente en una demanda contra el departamento de policía. Jamie y Roy descubren que Lee Anne está en el epicentro de un siniestro caso con implicaciones nefastas para los miembros del departamento de policía de Charleston. Al frente de ese departamento se encuentra el jefe adjunto Holland Knox, un hombre de familia que irradia integridad. Trabajando bajo él se encuentra Terry McCandless, un detective arrogante y corrupto, y Preston Cruz, el novio muy respetado de Jamie que podría no ser todo lo que aparece. Ayudando a Jamie se encuentra su amiga confidente y asistente legal, Vi Briggs, una experta en la ‘excavación’ de la información capaz de hacer ganar casos. Mientras Jamie y Roy debaten dentro y fuera de la sala del tribunal, oscuros secretos se desarrollan detrás de cada puerta y amenazan con empañar la fachada gentil de la seductora Charleston.
—No sé cómo trabajan en sus salas de audiencias en Chicago o Nueva York, pero aquí abajo no permitimos que nuestros abogados interpreten a Perry Mason.
—¿Quién es Perry Mason?
Fusilada a discreción por los medios estadounidenses, “Reckless” ha llegado como refresco —seguramente pasajero— en los domingos de CBS con la vocación de intrascendente y superficial pasatiempo. Hay poco más en una serie definida por la palabra ‘sexy’… en el peor sentido, claro. El sexo es el otro protagonista invisible de este drama de abogados donde las insinuaciones libidinosas y la tensión sexual están prácticamente en cada secuencia. Entre tanta mirada (sucia) es completamente normal que Cam Gigandet tenga que protagonizar alguna secuencia íntegramente gratuita para lucir pecho-lobo y abdominal. ¿Podemos resumir que “Reckless” es una serie auto-consciente de estar protagonizada por personajes ‘objetos’ tan superficiales como sus revolucionadas hormonas? Diga ‘sexy’ si quiere contestar cualquier pregunta porque el recital soft-porn y clichés pueden suponer tanto una vergüenza ajena para espectador como un conjunto patético para cualquier seriéfilo con medio dedo de frente.
Apostamos a que “Reckless” fue hasta descartada de formar parte de la parrilla de The CW por ser demasiado superficial y tener uno de los libretos más insultantes para una serie de abogadas. CBS ha emitido serie de abogados canceladas a los dos primeros episodios infinitamente mejores que ESTO. Llevarse las manos a la cabeza y gritar es simple, tratar de utilizar el lado ‘sexy’ de la ficción para conducir las extremidades a la otra extremidad… imposible. Demasiada lencería, fetichismo de rebajas y neuronalmente comercial. Simple pose, al fin y al cabo. Algunos de esos seriéfilos confirmarán que el drama judicial que protagonizan Shawn Hatosy, Anna Wood y Cam Gigandet es una parodia para el Canal Playboy en horario infantil de los policías corruptos de “Southland”, otros ni se molestarán en divisar un elemento dramático en insinuantes cuerpos femeninos embutidos en finísima lencería deslizándose por coches patrullas.
Pudiera interesarnos que “Reckless” como “Murder in the First” reniegan del procedimental para formularse sobre grandes casos ‘de temporada’, aunque en su segundo capítulo confirma la introducción de un caso episódico en paralelo a su trama troncal. ¿Experimentos veraniegos? ¿Pruebas regionales con acentos marcados y escenarios del Sur de los Estados Unidos de América? Con un tono cursi de novela romántica barata para marujas y un Michael Gladis (“Mad Men”) que no pega ni con cola en su personaje, el juego de demandas ‘femeninas’ y el poder ‘masculino’ han iniciado la batalla más frívola y ligera que han visto nuestros televisores. Tampoco es para ponerse tan caliente… de arriba por tanta superflua-superficialidad, por tanta corrupción policial sexo-adicta y tan volcada por las bragas de sus compañeras de trabajo. Lo suyo es ver “Reckless” para ponerse caliente de bajo aunque está demostrado científicamente que la estupidez únicamente pone para un rollo de una noche… exactamente el destino de la serie en nuestros televisores.
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