Bitten: ¿Quién tiene miedo de una gran y rubia loba?

Serie de TV

“Bitten”

Canadá

2014

Sinopsis (Página Oficial):

Sobre la base de las novelas número 1 del New York Times y best-seller ‘Women of the Otherworld’ (Kelley Armstrong) llega “Bitten”, un thriller sobrenatural de carga emocional protagonizado por Laura Vandervoort (“Smallville”, “Ted”) que interpreta a Elena Michaels, una mujer lobo solitaria en su existencia. Desesperada por escapar tanto del mundo que no quería ser parte de y del hombre que la convirtió en un ‘hombre lobo’, Elena ha abandonado su mochila y se han refugiado en una nueva ciudad. Allí, ella trabaja como fotógrafa y esconde su existencia de mujer lobo de su nuevo novio. Cuando los cuerpos comienzan a aparecer en el patio trasero, Elena se encuentra a sí misma de nuevo en Stonehaven, dominio ancestral de los hombres lobo. Dividida entre dos mundos y dos amores, rápidamente se da cuenta de que —cuando las cosas se ponen feas— no se detendrá ante nada para defender a su manada.

Crítica Bastarda:

No esperen una lectura profunda y contemporánea sobre la licantropía por monólogos de profesor de universidad del tipo:

Para actualizarnos totalmente, tenemos que comprender quien somos en realidad. Es a lo que Carl Jung se refería como el ‘animus’ para los hombres o el ‘anima’ para las mujeres. Estas son las facetas que escondemos bajo lo que él llama la persona y aplicando estas teorías a la antropología, específicamente al estudio del comportamiento humano... No estoy tan interesado en lo que escondemos, sino en el por qué lo escondemos. ¿Qué oscuros deseos estamos reprimiendo? Y si derribamos nuestras personas, ¿qué clase de bestia yace en el interior? […] Somos animales, todos nosotros. La única diferencia entre los humanos y cualquier otra cosa es la persona, la máscara tras la cual escondemos todos los deseos, todo lo que nos asusta sobre nosotros mismos.

Eyaculada la parte sesuda del asunto, “Bitten” une lo peor de “True Blood”, ‘La saga Crepúsculo’, “Hemlock Grove” y esa cosa horrible que se llamaba “La marca del lobo” para formar esa manada de modelos que no dudan en quitarse la camiseta para lucir pectoral o pecho loba. No esperen ver el pezón de la bella Laura Vandervoort pero sí su cuerpo serrano y también el peludo digital en esos homenajes que no se saben si son a John Landis o a un “Un chihuahua en Beverly Hills”. Unos asesinatos cometidos por un hombre lobo desconocido (y que el guión tampoco trata de ocultar… no así sus motivos o posibles conexiones) llevan a la heroína Elena Michaels de su vida cosmopolita de diseño a reunirse en su pueblo de diseño rural con su ex, mentor y pasado amor de romance Loreal. Todo de diseño, hasta las lámparas del cuchitril más indecente de la aldea. Me parece bien que “Bitten” trate de igualar el marcador ante tanta serie de vampiros pero sus armas no están muy alejadas de “Crónicas vampíricas” y los traumas y conflictos parten de la lucha de la humanidad y la monstruosidad… de ser una modelo que aúlla a un aúllo de modelo.

Aquellos que han disfrutado del material de Kelley Armstrong sí que aúllan y no a la luna llena. La protagonista en la serie literaria era una periodista y aquí se ha transmutado en una modelo que fotografía a modelos y tiene un novio… modelo (y rico). También su mejor amigo ha quedado transformado de un abogado a un psicólogo (y también modelo) y así continuarán sus modélicos alaridos… aunque tampoco parece lo peor de la serie sino su ausencia de suspense, ingenio en los diálogos y tensión sexual para tanto macho alfa y tanta machuna con cuerpo de escándalo y supuesta y contradictoria depilación brasileña. Tampoco dudo que consigan hacernos tragar la historia por muy fantástico que sea el asunto. Por ejemplo, tienes una novia buenorra que cada noche deja la cama para irse a ‘fotografiar a modelos’ y no sospechas nada o que no paran de repetir que la loba es la mejor rastreadora de la manada pero es incapaz de olfatear a un niñato a pocos metros con un móvil que graba un combate suyo con un coyote en plena noche. Y esos detalles son los más lights de todo el invento. Lo mejor es ignorar sus defectos y fallos de guión entre un árbol familiar que es como un bosque, sentir la fragancia de esa gran y rubia loba que reniega de su monstruosa condición y quiere volver a ser humana y olvidar sus heridas emocionales y relaciones pasadas. Tengo claro que quien se quede a seguir viendo la serie, tras los dos primeros capítulos, son los amantes del screencap y la desnudez y los fans de la trospidez que podrán continuar con sus risotadas después de la cierre de “Luna, el misterio de Calenda”. El resto saldremos a cazar en manada... otras series.