(2011)
México
Director: Alberto Mar
Título original: “Top Cat”
Sinopsis (Página oficial):
Don
Gato y su Pandilla se enfrentarán a un
nuevo jefe de policía, quien no está nada contento con el oficial Matute
y sus continuos fracasos tratando de evitar las estafas de Don Gato.
Lucas
Buenrostro, el nuevo jefe de policía, posee
un sinfín de recursos tecnológicos y su verdadera intención es apoderarse de la
ciudad, imponiendo sus leyes absurdas. Don Gato y toda la pandilla harán
lo imposible para evitarlo, contando con la ayuda del propio oficial Matute,
en una película llena de humor, aventuras, romance, intriga, acción... ¡y mucha
diversión!
La nostalgia siempre
ha sido ese oscuro objeto del deseo que se aferra más al corazón que a la
mente. Que personajes de Hanna-Barbera pasen por la gran pantalla en su
formato original se convierte en una gran noticia después de decepciones con
los filmes de Scooby-Doo, Los Picapiedra o el Oso Yogui.
Otra cuestión es si esa nostalgia se encuentra ‘adaptada’ a los tiempos que
(re)corren la animación de nuestros días. “Don Gato y su pandilla” ha
decidido consumar una película para los más pequeños, sin guiños ni frases con
dobles sentidos para los adultos pero aunando la nostalgia como vía de atracción
y unión entre generaciones.
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Gatos indigentes y vividores en Nueva York |
Desde el uso del 2D
integrándole al 3D, con añadidos muy orwellianos en la onda de “Phineas y
Ferb” y defendiendo la amistad como valor universal, la película de Alberto Mar busca cierto aire a
lo Cartoon Network, donde han trabajado sus guionistas, con cierto humor y
basándose en las voces de José Corbacho y Chikilicuatre como
reclamo en nuestro país. Parece que no han dejado hueco a la improvisación como
fidelidad y respeto al original. Yo no entiendo que en ese mundo de humanos,
perros y gatos parlantes se haya establecido un código penal y carcelario conjunto,
aunque cada especie (y sexo) en una cárcel… En estos tiempos de crisis y
recortes es un gasto triplicado inconsecuente y absurdo ya que los perros y los
gatos no pueden acceder a cargos de la administración pública. Digamos que sus
condiciones pasan por ser empleados en empresas privadas (y si tienen estudios,
claro), como la bella Trixie, o vivir en la mendicidad como el resto de
protagonistas. Preferimos pensar que
ese sistema democrático (el norteamericano) no ha impuesto la esclavitud (o un apartheid)
en esos animales de compañía que entendemos tendrán derecho a voto…
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Don Dato se enamora de una gata con peluca |
Otro punto de
desencuentro es la sexualidad de ese ejército policial robótico que ha comprado
(seguramente en China por la predisposición de su libro de instrucciones) el
villano del filme, Buenrostro… que toma Nueva York sin que intervenga el
poderoso ejército de los EEUU o al menos se personen allí agentes federales. Buenrostro
no para de repetirnos la perfección de su ejército de robots y su incapacidad
de cometer errores humanos. ¿Perdona? Ni en las siete partes de “Loca
academia de policía” ni en todos los capítulos de su serie se ha mostrado
tan semejante cúmulo de ineficiencia e imperfección. Otro punto es la
sexualidad de los androides, ya que en principio tendrían que haber sido
programados sobre la asexualidad pero observamos su fijación libidinosa con
máquinas de refrescos, e incluso su atracción eréctil es notable cuando una
hembra robot aparece en escena. Esperamos que en su edición en DVD hagan una
actualización de firmware. La película prácticamente se cierra con un chiste
sobre zoofilia… que lo hagan en “Las aventuras de Tintín: El secreto del
Unicornio” tiene sentido, pero en algo tan infantil como “Don Gato y su
pandilla”…
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