En “Supergirl” lo prometido no suele ser una deuda a pagar. Prueba de ello es “Star-Crossed”, decimosexto episodio de su segunda temporada, donde el supuesto croosver musical con “The Flash” va a ser un concepto demasiado secundario y a modo de anexo. Ya ocurrió con el arco argumental de ‘Heroes vs. Aliens!’ y, ahora, vuelve a suceder del mismo modo. En resumen, un par de secuencias finales y todo en el aire para que Barry Allen y Tierra-1 arregle el marketing impuesto. No sé hasta qué punto es bueno para el espectáculo de The CW perder la oportunidad de llevar a Tierra-38 y ampliar más el sentido del multiverso en una serie que ha quedado descolgada en ese concepto. Es posible que CBS utilizará “Worlds Finest” (1x18) para aumentar los índices de audiencia de una propuesta que no cumplió sus expectativas (en lo que datos se refiere) y acabó formando parte del cosmos en el que debería haberse integrado desde un principio. En realidad, ese nacimiento independiente apartó a Kara Danvers del resto de espectáculos de The CW y su llegada a la cadena la incorporó gracias a la introducción del multiverso realizada por The Flash. En “Star-Crossed” los escritores van a centrarse en dos tramas románticas en las que la mentira se ha filtrado en las relaciones. La llegada de Lar Gand (Kevin Sorbo) y Rhea (Teri Hatcher) al planeta Tierra viene determinada por un secreto que escondía Mon-El. Es evidente que el de Daxam no contó toda la verdad respecto a su escape del planeta y que su vinculación con la realeza cambia la épica de su relato por otra clase de historia en la que su guardián se sacrificó por él y asesinó a inocentes en el proceso de salvar a su amo. La otra pregunta que nos plantea el episodio es sencilla. ¿Qué pasaría si los padres de Kara aparecieran en el planeta? ¿Perdonaría sus muchos errores pasados y se embarcaría de vuelta a su planeta natal o, por el contrario, su hogar es la Tierra y ya no hay regreso ni vuelta atrás? Repasemos el capítulo con un título que no sabemos si rinde homenaje a la cancelada serie de The CW…
Uno de los puntos más criticables en esta segunda temporada de “Supergirl” ha sido la obsesión de los escritores por centrar el espectáculo en la relación de Kara Danvers y Mon-El. Mientras que el resto de arcos argumentales románticos han funcionado en mayor o menor medida (Alex/Maggie, Winn/Lyra) todo lo que hemos visto prácticamente entre la kryptoniana y el daxamita ha producido que el espectáculo de The CW caiga en clichés y estereotipos bastante trillados y pestilentes. Para colmo, tras el sacrificio de Cat Grant la propia serie se ha desquitado las tramas periodísticas provocando el despedido de Kara de CatCo Worldwide Media. ¿No era su sueño, llamada y vocación ejercer como periodista contando la verdad? ¿Qué futuro laboral pretenden dar a Kara cuando en esta temporada la dicotomía entre su álter ego y la persona que ‘interpretaba’ en el mundo terrenal era parte del conflicto del personaje? Sea como fuera, todo es Supergirl y su relación con Mon-El y precisamente en “Star-Crossed” no va a poder soportar la mentira quitando otro lastre a una ecuación ya sin ninguna variable y con una única constante. Vayamos al núcleo del argumento. La llegada de unos alienígenas llegados en una gran nave espacial pidiendo la entrega de Mon-El a sus captores se salda con el enfrentamiento de Supergirl con esos daxamitas dispuestos a utilizar la fuerza. Mon-El decide entregarse y revelar su identidad para sorpresa y posterior disgusto de Kara.
El episodio plantea que la mentira en las relaciones puede ser la cara y la cruz de su destino. Para ello “Star-Crossed” nos revela que Lyra Strayd estaba utilizando a Winn para robar ‘La noche estrellada’ de Vincent van Gogh del Museo de National City. La idea de Lyra era que Winn apareciera en las grabaciones solo para poder tener tiempo de completar la entrega de la obra de arte… ya que la vida de su hermano está en juego. Todas esas mentiras van a minar a Winn pero, al mismo tiempo, van a sacar el héroe interior que posee para también jugársela a aquella que se la jugó (y se la jugó a otros). Con Guardian y Alex Danvers como apoyo logístico, el Departamento de Operaciones Extra-Normales va a volcarse para probar la inocencia de Winn y arrestar al peligroso líder de la banda, Mandrax, que extorsionaba a Lyra a cambio de la libertad de su hermano. Con un final feliz, en el que no falta un cuadro de imitación para remarcar esa conjugación y encadenado de farsas, no es que Winn y Lyra vayan a retomar su relación pero, no obstante, un beso deja claro que había algo más que una mentira por parte de la llegada de Starhaven. Kara, por su parte, tendrá que elegir entre el príncipe de Daxam y lidiar con una suegra a la que no soporta (otro cliché) o, por el contrario, romper una relación nacida de una mentira. El enfrentamiento entre los kryptonianos y los daxamitas es obvio como un material que se ampara en la ética y los errores de unos y otros rellenen gran cantidad del episodio, que recurre a mecanismos de la comedia romántica para desarrollarse. Kara, finalmente, no podrá perdonar que Mon-El estuviera mintiéndola en todo momento y la conclusión de su relación tampoco significa que regrese con sus padres a Daxam para rehacer e sus cenizas la civilización que dejaron atrás. No se entiende demasiado bien a una superheroína que ha construido una mentira para proteger su verdadera identidad, dejándola como una hipócrita egocéntrica. Sabemos que Rhea y Lar Gand no van a darse por vencidos para recuperar a aquel que es el futuro de la monarquía aunque es obvio que tampoco vemos a Supergirl como parte de la realeza y dejando la Tierra para iniciar una nueva vida en la otra punta del universo. Lágrimas aparte y cambios constantes en la recta final de la temporada, “Star-Crossed” deja un 0,01% del metraje del episodio para presentar a Music Meister tras el deseo de Kara de tomarse unas vacaciones en el multiverso… ¿Cuidado con lo que deseas? En plenas instalaciones de la DEO el nuevo villano-musical va a provocar que Supergirl acabe desmayada, gracias a sus poderes que te dejan los ojos como platos, mientras él parte a Tierra-1 detrás del hombre más rápido del mundo. Mon-El está cerca para ayudar a su amada, que despertará vestida para la ocasión y a punto de actuar delante de una populosa audiencia en un club nocturno dentro de un mundo alternativo (?). ¿El musical ha comenzado? Ni de coña… Tendremos que esperar a “Duet” (3x17) de “The Flash” para ver si la diversión comienza…
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