domingo, 25 de septiembre de 2016

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Los siete magníficos: Amasijo de clichés e hipocresía a la carta (y revolver)

“Los siete magníficos”
Título original: “The Magnificent Seven”
Director: Antoine Fuqua
EEUU
2016

Sinopsis (Oficial):

Los habitantes de Rose Creek, atemorizados bajo el control del industrial Bartholomew Bogue, deciden contratar a siete forajidos para terminar con la amenaza: Sam Chisolm (Denzel Washington), Josh Faraday (Chris Pratt), Goodnight Robicheaux (Ethan Hawke), Jack Home (Vincent D´Onofrio), Billy Rocks (Byung-Hun Lee), Vasquez (Manuel García Rulfo) y Red Harvest (Martin Sensmeier). Sin embargo, pronto se darán cuenta estos siete que están luchando por algo más que el simple dinero. Antoine Fuqua dirige esta versión moderna del clásico de 1960.

Crítica Bastarda:

NOTA: Recuerden que en los remakes no hay spoilers…

Toquemos y preparemos el revólver, sintiendo el tacto de su empuñadura y habiendo realizado el loable y esforzado ejercicio de quitar dos balas del mismo. La primera tiene nombre propio de forajido: remake. La segunda también viene marcada por la propia sed de justicia cinematográfica en tiempos en los que algunos autores se han adentrado a revisitar ese género de marcada leyenda: el wéstern. No obstante, la pregunta antes, durante y después sigue siendo la misma: ¿por qué? Si bien una parcela del público apuntó con su dedo censor y pistolas el aspecto innecesario de un remake de “Los siete magníficos” de John Sturges, resulta al menos más coherente que producir una nueva versión de un film de apenas una década. Hemos quitado el citado proyectil de nuestra arma de fuego así que más que centrarse en las quejas sobre cambios y establecer comparaciones, habría que exigir un mínimo de calidad de guion por encima de ese afán de exhumación y reciclaje de la gran industria. Antoine Fuqua no da la impresión de querer trasladar a su lenguaje cinematográfico o encajar en su autoría un material que ya se inspiraba en “Los siete samuráis”, sino que la impresión final es de un producto muy limitado, condenado a rentabilizar incluso la aceptación en versión wéstern de “Corazones de acero”. Pero, repetimos, hemos eliminado y suprimido esa otra renombrada bala de nuestro revólver y la idea es analizar el lamentable y desacertado film que nos propone Fuqua eludiendo su género (y acercamiento al mismo) así como su propia condición de remake. La tensión ha llegado a su fin y el silencio ha quedado roto por nuestro ágil brazo desenfundando el arma para saborear el olor de la pólvora —e incluso tal vez de nuestra sangre— una vez escuchemos ese clic cuando apretemos fuertemente el gatillo de nuestro bastardo Colt 45.


Todo se resume en la socarrona e invisible viudedad (?) del personaje que interpreta Haley Bennett. La tipa cada vez que aparece sale luciendo más canalillo y soltándose la melena cual amazona poligonera según avanza el metraje. Y ya adentrados en la historia, es menos proclive a ponerse un pantalón para manejar apropiadamente el rifle en el campo de batalla y reivindicar su feminidad (?) y poder… ¿como un simple prescindible perchero y objeto sexual del propio producto? Eso sí, la pobre viuda (que nunca viste como tal y dejó supuestamente el negro de la época para su ropa interior) vende entre lágrimas y reclamos de libertad la muerte de su esposo interpretado por Matt Bomer. Un momento, ¿Matt Bomer haciendo de heterosexual en un drama? ¿De verdad? ¿Y quién ha sido el director de casting para reírme en su cara? 


 Otro momento que define el film de Antoine Fuqua es cuando encuentran la dinamita y no vemos que sea de marca ACME siendo otro FAIL más de la película. Y es que resulta inconsecuente e incluso absurdo que en “Los siete magníficos” no tengan dinamita ACME cuando la película es un millón de veces más divertida (en lo que spoof-movie se refiere) que Mil maneras de morder el polvo. El problema es que el guion de la defenestrada propuesta de Seth MacFarlane es mucho más sólido y equilibrado que el propiciado Richard Wenk y Nic Pizzolatto. Un momento, ¿Nic Pizzolatto firmando el libreto de este P-E-D-A-Z-O de B-O-D-R-I-O? ¿De verdad? Los haters de la segunda temporada de True Detective preparando sus piedras en 3, 2, 1… 

 Si me pagaran un euro por cada cliché de la película sería millonario… pero como la productora (ni nadie) me paga por ello no pienso decir ni uno de ellos para que no me roben mi dinero. No obstante, saltan a la vista… Por no hablar de que todo es tan (y tan) previsible


 El reparto está realizado sobre la diversidad étnica y cultural para seguir la estela de ese tufo centrándose en lo que políticamente correcto que define a la sociedad actual. No caeré en descubrir el cliché con otro cliché (anuncio de Benetton, el recientemente finalizado Brangelina, etc.). No caeré…

 El problema es que para analizar satisfactoriamente hay que caer en algunos estereotipos. Chris Pratt, por ejemplo, parece atrapado en el mismo papel macarra que la gran industria quiere que haga e irónicamente ha quedado aferrado a repetir las mismas secuencias y gestos una y otra vez. ¿O nadie se dio cuenta de esos parecidos razonables entre la escena con el par de forajidos-rednecks y aquella que propiciaba la de los velociraptores en Jurassic Word? ¿O que el propio film haya sido definido por la audiencia como una versión del ‘Equipo A’ en el lejano Oeste con toques de “Cometieron dos errores”? Por favor, no más clichés para definir un amasijo de clichés…

 Lo de D'Onofrio haciendo de beato retrasado mental no tiene perdón de Dios. La banda sonora tampoco…

 Fuqua parece más preocupado del sufrimiento de los caballos y no revelar la violencia desatada sobre los mismos que de describir el terror en niños y someterlos a toda clase consternaciones y torturas psicológicas. Volvamos a uno de los puntos anteriores sobre lo políticamente correcto en tiempos en los que los animalistas han revelado su irracionalidad prefiriendo que un bebé sea ametrallado/amenazado (literalmente y según nos propone la película) a que un animal pueda sufrir un rasguño o cualquier clase de daño emocional. Y lo digo con datos en la mano: ya están publicadas algunas críticas de usuarios en Imdb que se consternan por el uso de caballos y no dicen ni mu del sufrimiento de las pequeñas criaturas llorando, amenazadas o directamente a punto de ser fusiladas.



✒ Pero quitando todas esas capas de comedieta ‘tróspida’ involuntaria entre una prototípica (y prototópica) olvidable y alargada cinta de acción, llegamos al núcleo y discurso de los “Los siete magníficos”. Y tampoco sale demasiado bien parada. Interesa esa alegoría bastante evidente de que el capitalismo es el nuevo dios, centralizada en esa metáfora de la iglesia que da vida y muerte a ese desagradable, psicópata y cínico villano. El problema son todas las incoherencias. Como somos muy progres, por ejemplo, defendemos a ese pueblo de agricultores que tratan de defenderse de esa amenaza letal e implacable que acabará con todos ellos (literalmente) si es necesario. Y el derecho a la defensa es muy loable… el problema es que esos mismos progres que han engredado el discurso se posicionan en contra de las armas de fuego. ¿O es que me he equivocado de película y acaban con Bartholomew Bogue y su despreciable ejército con flores, abrazos y un gran letrero y rótulo a la entrada del pueblo con un WELCOME VILLAINS? No, lo hacen aniquilándolos (y alquilándolos según el autocorrector) con balas, explosivos o armas blancas y luchando a muerte por defender sus vidas. Es una guerra por la supervivencia (más que por la injusticia) y punto. La cinta quiere también añadir al citado discurso las heridas emocionales (e incluso físicas) de la Guerra de Secesión sobre ciertos insustanciales conflictos dramáticos y, por lo tanto, todo ese embrollo de ideas incoherentes acaban por articular un monstruo demagógico. ¿O no resulta contradictorio señalar que la única vía para acabar con el capitalismo es una revolución armada en la que el asesinato a sangre fría es parte de esa exención a la defensa? ¿O no es acaso lioso el reivindicado de portar armas de fuego (y utilizarlas) junto a ese manoseado maniqueísmo de aquello que es bueno y malo desde un punto ya para nada idealista a esas alturas de la propia historia y relato? Por cierto, da lo mismo que se cargaran a Bartholomew Bogue porque por allí luego pasaría Daniel Plainview a comprar las tierras de los hijos de esos colonos supervivientes de manera completamente ‘legal’. El capitalismo ganó… Siempre gana y lo ha dicho la propia historia, nadie se está inventando nada. De hecho, es incoherente, cínico e hipócrita que una superproducción que ha costado 90 millones de dólares cuestione el capitalismo que precisamente la generó. Y que nadie cite a la estupenda La gran apuesta, que ‘solamente’ costó 28, su funcionalidad y discurso era otro bien distinto y encima optó al Oscar… Por no comentar que Adam McKay tenía clara la moraleja de la historia y quería simplemente encabronarnos bajo un halo de impotencia en su cierre y lección. Tonterías, las justas. Y, contrariamente, el film de Fuqua resulta tan incoherente como fantasioso y estúpido.



 La moraleja de este bodrio es que solamente aquellos valientes defensores de la justicia, mercenarios o no, que no sean caucásicos sobrevivirán. ¡Y los orientales también cuentan como parte de la poderosa ‘raza blanca’! Así que si usted es afroamericano o un descendiente de amerindios tiene todo el derecho del mundo a permanecer y sobrevivir en esa tierra de las oportunidades que es Estados Unidos. Bienvenidos al sueño americano… hasta que por allí pase Donald Trump y ponga un poco de orden (y a todos de patitas en la calle) y haga que vuelvan a rodar la película para que solamente sobrevivan Josh Faraday, Goodnight Robicheaux y Jack Horne. ¡Y que quemen todas las copias!, proclamará aquel condenado a convertirse en Immortan Joe, caudillo de la Ciudadela. Porque una cosa es ser políticamente correcto o ir de progre hipócrita por la vida y otra muy distinta es la dura realidad. Y la de esta película me temo va a ser recibir una lluvia de balas como derecho a defendernos de semejante ataque a nuestros cerebros a todos los niveles. No tengan piedad, este bodrio es tan malo como el personaje que interpreta Peter Sarsgaard. Así que ya saben, todos a sacar nuestro ficticio y alegórico revolver en 3, 2, 1…

P.D.: Posiblemente viviendo en esta era de contradicciones, buenrollismo y absurdos irracionales, el film puede que se convierta en un clásico popular. 

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2 comentarios:

  1. ¿"Alquilándolos con balas"?

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    Respuestas
    1. En cierta forma aniquilar y alquilar es en la película sinónimo. :P

      Gracias por el apunto y saludos bastados.

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