Confirmado. “Boardwalk Empire” ha tomado conciencia de sí misma y se confirma con la gran serie americana que merece un respeto y seguimiento semanal. No se trata de un gran ejercicio cinematográfico, aplicado al formato por parte de Scorsese en un episodio piloto y sus secuelas, sino de tratar con un mimo sobrenatural a cada episodio y que el con conjunto forme una temporada devastadora. Ese es el objetivo de cualquier serie con aspiraciones a perdurar y permanecer en las retinas de un público que demanda nuevos licores a la oferta ya variada de las parrillas de televisión. Se exige buen licor internacional. No nos vale whiskey rebajado con agua. “Belle Femme”, noveno episodio de la primera temporada de “Boardwalk Empire”, confirma que el buen sabor de una serie hace que se saboree de principio a fin, de paladar a estómago y que sus efectos permanezcan en cada sorbo… Esperemos que la botella no se acabe en una (con)firmada segunda temporada.
Como explica Arnold Rothstein a esos ‘monos’, que han saltado la valla del zoo y se encuentran observando su gran capacidad para el billar, hay dos maneras de ganar dinero con el alcohol: una era la manera utilizada por Mickey Doyle (comprar alcohol barato y diluirlo para venderlo) y la otra se basa en la calidad para saciar las gargantas de los ricachones y sacarles suculentas cantidades de dinero. Pero el plan pasa por liquidar a Nucky para hacerse con el control de los puertos de Atlantic City. Los malos se agrupan y juntos se asocian para que la guerra cobre forma. Con semejante material localizado todo viene perfecto para afrontar la recta final de la temporada. Los hermanos D'Alessio (Ignatius y Leo como cabezas visibles y pensantes pero son muchos más) con Mickey Doyle unidos a Arnold Rothstein de la mano de Lucky Luciano. Todos juntos en Nueva York de la mano de la economía narrativa. Parece que Chicago, de momento, pasó a mejor vida.
Dios los cría y los monos se juntan. Michael Stuhlbarg estaba más mono con los Coen. |
Toca que vuelvan hijos pródigos más maduros y con condiciones y juego de cadena de mando y política. Hablo de Jimmy Darmody, mafioso y asesino que pide a su jefe que reconozca también su condición, y que solicita los servicios de Richard Harrow. Toda la repentina aparición denota inmediatamente de nuevo que el Agente Nelson Van Alden, al controlar la oficina de correos y su total correspondencia, va detrás del autor del robo de alcohol con varios muertos más sonado del último año. Pero Nelson Van Alden desconoce que tiene un topo cerca que demora la entrega de información y que trabaja para Nucky Thompson. El telegrama que anunciaba su regreso fue retenido y alejado de la atenta mirada del agente federal pero finalmente aparente.
Toca reaparición familiar que diluye las aspiraciones artísticas y tríos furtivos bohemios de Angela Damody. Jimmy quiere un nuevo hijo pero eso apartaría definitivamente las aspiraciones de pintora de su mujer… aunque sus amigos fotógrafos y bohemios las aplastan al humillar su trabajo por finalizar su relación sexual y escarceos lésbicos ‘de moda en París’. Toca reunificar todas las tramas en “Belle Femme” y comprobamos que Gillian y su relación sexual con Lucky Luciano era de dominio de Jimmy. Café caliente lanzado directamente al cuerpo desnudo del italiano que ve como llega su fin… aunque una intervención de Nelson Van Alden para detener a joven Darmody le salva. No a Jimmy, que tendrá que hacer frente a una grave acusación con un testigo peligroso: Billy Winslow. Parece el fin… pero es momento de que el topo de Nucky aparezca y su nombre no es otro que Sebso, también agente y ejecutor de testigos. Bella secuencia en la plata con un Billy que parece conocer su destino. La historia la escriben los vencedores y los vivos… aunque se hayan roto la cabeza con una piedra. Sobre todo la secuencia me parece magnífica por su sentido absurdo. No hay teléfonos ni puntos de información que unan el exterior de la ciudad por lo que toca recoger a un cadáver que dejó de hablar para regresar sobre sus pasos.
Nunca nos quedará París |
Otra sombra que planea y ha sobrevolado toda la temporada son las temidas elecciones. Fletcher es el enemigo a batir y con tanta polémica y debilidad es un enemigo peligroso al no tener trapos sucios con los que desmantelar su candidatura. Su lema se basa en la corrupción que habita en la alcaldía y en la oficina del sheriff. Toca renovarse… aunque eso conlleve dar carpetazo a la carrera de tu propio hermano. Sinceramente me pierdo un poco con la cadena de mando porque no sé si el ‘Mayor Harry Bacharach’ está por debajo o por encima del ‘Commodore Louis Kaestner’. De acuerdo, parecen meras marionetas en manos de Nucky Thompson pero siempre se centra en la figura del anciano comodoro. Le hemos visto muy débil en los últimos episodios como puro sintomatología del fin de un ciclo. Esa renovación es reconocida por el propio Louis Kaestner: hasta su perro está enfermo. Louis es el que realmente manda en la ciudad junto a Nucky Thompson y éste último le debe un favor al pasar seis años en prisión en su lugar. Toca cambiar todo y eso es un nuevo nombre para alcalde y evaporar a Eli en pos de su adjunto Halloran. Su demostración de ser un trepa como Dios manda deja a Nucky estupefacto. Obviamente todo lo anterior y el ataque de Fletcher es una sucesión de los eventos que hemos vivido en anteriores episodios. Un sheriff en un casino ilegal a altas horas de la madruga tiroteado al entrometerse en un atraco no es algo que se denomine casual.
Condenados a entenderse |
Margaret Schroeder es la encargada de ser la acompañante de Nan Britton para alejarla todo lo posible de la carrera del padre de su hijo bastardo hacía la Casa Blanca. Madame Jeunet y su boutique, Belle Femme, son lugares idílicos y de paso para cualquier concubina y señora con estilo y criterio. Aunque esta vez Madame Jeunet tiene serios problemas para mantener el negocio por los ‘impuestos revolucionarios’ que tiene que pagar a Nucky Thompson. Obviamente Miss Schroeder es la mejor opción para pedir ese favor personal al manda-más de la ciudad pero… Margaret lo intenta primero por una vía de la inocencia personificada y fracasa. La segunda vía es denudarse frente a Nucky y demostrarle que es lista, sibilina y que consigue lo que quiere. Esa es la Sra. Schoeder que queremos ver y de la que se ha enamorado el mismísimo Nucky Thompson. Petición aceptada… como la de una Madame Jeunet que se da cuenta que esta chica, a la que había sobrevalorado, es toda ambición. Segunda petición aceptada: vestido azul de 480 dólares de regalo por las molestias.
Estreno de vestido y futuros estrenos... |
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