The Big Bang Theory (4x07) The Apology Insufficiency: 94 segundos de amistad

¿Hacía qué espacio se dirige “The Big Bang Theory”? Si tuviéramos que trazar una línea que uniese todas y cada una de sus temporadas ésta sería descendente. Completa y seguramente. Pese a quién le pese. “The Apology Insufficiency” únicamente tiene una sorpresa, en mi opinión. No es otra que la aparición y vuelta de Penny a la vida episódica-televisiva de la serie de Chuck Lorre. Dicho todo esto queda poco que decir ya que el título del episodio debería ser considerado como ejemplo para sus creadores y guionistas: cualquier disculpa es insuficiente porque, de momento, la cuarta temporada y este séptimo episodio confirma que “The Big Bang Theory” va camino del insuficiente. ¿Se dignará a aprobar en la recuperación de la próxima evaluación o en los exámenes previos a navidades?

En el arranque previo a los títulos de crédito se nos habla del capibara pero descubrimos que, al igual que el roedor más grande del mundo, “The Big Bang Theory” se revuelve en sus propios excrementos. Toda la masa del cosmos de la serie ya gira alrededor de ese gran sol condenado a explotar con el breve paso del tiempo llamado Sheldon Cooper. Por ejemplo, Howard debería ser el protagonista del episodio pero aparece tres minutos en él. Todo el cotarro y peso vuelve de nuevo a las manos del Dr. Cooper y sus necesarios nuevos sentimientos que le llevan al planeta mortal. 

Howard ha entrado en el equipo del nuevo satélite de vigilancia láser del Departamento de Defensa y necesita conseguir una acreditación de seguridad. El FBI se va a poner en contacto con los chicos. ¡Peligro! La Agente del FBI llamada Page es Eliza Dushku, la Faith de “Buffy, la cazavampiros”. Leonard está más preocupado por su incapacidad de transmitir seguridad a las chicas y Raj que no le manden de nuevo a la India que de prestar ayuda moral a su amigo comun. La agente Page no entiende los chistes de Mulder y Scully y mucho menos que un indio se atiborre de pastel de ron para dirigirle la palabra. Es Sheldon quién con su dedo acusador saca todos los trapos sucios por daños sufridos. Todos insustanciales para la agente Page menos uno: Howard chocó el rover de exploración de Marte mientras intentaba impresionar a una mujer.

¡No quiero ir a esa Comic-Con con gente con el mismo disfraz!

Obviamente el judío no obtiene su pase y la culpabilidad de Sheldon hace silenciarle. Los sentimientos adversos hacen que el físico sufra de insomnio en sueños y que un Gorn le birle su asiento del sofá. ¿Señales del futuro en sueños? El pobre intenta rectificar su declaración pero lo empora todavía más. Pese a disculparse (¡sí, disculparse!) con Wolowitz no obtiene la amnistía, que le haga expulsar de sus sueños en fase REM la familia de Gorns gitanos que han montando sus tiendas de campaña en su onírico salón y sofá. No lo consigue. Por su culpa la carrera de Howard ha sido atrasada por lo menos un par de años.

Los niños nunca mienten

Es hora de refugiarse en el alcohol y por fin vemos de nuevo a Penny lidiando con su insustancial existencia en la barra de un bar. Por supuesto Sheldon sigue fiel a sus principios y una cosa es beber y otra tragar. El chupito de alcohol más escupido de “The Big Bang Theory” es un simple divertimento para una secuencia con un personaje espejo. Ella ha visto la última de “Star Trek” y ante situaciones imposibles, como el escenario de mando imposible de ganar de la Academia de Flota Estelar: el Kobayashi Maru, y 40 mililitros de alcohol lo suyo es ¡hacer trampas! Sheldon regala a Howard aquello que más quiere en este mundo incluso por encima de su amor maternal: ¡su mítico sitio en el sofá! Como las lagrimas de “Toy Story 3” la cosa dura poco y se secan enseguida con el frío aire acondicionado de los cines. Porque la efectividad de “The Apology Insufficiency”, al igual que la amistad máxima alcanzada por Sheldon Cooper, se limita a 94 segundos. 

De nuevo al pie y en pie