Compuesto y sin novia

He llegado ha casa y he intentando buscar una cerveza en la nevera como Mark Zuckerberg en “La red social”. No es que intente emborracharme más cuando ni siquiera estoy borracho. Ni tampoco que me ponga a hackear páginas con fotos de chicas conocidas para hacer una página a lo facemash.com. Simplemente he llegado en un estado de shock que no si es alegre o triste. Alguno se podría preguntar si uno cede a instintos bipolaristas o etílicos en la absoluta soledad frente a las pulsaciones de un teclado. Ahora miro una lata de cerveza Amstel a la izquierda del monitor con un '14% más' y me reflejo en el monitor como una persona cutre y sin principios. Mark Zuckerberg bebía en botella de cristal, con 'neverita' y de cerveza decente. Las cosas son así de cutres. Sobre todo si uno es seguidor del Getafe. 

Esta vez me imagino al presidente reírse de todos nosotros y restregando sus manos usureras por su protuberante panza. Ha puesto entradas a cinco euros y el campo no se ha llenado. Mi padre, que continúa siendo socio, no ha ido por el frío. Es cierto que muchos se han aburguesado por contingencias de afiliación a un equipo menor. Se arrastra un pasado turbio y con heridas profundas aún sangrantes. La mayoría de aficionados del Getafe eran (y muchos siguen siendo) de equipos como el Real Mandril, el Patético de Madrid o el Far$A. Obviamente exigen lo mismo que sus socios a sus respectivos equipos: una calidad flagrante y ganar todo cuando uno equipo que intenta como puede hacer su historia no tiene chichi para farolillos. Cierto es pero otra cosa diferente es un partido como el disputado hoy frente al Portugalete. Sin acritud. ¡Un equipo de primera que no gana a un Tecera División (el filial del Getafe está en Segunda B y ha marcado más goles al Portugalete) NO es un equipo de primera! 

Otro de los gags del patido

Salí de casa con un sobre y ochocientos pavos en su interior. Sin contar los otros tantos que había en mi cartera. No es que quiera fardar ni que sea adicto a “Boardwalk Empire” sino, que por otras circunstancias que vendrán próximamente en este blog al caso, bajé para hacer una 'entrega'. Me abrieron la puerta trasera de un coche y, en cuestión de minutos y sin pipa por medio pero con algo gordo que apuntaba a mi cara, estaba en un bar vacío y sin humos viendo el partido del Getafe frente al Portugalete en los Dieciseisavos de la Copa del Rey. Es cierto que cinco euros por ver a mi amado equipo es un handicap notable... pero verlo calentito, con jarras de cerveza y alguna ración es mejor. La cara se me cayó de vergüenza cuando comprobé que en en esos múltiples monitores no había apenas espectadores. Pensé en ese presidente usurero riéndose de nosotros y pensando que tenía razón. Vale, el Portugalete es un tercera división pero una entrada tan barata se merece una contestación por parte de la afición. Al parecer la afición del Getafe sólo contesta a la llamada de su nula vergüenza y apoyo. Con los éxitos del Real Mandril, el Patético de Madrid o el Far$A les basta y les sobra. No sería la única humillación de la noche.

«¿Qué tal el Getafe?» Preguntarán o me preguntaba. «Bien, ha pasado de ronda.» Respondería o me contestaría. «Hemos tenido más de diez ocasiones de gol, más de quince córners, dos palos y dos postes, un setenta y cinco por ciento de posesión del balón.» «¿¡Y cómo quedó!?» Preguntarán o me preguntaba. «0-0 y pidiendo la hora desde el minuto quince de la segunda parte.» 

Un chiste llamado Colunga

Es cierto que me he partido de risa con los nulos y pésimos acercamientos a puerta del rival, con cada gol pifiado y con cada ocasión de Colunga mandada a las nubes o al poste, con sus movimientos de labios al acabar el encuentro y ser consolado por un rival mientras espetaba un 'Puta mierda', con cada risa que se ha escuchado en todo el local donde me encontraba y que me reído casi más que en “Felipe y Leticia”. Seguramente no me ría tanto en octavos o tal vez sí porque tomarse a guasa semejante cúmulo de parodias unidas es la posición más lógica frente a la tragedia. Eso sí, como Mark Zuckerberg en la película de David Fincher, me he quedado compuesto y sin novia.